“No puedo llorar porque me griten o digan paco hijo de p...”, dice jefe policial
“No porque en un estadio me griten: paco, hijo de p... voy a sacar mi pistola y voy a disparar”. “No por un grito que me den me voy a poner a llorar”. “No porque ya soy policía, dejaré de preparar mi cuerpo”. Son las frases de un jefe policial de Cochabamba con las que define el carácter y la formación de los policías.
Tras una larga conversación sobre prácticas, tradiciones, sanciones y adiestramiento de los policías, la autoridad pide no publicar su nombre por temor a los problemas que le puede generar con sus superiores.
Está convencido de que la preparación de los policías es muy especial y diferente a la de cualquier otra profesión.
“Somos fuertes para llevar (soportar) no solo el daño físico, sino también el daño moral. Esa es parte de la formación doctrinaria. Esa fortaleza se la consigue trabajando el cuerpo cada día, pero también la mente”.
El jefe policial, a quien llamaremos Edwin, relata que la formación que tuvo en la Academia de Policías fue mucho más exigente en sus tiempos y que hoy está vigente un nuevo modelo supervisado por organizaciones de Derechos Humanos. A él, no le parece mal. Dice que aceptaron la materia de Derechos Humanos como transversal en su educación, así como un requisito para los exámenes de ascenso. “Pero será el tiempo el que determine si este nuevo modelo es mejor”.
Está seguro de que antes como ahora, el policía necesita de formación doctrinaria.
De una estatura aproximada de 1.70, complexiòn atlética, Edwin relata sus épocas de estudiante. Hay cierta nostalgia y hasta orgullo en su voz.
“He sido un visitante del callejón oscuro. Hace 25 o 26 años, cuando era cadete, era otro el escenario. Ahora es una plenitud de respeto a derechos. Antes nos sancionaban con palo, en la actualidad el castigo es físico, es decir ejercicio y más ejercicio o se ejecuta lo que dice el reglamento interno, dependiendo de la falta”.
“Cuántas veces habré tenido el trasero bien marcado de tanto recibir palazos y no porque me porté mal, sino porque algo no salió bien a la compañía. Cuanto nos bañábamos en la ducha circular se podía ver los hematomas de todos en colores, unos verdes, otros morados”.
Está convencidísimo de que lo físico es crucial en la Policía. “Si no te preparas, solito te posesionas como disminuido”.
Edwin gráfica con ejemplos la necesidad de que los policías sean fuertes.
“Voy a hacer una pregunta sana, sin picante alguno. ¿Por qué los mineros han tomado rehenes a varios policías en agosto del año pasado en Panduro (Oruro), cuando asesinaron al viceministro Roberto Illanes?”.
“Porque no pudieron escapar. Su estado físico no les ha permitido. Había que tomar los cerros y si no estás preparado no lo puedes hacer. Incluso el que es ahora comandante de la Policía Nacional, Abel de la Barra, fue capturado. El gran pecado es no estar físicamente óptimo”, responde.
“Yo estaba ahí y tras estallar el conflicto había que empezar a correr y correr. Si me paraba, seguramente ahora estaría lamentando el vivir sin dientes y humillado porque los mineros les han orinado en la cara y en la boca de los rehenes”.
Desde ese año se instruyó que todos los mayores de 50 años no participan de desbloqueos en carreteras por ser de mucha tensión y riesgo, más si tienen sobrepeso.
Hay que entender que controlar una manifestación del magisterio o de los universitarios no es lo mismo que hacerlo con mineros en las carreteras.
PREPARACIÓN
La preparación empieza desde madrugada. En las escuelas se llama “despierto” y eso ocurre a las 4 de la mañana. La primera actividad es el trote para mantenerse en forma.
Edwin dice que conoce de casos en los que los oficiales han reprobado exámenes de ascenso porque no tuvieron el cuidado de prepararse físicamente.
Derechos Humanos
Derechos Humanos es materia transversal en academias y escuelas policiales, y también para el ascenso.
Sanciones
Existe un reglamento con el que se vigila que los policías estén bien alineados: botines limpios, color de polera, corte de cabello y otros.
Tradiciones
El jefe policial admite que el “manteo” es una costumbre y que incluso fue y es testigo presencial de este acto que es llevado a cabo en ámbitos festivos, jocosos, donde impera la travesura, pero no la intención de causar un daño. “En los cuatro años de la Academia de Policías tuve una vivencia muy cercana”.
Restricción
Edwin asegura que es la primera vez que se entera de un desenlace fatal en el “manteo” y ahora su práctica genera cierta susceptibilidad, por tanto recomienda que ya no exista, porque lo que no ocurre en 20 años, sucede en dos minutos. Si la travesura representa riesgo, mejor no practicarla y encontrar actividades más sanas.
Reglamentos
La actividad policial y académica está regida en la Policía por siete reglamentos: el interno, de evaluación, docente, estudiantil, disciplina y sanciones, entre otros. Y en ninguno está contemplada la lesión física, sin embargo, son prácticas que se ejecutan como tradiciones entre camaradas con anuencia de los instructores.