Modelo económico del país ingresará en un período de agotamiento
En 2018, como en 2017, Bolivia ocupará uno de los primeros lugares en crecimiento económico de la región, pero ¿Qué habrá detrás de esa cifra positiva para el país?
Si bien al año el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá hasta un 4 por ciento , según la previsión gubernamental, ese porcentaje será alcanzado, nuevamente, gracias a los ingresos económicos generados por la exportación de materia prima y no así por la venta de productos con valor agregado.
Por lo que, la situación económica boliviana en 2018 dependerá, de gran manera, de la fluctuación de los precios internacionales de la materia prima.
El PIB expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país durante un período determinado. En el caso de Bolivia, dicha producción de bienes y servicios está limitada, desde hace algunos años, a la materia prima.
Esa dependencia es peligrosa porque, según el docente investigador del Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) Fernando Salazar, el siguiente año las exportaciones de gas y petróleo disminuirán en precio y volumen.
ERRORES
El primero de ellos sigue siendo la falta de coordinación entre el sector publico y privado. El 2017 ha dejado en claro que no se puede mantener un ritmo de crecimiento relativamente alto solo con la musculatura del Estado. Por otro lado, es necesario despolitizar algunos indicadores económicos, como la tasa del crecimiento, el tipo de cambio y el nivel de las reservas, ya que de forma errada e irresponsable se han vinculado estos indicadores con la idea de estabilidad económica. También se sigue descuidando la formulación de políticas económicas integrales, como una política laboral e industrial entre otras.
El economista José Gabriel Espinoza añadió que, si bien el precio de las materia primas últimamente están mejor de lo esperado, el modelo económico está entrará en una fase de agotamiento. A su criterio, el 2018 será crucial para que las autoridades gubernamentales realicen cambios. Por ejemplo, las políticas deben ser más amigables con la inversión privada.
El analista internacional Álvaro del Pozo Carafa acotó que si bien la gestión que está concluyendo dejó algunas determinaciones en pro de la economía nacional, como la autorización de libre exportación de alimentos y alcohol, su impacto en 2018 no será cualitativo.
La medida dictaminada por el Gobierno permitirá, por ejemplo, que los 1.8 millones de quintales de azúcar excedentarios que se producen anualmente en Bolivia sean comercializados en mercados internacionales. Así como las 1.7 toneladas de soya que sobran, luego de garantizar la provisión del producto para el consumo interno.
ACCIONES
A criterio de Espinoza, es claro que las actividades primarias exportadoras no dejarán de ser importantes en el 2018, sin embargo, es necesario vincularlas a servicios y actividades innovadoras, a las cadenas de explotación mineras y agrícolas, debido a que gran parte de los insumos y servicios que demandan esos rubros siguen siendo importados.
Añadió que se debe cambiar el enfoque del desarrollo de los sectores no tradicionales. Lo que se ha estado haciendo en los últimos años es buscar sectores específicos para potenciarlos, cuando en realidad se deben reforzar las habilidades que permitan insertarse en las cadenas de producción mundiales. “De esta manera, por ejemplo, el sector textil podría reconvertirse, desde la manufactura de ropa y vestimenta, a áreas como la provisión de insumos para las automotrices, que son grandes demandantes de estos servicios para sus vehículos. Lo mismo sucede con la joyería, que podría insertarse en cadenas globales de producción, aprovechando los bajos costos de mano de obra, la creciente importancia del comercio electrónico y el alto valor agregado en relación al volumen de estos productos”.
Concluyó indicando que todos los problemas citados parten de la falta de credibilidad de las actuales autoridades en el área económica.
Ante esto, a su criterio, es necesario reencauzar el relacionamiento del Gobierno con el sector productivo, a través de nuevos interlocutores o estrategias que estén basadas en los aspectos técnicos más que políticos.
Control
Expertos recomendaron que en 2018 se haga un mejor control sobre las empresas públicas, para evitar hechos irregulares.
Políticas
Analistas plantearon que el Gobierno formule políticas económicas integrales, que incluyan el ámbito laboral e industrial.