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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Mejore su memoria sin ningún esfuerzo

No hacer nada, después de estudiar algo nuevo, es vital para recordar mejor lo que se trata de aprender. Expertos recomiendan tomar una pausa.
Mejore su memoria sin ningún esfuerzo





Cuando uno trata de memorizar algo nuevo es normal asumir que, cuanto más empeño ponga en ello, mejor le irá. Sin embargo, puede que lo que necesite sea justamente una pausa en la que no haga nada.

Apague la luz, relájese y disfrute de 10 o 15 minutos de tranquilidad y verá que recordará mucho mejor lo que acaba de aprender que si hubiese tratado de usar ese tiempo de manera más productiva, señala un artículo publicado por BBCMundo.

La nota subraya que si bien se sabe que uno no debe acelerarse cuando estudia, nuevas investigaciones indican que se debe apuntar a una "interferencia mínima" durante estas pausas, evitando deliberadamente cualquier actividad que pueda afectar a la delicada tarea de formar memorias.

Eso equivale a decir que nada de mirar el celular, los correos electrónicos o navegar por internet. Tiene que darle a su cerebro la oportunidad de recargar baterías sin distracciones.

Este descubrimiento resulta alentador para las personas con amnesia o algunas formas de demencia, ya que presenta una forma de liberar una capacidad de aprender latente, previamente desconocida.

Y es posible que un daño neurológico haga que el cerebro sea vulnerable a las interferencias después de aprender algo nuevo, y por ello un descanso demostró ser importante para los sobrevivientes de un derrame cerebral o para personas con alzhéimer

EXPERIMENTOS Los beneficios del descanso para mejorar la memoria fueron documentados por primera vez en 1900 por el psicólogo alemán Georg Elias Müller y su estudiante Alfons Pilzecker.

En uno de sus varios experimentos, Müller y Pilzecker les pidieron a los participantes que aprendiesen una lista de sílabas sin significado.

A una mitad del grupo le solicitó que aprendiese inmediatamente el contenido de una segunda lista, mientras que la otra pudo descansar seis minutos antes de comenzar con la tarea.

Cuando se examinó a ambos grupos una hora y media más tarde, los dos mostraron diferencias notables.

Los que hicieron el paréntesis recordaron cerca del 50 por ciento de la lista, mientras que los otros solo un 28 por ciento .

Esto indica que nuestra memoria de información recién aprendida es especialmente frágil apenas ha sido codificada, con lo cual es susceptible de sufrir interferencias si recibimos nueva información.

Beneficios del descanso

Las implicaciones más amplias de este hallazgo se hicieron evidentes a principios de la década del 2000, gracias a un estudio de Sergio Della Sala, investigador de la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, y Nelson Cowan de la Universidad de Misuri, en Estados Unidos.

El equipo quería descubrir si reducir la interferencia podía servir para mejorar la memoria de los pacientes que tenían un daño neurológico.

Usando una técnica similar a la de Müller y Pilzecker, les ofrecieron a los participantes una lista de 15 palabras y los pusieron a prueba 10 minutos más tarde. A algunos sujetos los mantuvieron ocupados con pruebas cognitivas y a otros los dejaron descansar en una sala oscura.

Y el impacto de una intervención leve fue mucho más profundo de lo que esperaban.

Los que descansaron triplicaron el número de palabras que recordaron —de 14 por ciento a 49 por ciento —, obteniendo un resultado similar al de la gente sin daño neurológico.