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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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La displasia de cadera tiene sencillo tratamiento

Es posible que los bebés tengan una alteración pélvica. Si se la descubre a tiempo, se puede superar en pocos meses, pero en Cochabamba aún falta la cultura de la prevención.
La displasia de cadera tiene sencillo tratamiento



Los bebés de tres meses de edad necesitan una radiografía para descartar la displasia de cadera, una alteración en el desarrollo de las caderas de los niños y niñas. Si no se trata a tiempo, la cadera se luxa, es decir que se sale de su lugar, y el infante puede tener dificultades para andar, incluso cojear.

En algunos países vecinos, la norma es hacer una placa de rayos X a todos los bebés de tres meses y la probabilidad de que tengan caderas luxadas o secuelas es muy baja.

En Bolivia aún no se hace esto, pues la probabilidad de que los niños tengan centro de diagnóstico cerca es muy limitado. El Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) cubre la radiografía pero ¿cuántas madres saben que su bebé necesita esa radiografía para descartar la displasia?

El traumatólogo pediátrico del Hospital Albina R. de Patiño de Cochabamba, Henry Pardo, afirma que en el trópico y el Valle Alto, los centros de salud se han fortalecido y hay servicios de rayos X, pero a nivel generalizado no existe la disponibilidad.

En los últimos años se ha atendido a niños de 9 a 11 años con secuelas de la luxación de cadera. Ellos tuvieron que someterse a cirugías “de rescate" y, por más bien realizado que esté el procedimiento, la cirugía tiende a ser mucho más riesgosa y agresiva para reducir la cadera y colocarla en posición. La probabilidad de tener complicaciones graves es más elevada y pueden presentarse necrosis al hacer esos procedimientos o nuevas reluxaciones de la cadera, advierte Pardo.

El Hospital Albina Patiño atiende a pacientes que vienen de provincias donde la disponibilidad de servicios de salud es baja. Por ejemplo, una de ellas es Arque donde, por su situación geográfica,  la radiografía más  cercana a la  que tienen acceso está en Capinota, a donde llegan tras varias horas de caminata a pie. Así como Arque, hay otras poblaciones rurales en similar situación de falta de acceso a la salud.

TRATAMIENTO Cuando a un bebé se le diagnostica displasia de cadera, debe usar un aparato ortopédico sencillo que es el arnés de Pavlik.

Esas correas se usan de día y de noche. Solo se las puede retirar para bañar o cambiar la ropa al lactante. Si se acude a tiempo al traumatólogo, el tratamiento funciona en el 99 por ciento de casos. Todos los niños mejoran con el tratamiento adecuado. Algunos superan la alteración más rápido y otros tardan algo más.

Si un bebé se atiende a partir de los tres meses, las consecuencias son mínimas o nulas, pero si se busca atención cuando el niño o niña es más grande, por más cirugías más bien realizadas quedan secuelas y complicaciones a largo plazo.

FACTORES DE RIESGO Uno de los principales factores de riesgo para la displasia de cadera es la tradición andina y de los valles, de envolver al bebé. Es un mito decir que el bebé que no está chumpido tendrá dolor de espalda o que llora mucho en la noche, porque no le han envuelto.

En lugares cálidos y templados, los bebés van en la cadera de la mamá y esas actitudes culturales influyen para una menor incidencia de la displasia de cadera.

Los hijos mayores tienen más probabilidades de tener displasia, y la alteración se presenta con más frecuencia en mujeres, que en varones.

La alteración pélvica también es frecuente cuando en la gestación los bebés tuvieron presentación de nalgas o el pequeño estuvo sentado hasta el final del embarazo.

La displasia es más frecuente en gemelos, pues falta de espacio en el vientre o cuando la madre padece de miomas o tumores en el útero.

Otros piensan que usar doble pañal va a corregir el problema, pero ese hábito no revierte la alteración pélvica.

Un severo factor de riesgo es el machismo. Si el bebé tiene que usar algún aparato, los papás piensan que “es responsabilidad de la mamá y toda la carga recae sobre ella”. Para una consulta médica ella tiene que levantarse de madrugada, cocinar, dar a sus hijos desayuno, cargar a su bebé y vigilar que tenga el arnés todo el día y la noche.

El cuidado del niño con displasia corresponde a ambos padres. Se sobrecarga mucho a la mamá y se busca ayuda de abuelas y tías, pero a veces ellas se aburren de cuidar al bebé, le sacan el arnés, con lo que falla el tratamiento y puede haber secuelas.

Pesquisa en Cochabamba

LABOR CONJUNTA

El Hospital Albina R. de Patiño, el Centro de Salud Nueva Gante (Tamborada) y un centro piloto en El Alto de La Paz desarrollaron un programa piloto para la prevención y tratamiento de la displasia de cadera. El traumatólogo del Hospital Albina R. de Patiño, Henry Pardo, informó que, a partir de esa experiencia, se decidió levantar una línea de base para tener datos precisos acerca de la incidencia de la displasia y la displasia luxante de cadera. Además del hospital, participan las cajas de la Banca Privada, la Petrolera y se aguarda la incorporación de la Caja Nacional de Salud. La investigación alcanza a Chimoré, Villa Tunari, Tapacarí y Tacopaya.

DESDE EL PARTO

Para reducir la incidencia de la displasia de cadera, todos los niños y niñas deberían nacer en un hospital, con médicos y enfermeras que puedan orientar. En Bolivia sigue habiendo partos domiciliarios en el área rural y periurbana. ”Los bebés que nacen fuera de las condiciones ideales están en riesgo, porque no tienen el personal de salud que alerte a los padres sobre la posibilidad de que se presente la displasia”, señala el traumatólogo pediátrico del Hospital Albina Patiño Henry Pardo.

El neonatólogo o pediatra puede derivar el caso a un traumatólogo para que el bebé reciba su tratamiento.