Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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PRODUCTO DE EXPORTACIÓN

Arándano, el “oro azul” tarijeño

Innovación agrícola. Tarija es el único departamento de Bolivia que produce esta baya. Actualmente 10 familias viven de la siembra, cosecha y distribución nacional de este alimento.<BR>
Arándano, el “oro azul” tarijeño



Después de décadas de trabajo, el vino de Tarija logró posicionarse en el mercado local, nacional e incluso internacional; hoy, el reto de los tarijeños para mostrar las bondades que produce su tierra pasa a otro grupo de agricultores, aquellos que se dedican a sembrar plantines y cosechar arándanos, el llamado “oro azul”, en referencia al color obscuro de las bayas.

En los últimos años, la información científica sobre las propiedades del arándano —nativo de Estados Unidos— traspasó las fronteras internacionales; algunos bolivianos optaron por aprender su cultivo. Tarija es el único departamento productor en Bolivia. Cerca de 10 familias se atrevieron a plantar en sus tierras este fruto.

La revista Así quiso conocer de cerca los pormenores de este cultivo y se trasladó hasta la ciudad de Tarija, en alas de la línea bandera Boliviana de Aviación (BoA), para indagar acerca del manejo, los cuidados, la multiplicación, cosecha y distribución en el mercado nacional.

Una vez en territorio chapaco, Sergio Martínez Calbimonte, ingeniero agrónomo y gerente propietario de Marcal Consultores, nos llevó a las plantaciones de arándano, en la localidad de Th´uru Mayu, a 20 minutos de la ciudad tarijeña.

Él es uno de los principales gestores de este proyecto local, que se inició hace más de una década, patrocinado por la Prefectura de Tarija, en ese entonces, y la Fundación Valles.

Inicialmente, como parte de este programa se estudió e investigó las propiedades agrícolas del suelo chapaco.

“Nuestro terreno es muy bondadoso para este tipo de agricultura y lo mejor de todo es que no peleamos por suelo con los viñedos, ya que los requerimien- tos de ambas son diferentes”, explica el agricultor.

Martínez asumió el reto de la producción de este fruto en la zona oeste del valle central tarijeño, en una hectárea y media de suelo, 15 mil metros cuadrados. Allí plantó seis variedades de arándanos, que fueron importados de países vecinos. Tras un periodo de aclimatación e investigación se

comenzó a descartar aquellas cuyas condiciones ambientales no le permitieron tener una producción rentable para el mercado local y nacional.

RECORRIDO de la plantación

A las nueve de la mañana partimos hacia Th´uru Mayu, una localidad ubicada a 20 minutos de la ciudad. Poco a poco, el paisaje va cambiando conforme se van sumando los kilómetros recorridos en coche.

Tras avanzar unos metros sobre un camino vecinal, se llega hasta el domicilio y el terreno de producción del arándano de la familia Martínez Villagrán, que es considerada como dueña de una de las más grandes empresas productoras de arándano de Tarija.

Desde el ingreso ya se pueden ver las hileras de plantaciones de arándanos. Deben existir más de 22 filas, y calcular el número de plantas es una tarea difícil de realizar a simple vista.

Esta hectárea y media de producción está protegida por una malla de gallinero perimetral y un antigranizo en la parte superior de la plantación. “A veces el clima nos sorprende, arruinando la cosecha, por eso, toda medida de protección es poca”, asegura Martínez.

Los esposos Sergio Martínez y Evelyn Villagrán cuentan que ingresar en este mercado de producción no es una tarea sencilla, ya que requiere una fuerte inversión económica.

No solo se trata de cultivar el terreno, sino de adecuar la tecnología que se emplea en este cultivo en países productores como Argentina y Chile.

“Estamos manejando tecnología nueva y progresista, por ejemplo: fertilización por goteo, riego por aspersión, malla antigranizo, multiplicación de las plantas, asesoramiento técnico, entre otros”, señala el agrónomo.

En solo una década de trabajo, la empresa Marcal estableció su producción en el mercado local, con mucha aceptación; luego comenzó a sacar al mercado nacional, siendo los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba los de mayor consumo, y Oruro, Chuquisaca, Potosí en una menor escala.

Según Martínez, todavía les falta introducir su producto en los departamentos orientales de Pando y Beni.

Florecimiento del mercado 

Los primeros plantines fueron traídos de países vecinos, posteriormente se completó el periodo de prueba para identificar la mejor especie que rendía buenos productos. La elegida fue la variedad Misti.

“Esta planta es la que mejor se aclimató en el terreno nacional, y son sus frutos los que están abasteciendo al mercado local”, comenta el gerente de Marcal Consultores.

Los encargados afirman que, como cualquier negocio, el cultivo de los arándanos necesita de un tiempo de espera para que la planta crezca antes de su primera producción. Después puede mantenerse en terreno hasta 20 años, todo depende del tiempo de cuidado que se le brinde.

Antonio Martínez, ayudante de producción, asegura que no demandan muchos cuidados, más que los básicos, como el deshierbe y que los nuevos plantines requieren de un año de crecimiento en bolsas de cultivo antes de ser transplantados al terreno; donde también se debe esperar, por lo menos, dos años, antes de la primera cosecha.

Manifestó que la primera cosecha de este año tiene una buena perspectiva. “Tenemos dos fechas para recolectar el fruto, la primera de febrero a mayo y la segunda en octubre y noviembre (que se la denomina “cosecha chica”)

y que hasta el momento ya recolectaron 15 toneladas de arándano”, según el gerente general de Marcal.

Clementina Solís, jefa de recolección, asegura que los 15 empleados del área pasan una vez a la semana por las diferentes parcelas para retirar el fruto. Si bien no es una tarea muy complicada, para ella sí es morosa, ya que hay que identificar aquellos frutos que ya estén maduros y desgranarlos de la rama.

“Trabajamos ocho horas diarias en el campo y no abastecemos”, explica Solís. Luego, la cosecha del día es refrigerada o congelada a 18 grados bajo cero, todo dependiendo de las necesidades del mercado de consumo. Luego, el producto será envasado, listo para ser enviado a su destino final.

Evelyn Villagrán es la comercializadora de la empresa Marcal y señala que cuentan con diferentes presentaciones de comercialización del producto, que van desde los 100 gramos hasta el kilo, con los que llegan al mercado nacional. Este producto puede ser adquirido en la cadena de supermercados Hipermaxi y también en los mercados y ferias de cada ciudad.

Los arándanos que Marcal ofrece al mercado nacional son un producto 100 por ciento orgánico, ya que “hasta la fecha, la planta de arándano no presentó ningún tipo de enfermedad y tampoco es atacado por insectos. Es decir que se está hablando de frutos libres de pesticidas”, complementa Vidal Solís, capataz de Marcal Consultores.

De igual manera, Martínez informó que su producción no tiene nada que envidiar a los países vecinos. Más al contrario, están orgullosos, porque llegaron productores de Perú y Chile, y solo tuvieron halagos hacia la calidad del fruto.

“En Tarija cultivamos la baya a dos mil metros de altura y, al parecer, eso le agrega bondades al fruto. Es más crujiente, tiene más concentración de sabor, contiene mayor cantidad de antioxidantes y el golpe térmico de la noche y el día les otorga mayor sabor”, explica.

Beneficios del producto 

En los últimos años, numerosos estudios científicos desarrollados en importantes universidades de los Estados Unidos, Europa y Argentina demostraron que esta baya, por su alto contenido en antioxidantes, ayuda a evitar algunos tipos de cáncer, por ejemplo, el de colon, mama y cuello uterino. Además, destaca por sus propiedades antibacterianas, por sus efectos antibióticos y desinflamantes.

Martínez Calbimonte informó que estas bayas elevan las defensas del organismo, protegen y fortalecen las paredes de los vasos capilares; por eso son útiles para el tratamiento y la prevención de venas varicosas, además de los problemas de visión ocasionados por la rotura de los vasos sanguíneos de los ojos.

Además “es un alimento bajo en calorías ideal para el consumo de personas diabéticas, es una fruta bastante buena para el estómago, especialmente para enfermedades urinarias o la cistitis, y también para el colágeno de la piel”, dice Martínez.

“Tenemos varios clientes que son pacientes y adolecen diferentes tipos de problemas. Son ellos nuestros fieles consumidores”, concluye orgullosa Evelyn Villagrán.