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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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La disfunción sexual femenina

El dolor, la ausencia de orgasmo y los problemas de excitación tienen solución. Hablar abiertamente y con naturalidad sobre ello ayuda encontrar una respuesta.
La disfunción sexual femenina




De acuerdo con la psicóloga y sexóloga Cristina Martínez, asesora de la Asociación Española para la Salud Sexual, desde el punto de vista psicológico y emocional la mujer tiene una sexualidad mucho más compleja y su experiencia está más asociada con los mensajes sociales y culturales que recibe.

Martínez explica que la mujer está acostumbrada a que sea el hombre quien descubra su propio placer “sin pasar por ella misma” y esto se debe a que muchas de ellas jamás han explorado su área genital, lo que genera un “ocultismo o un mayor tabú en la mujer que en el hombre” que provoca la disfunción sexual.

“Las mujeres, a diferencia de los hombres, no nos atrevemos a vivir la masturbación con naturalidad y eso crea un gran desconocimiento de su propia sexualidad”, opina.

Sin embargo, este tema suele ser muy consultado en busca de las soluciones o tratar de averiguar cuáles son las causas, salvo en aquellas situaciones en las que, por ejemplo, la falta de deseo sexual está relacionada con una insatisfacción de pareja y en estos casos es posible que la mujer prefiera no buscar ayuda.

El doctor José Díaz Morfa, psiquiatra, psicoterapeuta y presidente de la Asociación Española de Sexología Clínica, afirma que socialmente la mujer “ha recibido el mensaje de no disfrutar de su sexualidad”, mientras que en el caso de los hombres el mensaje es totalmente contrario.

En realidad —sostiene Díaz— la capacidad sexual de la mujer desde el punto de vista fisiológico es mucho mayor que la del hombre.

Además, “la mujer puede hablar más de sus emociones y de su sexualidad, mientras que el hombre asume su papel de duro y de fuerte y le cuesta más reconocer sus problemas”.

Díaz sostiene que gran parte de las mujeres que sufren disfunción sexual femenina tienen un origen fisiológico pero, para su correcto diagnóstico y tratamiento, es necesario descartar las causas médicas, psicológicas y sociales.

Según el Centro Médico para la Sexualidad Femenina de Estados Unidos, comúnmente los problemas sexuales son resultado de factores físicos (médicos) y emocionales. Cuando una condición física es diagnosticada, por lo general puede ser tratada con relativa facilidad y en un corto período de tiempo, mientras que los factores psicológicos se resuelven con terapia sexual en periodos más largos.

MÁS FRECUENTE DE LO QUE SE CREE

Pese a las evidentes pruebas de que los problemas sexuales en el sexo femenino son más frecuentes de lo que se cree, un estudio del Departamento de Urología y Psiquiatría de la Universidad de California indica que aproximadamente el 40 por ciento de las mujeres nunca ha buscado tratamiento o ayuda.

De acuerdo con el presidente de la Asociación Española de Sexología Clínica, el trastorno del deseo es probablemente la disfunción femenina que involucra muchas causas que pueden ser: fisiológicas, psíquicas o sociales.



Falta de deseo

Un documento publicado por la Asociación Española para la Salud Sexual (AESS) indica que el 30 por ciento de mujeres no tiene ningún tipo de deseo sexual. Esta situación se puede presentar en momentos concretos de la vida como el embarazo, el parto, la lactancia y la menopausia, o durante periodos de crisis.

Las intervenciones quirúrgicas, desarreglos hormonales y ciertas enfermedades como la diabetes, cardiopatías, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y la depresión pueden derivar en la ausencia de deseo.

Otros factores que pueden afectar al deseo sexual son cambios en los métodos anticonceptivos, cansancio, estrés, cambios de humor, obesidad o una mala imagen del propio cuerpo, la relación con la pareja, episodios sexuales traumáticos en el pasado y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y drogas.



Dolor

La dispareunia (dolor) durante el coito puede ser causada por enfermedades inflamatorias de la pelvis, cirugía ginecológica o pélvica, radioterapia para tumores ginecológicos, tumores uterinos o vaginales y fibroides, endiometrosis, infecciones del tracto urinario, quistes de ovario, síndrome del intestino irritable, falta de lubricación o alguna infección de transmisión sexual.

Según la Asociación Española para la Salud Sexual, las mujeres no suelen acudir a su médico para tratar este tipo de dolor superficial y esperan que se resuelva solo.



Orgasmo

El documento de la AESS explica que las dificultades para alcanzar el orgasmo se pueden clasificar de la siguiente forma: primarias (aquellos casos que nunca han tenido un orgasmo) o secundarias (han alcanzado el orgasmo anteriormente pero luego ha surgido la dificultad).

Esta disfunción puede tener origen psicológico, aunque también hay ciertas condiciones médicas relacionadas con el riego sanguíneo y las terminaciones nerviosas del clítoris.