“Me paré apenas, miré a mi hija y estaba ardiendo”
Carla Molina Lucano, 38 años
El sábado estaba vendiendo dulces al lado de la señora que preparaba chicharrón (la que murió cercenada). Todo parecía estar normal. En ese momento me agaché para buscar algunas cosas en mis cajas y escuché como el ruido de una chispa –shhhh—y vino fuerte el impacto.
Me paré apenas y volví a entrar al lugar en búsqueda de mi hija. La miré y…se estaba quemando. Sus cabellos y brazos estaban ardiendo. Apagué el fuego como pude. Saqué a mi hija por la calle Caro. Está también hospitalizada, con quemaduras de segundo grado.
La chicharronera estaba en el piso, ya muerta. La mayoría de las personas heridas es de vendedores.
Hemos perdido toda la mercancía. Son dulces, espumas, paraguas, ponchillos… Era todo lo que tenía como capital.
A mi alrededor vi a mucha gente movilizada. Pensaba que eran las comerciantes intentando recuperar sus cosas, pero ahora que lo pienso mejor, era gente que estaba robando la mercadería, se llevaba todo en medio de la desgracia.
Me falta carne en la pierna derecha y necesito una cirugía estética, pero no sé para cuándo programarán. No me hicieron ninguna operación hasta ahora porque dice que debo esperar 18 días. El lado derecho de mi oído no funciona nada y requiere una valoración.
Mi hija también puede quedarse sorda. Permanece internada.
Estoy muy asustada, escucho un ruido y quiero escapar. No sé cómo vamos a superar este momento difícil. Alguien nos tiene que dar ayuda psicológica .