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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Síndrome de piernas inquietas alerta sobre nueve dolencias

El síntoma es común en casos de párkinson, diabetes, hipertensión, problemas de tiroides, fibromialgia, artritis reumatoide, várices, deficiencias de ácido fólico, hasta en el déficit de atención infantil.
Síndrome de piernas inquietas alerta sobre nueve dolencias


El Síndrome de Piernas Inquietas, un trastorno neurológico que causa malestar nocturno en las extremidades inferiores de las personas, puede ser un precursor del párkinson, un indicador de falta de hierro y de enfermedades como la diabetes y la hipertensión, según especialistas.

Carlos Zúñiga Ramírez, médico de la Unidad de movimientos anormales y enfermedades neurodegenerativas del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde en Guadalajara (oeste de México), dijo a EFE que una de cada tres personas que desarrollan párkinson presentaron el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI).

"Es más que reconocido como un síntoma no motor de la enfermedad de Parkinson. Es muy frecuente que las personas que empiecen con temblor, rigidez, lentitud e inestabilidad para caminar (propias del párkinson) hayan presentado años antes este síndrome, insomnio o depresión", afirmó el especialista.

El SPI o de Willis-Ekbom es una enfermedad que se origina por alteraciones en la transmisión de hierro y dopamina en el sistema nervioso central y hace que el paciente tenga malestar e incomodidad en las piernas cuando está sentado o dormido, que lo obliga a levantarse y mover sus extremidades.

Zúñiga Ramírez refiere que este padecimiento es común entre la población, pero está subdiagnosticado al ser confundido con otras enfermedades como el trastorno de ansiedad generalizada o con la acatisia, una enfermedad neuropsiquiátrica por la que las personas necesitan moverse todo el tiempo.

Diversos estudios indican que hasta 15 por ciento de la población mundial padece de este síndrome, sobre todo personas adultas y una de cada tres mujeres embarazadas, aunque se puede presentar en cualquier etapa de la vida, refirió el neurólogo. En la población infantil hay una correlación del síndrome con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), pues entre 25 por ciento y 45 por ciento de los niños con este desorden neurobiológico pueden presentar malestar nocturno en las piernas.

También está relacionado con enfermedades no neuronales como la diabetes, hipertensión, problemas de tiroides, artritis reumatoide, varices, fibromialgia y deficiencias de ácido fólico.

Las personas con síndrome de Willis-Ekbom suelen tener dolor, picores, entumecimiento, hormigueo, tensión o malestar en las piernas durante la tarde y la noche, por lo que el padecimiento está clasificado también como un trastorno del sueño, explicó Rubén Santoyo, médico internista neumólogo del Hospital Regional de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social.

"El malestar desaparece cerca de las tres de la mañana y la persona suele estar cansada durante el día porque no tuvo un sueño reparador, está somnoliento y tiene problemas para concentrarse", dijo el especialista en trastornos del sueño.

Los médicos aseguraron que el síndrome no es curable, pero sí puede ser controlado con un tratamiento a base de suplementos de hierro y medicamentos "agonistas" de la dopamina, es decir, que estimulan o favorecen la conducción de este neurotransmisor en el sistema nervioso central.

Diagnóstico por descarte

El síndrome de piernas inquietas no es curable, pero sí puede ser controlado con un tratamiento a base de suplementos de hierro y medicamentos "agonistas" de la dopamina, es decir, que estimulan o favorecen la conducción de este neurotransmisor en el sistema nervioso central.

El especialista Carlos Zúñiga Ramírez dijo que el diagnóstico debe incluir exámenes generales para descartar diabetes, hipertensión o problemas de tiroides, además de un estudio para conocer los niveles de hierro en la sangre y que el médico pueda dar el tratamiento adecuado

Además de los medicamentos indicados por el especialista, el médico internista Carlos Santoyo recomienda a los pacientes realizar ejercicios de relajación, alimentarse con productos ricos en hierro y evitar la ingestión de alcohol o tabaco, estimulantes que contribuyen a aumentar el problema.

Los médicos indicaron que los pacientes que presenten los síntomas del SPI deben acudir a revisión con un neurólogo o a una clínica del sueño en alguna de las instituciones públicas de salud