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[EL NIDO DEL CUERVO]

Más allá de la norma, nos encontramos

Más allá de la norma, nos encontramos



Hay momentos que suelen ser tan determinantes y rotundos, que cambian la vida de las personas de manera irreversible. Es obvio que todos los momentos tienden a provocar algún cambio, pero aquellos de los que hablamos ahora son tan definitivos como un tsunami en altamar: no pueden evitarse sin importar lo que se haga. Cuando el joven teniente de caballería Julien Sorel irrumpió en una iglesia de Verrières y disparó a quemarropa contra su examante Luisa Rênal, fue uno de esos momentos.

Quizás necesitaremos algunos datos más.

Julien Sorel era hijo de un humilde carpintero de Verrières pero, a diferencia del resto de su familia, este demostraba aptitudes intelectuales muy superiores, aunque su padre no viera nada provechoso en ello. Sin embargo, eso no aplacó la iniciativa de Julien para instruirse más, hasta que al final se hizo discípulo del abate local, Chélan; este, viendo que Julien prometía mucho, lo envío a casa del alcalde Monsieur Rênal para ser instructor de los hijos del burgomaestre, y en su estancia en el lugar conocería a Luisa Rênal, esposa del alcalde, con quien sostuvo un romance hasta que fue enviado al seminario de Besançon, debido a los rumores de adulterio que caían sobre Madame Rênal.

El abate en Besançon, Picard, al ver futuro en Julien, lo recomendó para ser secretario del Marqués de La Mole y, ya en casa del Marqués, en París, sostuvo otro romance con la hija de este, Mathilde, la cual quedó embarazada. El Marqués, para evitar la deshonra, entregó a su hija una hacienda para que pudiera mantenerse junto con su nieto y “compró” un grado de teniente de caballería para Julien, en Luxemburgo. Todo parecía solucionado hasta que el Marqués La Mole recibió una carta “escrita” por Madame Rênal, en la que se le informaba del amorío que ella sostuvo con Julien y que este era en realidad un oportunista y un seductor de mujeres nobles. Debido a esa carta, Julien se desespera e intenta matar a Madame Rênal, digo intenta porque no lo logra. Al final, Julien Sorel es arrestado por intentar matar a alguien, juzgado y ejecutado en la guillotina.

Esos son los hechos básicos de esta historia. Ahora nos corresponde darles sentido porque en la realidad, quizás, las cosas ocurren de forma azarosa, pero en la ficción el destino es tirano y todo ocurre por un motivo. Le Rouge et le Noir es una novela escrita por Stendhal que fue publicada en 1830, y tenía la pretensión de ser un retrato costumbrista de la Francia de entonces, pero es también una de las primeras novelas que trabaja la dimensión sicológica; es así que podemos saber qué piensan y sienten los personajes. Es muy importante este último dato porque nos permite comprender algo que no suele ser tomado en cuenta cuando se termina de leer la novela.

El personaje principal es Julien Sorel, pero hay dos versiones de él. El primero es el ambicioso, astuto y orgulloso hombre de provincia, que aspira a tener más que solo una vida de trabajo obrero. Tiene ideas liberales y aborrece los ideales monárquicos de aquellos a los que sirve (incansable admirador de Napoleón). Aun así, Sorel no tiene reparos en difamar a su héroe, ser servil y sumiso ante sus señores, y también es inseguro y débil. El segundo Julien Sorel es aquel que se muestra solamente en algunos momentos, nombremos los dos más importantes: cuando intenta asesinar a Luisa Rênal y cuando es condenado a muerte. En esos momentos se ve al hombre honesto, valiente y apasionado que es todo lo opuesto a lo que mostraba ante los aristócratas que lo recibían. Son esas dos dimensiones las que dan sentido a todo: el controlado, dócil y parco servidor (negro) y el apasionado y genuino (rojo).

En el momento en que Julien aprieta el gatillo contra Madame Rênal, todos los muros que dividían a las clases sociales en la Francia del siglo XVIII colapsan porque ese disparo hace evidente una relación “prohibida”, anormal, que no se podía tolerar en un mundo en que los ideales republicanos estaban vetados y el ejercicio de cualquier tipo de poder por parte de personas de clase humilde era un peligro. Es por esto que el Marqués de La Mole trató de ocultar los orígenes de su yerno y la situación de su hija, o porque la pena que se le impuso a Julien no fue por su intento de asesinar a alguien, sino porque transgredió los límites impuestos a su vida.

En un mundo en el que aquellos que ejercen el poder demandan que todo sea acorde a su visión de las cosas (que todo esté en orden, que todo encaje en su lugar), nada puede sentirse que no sea ya prepensado, como el amor de Mathilde por Julien. Dirá Sthendal: “Así es como el amor de cabeza se da en París en algunas mujeres jóvenes ¿Qué más puede hacer una joven que más decisivo sea? Pues bien, esa jovencita parisina se hará raptar sin amor, únicamente para darse el gusto de creer sentir una gran pasión”. La pasión emerge en varios momentos como aquello que transgrede las normas, crea vínculos entre las personas y permite a los personajes indagar en lo que realmente quieren.

Foucault dirá, en Vigilar y castigar, lo siguiente: “[…] el delincuente no está fuera de la ley; está, y aun desde el comienzo, en la ley, en el corazón mismo de la ley […]”. Es interesante considerar que Sorel era un hombre muy paranoico: siempre obsesionado con lo que los demás pensaban de él, siempre sospechando alguna trampa o alguna burla, y si entendemos eso como el efecto de una sociedad que está pendiente de espiar al otro, de controlarlo, de juzgarlo, el crimen es la pura y descarnada manifestación de su voluntad reprimida. En el momento que conoce su sentencia, Sorel se siente liberado. “Al abrigo de la muerte que va a llegar, el criminal puede decirlo todo y los asistentes, aclamarlo” (Vigilar y castigar). Él no tiene reparos de confesar su amor por Madame Rênal o en expresar su más profundo desagrado por Mathilde, de quien solo se enamoró por orgullo, por no ser menospreciado. Es una historia trágica si se la lee con cuidado; en un mundo en el cual el destino es la norma, el héroe trata de ir en contra de ella incluso si eso lo conduce a su segura destrucción.

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Le Rouge et le Noir es una novela escrita por Stendhal que fue publicada en 1830, y tenía la pretensión de ser un retrato costumbrista de la Francia de entonces, pero es también una de las primeras novelas que trabaja la dimensión sicológica; es así que podemos saber qué piensan y sienten los personajes.