Sacaba es el municipio que más aprobó urbanizaciones en riesgo
En el Parque Nacional Tunari (PNT) se han identificado 75 procesos de urbanización a lo largo de la Cota 2.750, dentro de los municipios de Cercado, Quillacollo, Tiquipaya y Sacaba.
Según el informe elaborado por el exdirector del PNT Carlos Espinoza, el municipio que más urbanizaciones aprobó dentro de la reserva y en zonas cercanas a torrenteras es Sacaba.
En los últimos 30 años, se emitieron 39 resoluciones municipales que dan aval para las construcciones en ese municipio.
En un segundo lugar está Cercado, con 24 resoluciones, Tiquipaya con 5 y Quillacollo con 7.
Al ser una reserva natural, en el PNT no deberían haber construcciones de urbanizaciones. Cuando la reserva fue creada, se advirtió que no se lo debería hacer, pero los municipios incumplen.
“La aprobación de las urbanizaciones por resolución municipal se dio en el periodo de 30 años, desde 1972. La primera fue en el Cercado y la última en 2004 en Sacaba”, dijo Espinoza.
De los 75 asentamientos y urbanizaciones identificadas, 44 tienen uno o más ríos y quebradas dentro o en las colindancias.
Solo en ocho casos se establecieron franjas de seguridad y 38 se apropiaron de las laderas de los ríos para establecer sus áreas verdes y de equipamiento, incluyendo además calles.
El director de la Madre Tierra de la Alcaldía de Sacaba, Florentino Ledezma dijo que las aprobaciones son anteriores a su gestión y que actualmente no se está tratando ningún pedido.
Pero el temor de que las urbanizaciones crezcan dentro de reservas que tienen mucha importancia para todo el Eje Metropolitano por la contribución que realizan en la recarga y reserva acuífera también existe en el Cercado.
Vecinos de la zona de Ticti Norte denunciaron el intento de urbanizar 55 mil metros de la franja de seguridad de la torrentera Pintu Mayu, cerca de la Segunda Circunvalación.
Una organización social habría conseguido mediante un proceso judicial y apoyo de la Alcaldía del Cercado la aprobación urbana de este sector.
“No lo vamos a permitir. Nadie va a invadir la franja de seguridad que nos protege”, dijo Lucio Ancieta presidente de la junta vecinal de Ticti Norte.
NADIE DEMUELE
Lo que Espinoza cuestiona es que, en vez de ayudar a que las urbanizaciones desaparezcan y realizar las demoliciones dentro del PNT, son las mismas autoridades las que ayudan a aprobar los planos urbanos.
Dijo que la Dirección del PNT no tiene la autoridad ni la logística para hacer estas demoliciones y que son las Alcaldías las que deben realizar el trabajo.
La tarea del PNT solamente llega hasta los procesos administrativos en los que se hacen paralizaciones de las construcciones y notificaciones.
En algunos casos, cuando los procesos avanzan, los propietarios de las viviendas deben hacer la reposición del daño ecológico que causan en la zona cuando construyen. Una de esas sanciones puede ser por ejemplo la reforestación del área dañada.
ANTECEDENTES
Habitantes de los siete municipios de la región metropolitana de Cochabamba (Sacaba, Cercado, Tiquipaya, Colcapirhua, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe) viven al pie de la cordillera del Tunari, en directa relación con los 54 ríos y quebradas que bajan hacia el valle central, para desembocar en el río Rocha.
Los siete municipios dependen de las aguas superficiales y subterráneas que se generan en las cuencas para el abastecimiento cotidiano del agua potable y energía a través de instancias públicas y de servicios de riego para la producción agrícola a través de organizaciones de regantes; como también, para las actividades económicas de empresas privadas como la Cervecería Taquiña, granjas, balneario termal Liriuni y otros servicios turísticos.
Espinoza explica que los ríos y aguas de la cuenca son fuente de vida y generadores de economía. Pero también pueden constituirse en potenciales amenazas y generadores de riesgos para la población, con graves consecuencias sociales, económicas y ambientales.
Estas condiciones de vulnerabilidad social y económica de la población, ante la amenaza de un fenómeno natural como es la inundación y mazamorra, se acrecentaron las últimas dos décadas en el caso de Taquiña, con la invasión de urbanizaciones e infraestructura pública en el curso natural y entorno aluvial del río.
“Lo ocurrido con el río Taquiña el 6 de febrero del 2018 es un ejemplo paradigmático y doloroso de esta realidad que pretendíamos soslayarla ingenuamente en los últimos años”, agregó Espinoza.
Mencionó que los riesgos de inundación y mazamorras no son nuevos en la región metropolitana, estuvieron presentes históricamente.
Los nombres nativos de dos ríos importantes indican este antecedente: Ticti Mayu (ríos de mazamorra, en quechua), ubicado en Cercado, más conocido como Pintu Mayu, y el Kora Mayu, ubicado en Tiquipaya que en aymara también significa río de mazamorra.
Dijo que, durante las últimas cinco décadas, se tuvieron momentos en los que el Estado le dedicó especial atención al problema.
Un primer hito se da a consecuencia de las inundaciones de 1958 que afectaron a la ciudad de Cochabamba y su entorno regional, procedentes de ríos de la cordillera del Tunari.
La preocupación por contener este riesgo para la población de Cochabamba, determina la creación del PNT en marzo de 1962, con la Ley 253. La principal finalidad fue la de contener las inundaciones con acciones de forestación de las laderas de donde bajan los ríos.
Los años 70 de la dirección de Torrenteras dentro la Corporación Regional de Desarrollo de Cochabamba- (Cordeco), con la principal misión de controlar las riadas, inundaciones y mazamorras. Entre los ríos más difíciles de controlar se encontraba el Pintu Mayu.
Un aporte importante de este período es la Resolución 049/87 del 31 de diciembre de 1987, que por primera vez determinó franjas de seguridad para seis ríos de Cercado (Pintu Mayu, Pasaje Mayu, La Phajcha, Taquiña, Aranjuez y Soto Mayu). Espinoza sostuvo que la dimensión que se estableció fue desde 30 a 190 metros según el río y ubicación altitudinal, hasta y por debajo la Cota 2.750.
Como el problema seguía, y no se resolvía con acciones puntuales de dragado de plantaciones forestales, se creó el Proyecto de Manejo Integral de Cuencas (Promic) en 1991 a través de un Convenio Intergubernamental con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), con la finalidad de que desarrolle sus actividades exclusivamente en cuencas (microcuencas) de la cordillera del Tunari, entre Cercado y Tiquipaya principalmente, y en menor grado en Sacaba y Quillacollo.
Precisamente, la cuenca Taquiña se constituyó en la primera experiencia y el modelo de manejo integral de cuencas del Promic que se fue replicando paulatinamente en otras de la región. En la actualidad, ya no queda nada de lo trabajado y el Promic dejó de operar el 2000 por falta de ayuda de la cooperación.