Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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El Pueblito, un destino turístico y gastronómico para visitar en 2019

La revista internacional Condé Nast Traveler dio a conocer la lista de las 21 ciudades que se deberían conocer el próximo año. Cochabamba es mencionada por su gastronomía y por la zona donde se fundó la Llajta.<BR>
El Pueblito, un destino turístico y gastronómico para visitar en 2019



Los calditos criollos, el laphing, chicharrón de cerdo, chajchu, escabeche y hasta fideo uchu son algunos de los platillos que conquistaron a los turistas que emitieron su voto en la página de la revista norteamericana Condé Nast Traveler. Cada año, esta magazine de lujo, especializada en turismo, lanza una encuesta online mundial, con la finalidad de buscar la lista top de los sitios turísticos representativos en todo el globo terráqueo.

El informe final se da conocer luego de una evaluación interna, con la denominación “Hot List” urbana 2019, que pretende convertirse en una guía de viaje para miles de personas que están planificando sus próximas vacaciones.

En esta edición, 21 ciudades fueron seleccio- nadas, gracias al voto de más de 429 mil personas. El formulario que llenaron solicitaba información acerca de cuáles eran sus ciudades favoritas, hoteles, líneas de cruceros, islas y otras especificaciones del rubro.

De acuerdo a la carta editorial de la revista, esta gestión, los ejecutivos analizaron comportamientos y ubicaciones geográficas, hasta obtener una imagen completa de la ciudad que catalogarían. Este año, sorpresivamente, el resultado de la encuesta muestra un nuevo panorama de las formas de vacacionar, que son diferentes a las de antes.

Entre las 21 seleccionadas solo tres están en América Latina, entre elllas Cochabamba.

La publicación presenta a la Llajta de la siguiente manera: “Bolivia es la nueva Perú, al menos en términos culinarios. La virginidad de gran parte de su territorio y la conexión de esta tierra con sus ancestros regala sabores sorprendentes y recetas inesperadas. Y la mayoría de los chefs lo saben. Por eso Cochabamba, su capital gastronómica, se ha erigido como el destino más sabroso del país, no sólo por sus chefs y sus secretos, sino por su ubicación en un valle verde y fructífero que alberga muchas sorpresas. Y para la sobremesa, un casco histórico colonial y un pueblito en Tupuraya, que hace más visible la conexión con lo autóctono”.

Sin duda, la revista se refiere a El Pueblito, ubicado cerca del puente de Tupuraya. Un lugar que intenta mantener su arquitectura republicana, el equilibrio con la naturaleza y la buena gastronomía cochala.

Allí, los turistas o visitantes no podrán dar crédito a lo que vean. Con tan solo avanzar media cuadra de la concurrida avenida General Galindo y traspasar la fachada de ingreso al barrio, podrán conocer cómo era una pueblo de antaño en la región.

tradición histórica

Este es un pequeño barrio antiguo, donde todavía se observa la estructura pueblerina típica de los valles cochabambinos muy diferente al diseño tradicional del damero español, reflejada en sus angostas calles, las formas irregulares de sus manzanos, que están conectados por pequeños pasajes.

El arqueólogo e investigador independiente, David Pereira Herrera realizó un estudio junto al historiador español Juan José Villarías-Robles, en el que se hallaron indicios de que El Pueblito podría ser el lugar donde se fundó la Villa de Oropesa.

Los resultados de esta investigación fueron publicados en el libro “La ubicación de Qanata y los dos lugares fundacionales de la Villa de Oropesa, Cochabamba, Bolivia (siglos XV-XVI)”, hace varios años.

El arqueólogo asegura que la arquitectura de la zona corresponde la época republicana y que solo se trataría de una villa indígena —construida sobre los asentamientos de lo que habría sido Qanata—, ya que no existen indicios de que existiera una casa de hacienda o casona en esa región.

“La edificación no es de época colonial, incluso me atrevería a afirmar que las edificaciones corresponden a 1890 y 1900. Este pueblo tenía sus actividades comerciales. Es una mini

urbanización que se podría definir como estilo republicano tardío”, explica Pereira.

En este espacio urbano predominan las calles empedradas, las casas de adobe de planta baja con puertas macizas de madera y en el techo tejas musleras de arcilla.

La historia de este barrio es importante para la ciudad, ya que se hallaron, en los subsuelos de las antiguas construcciones, restos arqueológicos pertenecientes a la cultura tiahuanacota e incaica.

En 2010, la Organización Territorial de Base (OTB) de El Pueblito —perteneciente al Distrito 12 de la Comuna Adela Zamudio— se preo-cupó por la preservación de su arquitectura y se movilizó para que el municipio de Cercado realice una intervención y el mantenimiento de las características arquitectónicas de origen. La Alcaldía hizo una inversión de más de un millón de bolivianos. De esta manera, el lugar ingresó a un circuito turístico.

Según afirmó Leonor Ríos vda. de Vargas, vecina del barrio desde que tiene ocho años, El Pueblito solo conserva algunas casas originales, aquellas cuyo adobe de las paredes mide unos 50 por 60 centímetros de largo y ancho.

La mujer cuenta que una de esas viviendas, con una construcción de dos plantas, perteneció a su suegro, Venancio Jiménez, quien a su vez la heredó de su padre. Además de esta propiedad, hay otras dos casitas antiguas que se encuentran sobre la calle Froilán Zambrana.

COSTUMBRES VALLUNAS

Uno de los ejes o núcleos de este barrio es la gastronomía ancestral. El comunicador y consultor turístico Sistor Uturunco menciona que todo pueblo tiene en su esencia a la comida, especialmente aquellos platillos en los que la combinación entre sabores y texturas se logró con la práctica y la experiencia de aquellas comenderas que vivían entre los fogones y que antes de su muerte pasaron las recetas a sus hijas.

Uturunco sostiene que El Pueblito es un espacio atrapado entre la vida moderna y el campo, donde tiempo atrás la concertina, el acordeón y el charango acompañaban a los parroquianos que se daban cita los fines de semana para disfrutar de la tranquilidad y paz alejados de la vida citadina.

Hace cuatro décadas se comenzó a revalorizar la gastronomía en esta zona, cuando la gente llegaba para disfrutar de la campiña, sentada con baldes de chicha bajo los frondosos árboles y para degustar un plato de chicharrón”, explica el promotor turístico.

La base de la gastronomía de esta zona eran las lawas, los ch´agues y sopas de cereales sin carne. También los tostados, motes y el k´allu eran los más degustados.

El Pueblito era uno de los últimos barrios de la ciudad de Cochabamba donde se elaboraba la chicha. Precisamente, sobre la calle Mariano Melgarejo, aún se encuentra la famosa chichería Th´ago María.

“En la chichería no podía faltar la rayuela, el sapo, los cubiletes de cacho y los músicos que amenizaban la tarde”, añade Uturunco.

Poco a poco, las chicherías fueron cerrando sus portones y las casas abrieron las puertas de sus patios para atender a los visitantes con una amplia variedad de sazones criollos.

T´URU MANCA

Actualmente, la mayoría de los locales de comida que funcionan en este barrio atiende solo los fines de semana, aunque algunos abren los jueves y otros finalizan su atención los lunes, dependiendo de los platos que preparan.

La comida es preparada por mujeres que viven en este barrio desde hace décadas, y que aprendieron a cocinar con sus madres o abuelas.

Leonor Ríos dice que, además del suyo, hay cuatro restaurantes que funcionan en la zona y que sus propietarias son Lucy Torrico, Marisol Mejía, Carola Vargas y Carla Terán.

Entre los platos que los visitantes pueden disfrutar están el chicharrón, escabeche, enrollado, laphin, charque, chuletas, locoto relleno, conejo lambreado, fideo uchu, picante de lengua, pollo o mixto.

Estos sabores caseros y la forma

de su presentación en platos de barro

y sobre mesas de madera

con aguayos como manteles;

la arquitectura republicana con las calles adoquinadas, y la pintoresca glorieta en el centro de la plazuela influyeron en la percepción de cientos de turistas que calificaron a este barrio cochabambino como un destino turístico internacional l