Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 18:38

SALUD CONTAMINACIÓN

Casi nadie previene el daño que causa el excesivo ruido

La pérdida auditiva, el insomnio y hasta problemas cardiovasculares son resultado de la contaminación acústica urbana y el creciente uso de audífonos. El caso de México ilustra la situación de América Latina.
Casi nadie previene el daño que causa el excesivo ruido



La contaminación acústica, pese a las graves consecuencias que tiene para la salud, desde la pérdida paulatina de la audición al insomnio, sigue siendo un problema poco atendido en México, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Aún no existe en México el nivel de consciencia, ni en las autoridades ni en los ciudadanos, para la regulación adecuada del ruido aunque sus efectos "son graves tanto física como psicológicamente", indicó a EFE el profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Fausto Rodríguez.

Además del malestar que puede causar el ruido en primera instancia, existen afectaciones graves a largo plazo como el tinnitus o acufeno, un sonido anormal que no proviene de ningún lugar pero que la persona escucha dentro de su oído por haber estado expuesto de manera progresiva a la contaminación acústica.

También puede perturbar el sueño o provocar insomnio, así como falta de concentración o mermas en la productividad a las que se les suma la fatiga, el estrés y el dolor de cabeza.

Estas afectaciones pueden incluso, según indicó el coordinador del Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico (Ladac) de la UAM, "derivar en enfermedades cardiovasculares". Estas molestias "se presentan aun y cuando no necesariamente sean niveles sonoros elevados" en referencia al ruido casi imperceptible del refrigerador o el del contenedor térmico para garrafones de agua, entre otros electrodomésticos. La música, el tráfico, los aviones, motocicletas, cláxones, bocinas, entre otros, también van haciendo daño de manera subrepticia pero constante.

De acuerdo con el experto, el estrés dispara reacciones fisiológicas que tienen que ver con el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino.

Cuando se está bajo tensión, el cuerpo genera otras sustancias que al acumularse representan factores de riesgo relacionados con presión sanguínea, pulso cardíaco, glucosa, lípidos y coagulación, pudiendo dar como resultado enfermedades del corazón.

Sin embargo, el especialista aclaró que se trata de "un proceso acumulativo, no ocurre inmediatamente".

"La contaminación acústica, sin duda, constituye una preocupación ambiental y urbana, pero a su vez un problema de salud pública cuyo malestar causa daño", aseguró. Sin embargo, en el país no existe ninguna normativa de salud al respecto que ofrezca una solución a esta problemática.

Algo que resulta llamativo es que, desde hace 13 años, el ruido es la segunda denuncia ciudadana de carácter medioambiental de la Ciudad de México.

Para los habitantes de zonas cercanas a aeropuertos, estaciones ferroviarias, fábricas y otras fuentes emisoras de ruido, puede parecerles no peligroso ese ruido al que se «acostumbran» con el tiempo, que en la mayoría de los casos, supera los 70 decibeles, el límite máximo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ese “acostumbrarse” es un riesgo porque mientras se aprende a convivir con ese factor ambiental, el organismo tal vez deja de percibir conscientemente el ruido, pero a nivel inconsciente lo sufre.

Consejos para cuidar los oídos

Un tercio de la población mundial y más del 70 por ciento de quienes residen en ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva, provocada por la exposición a contaminación sonora y/o al uso permanente de audífonos con alto volumen. 

Recomendaciones

•Utilizar audífonos en dispositivos portátiles a un volumen menor a la mitad de su máxima capacidad, y hacerlo también durante un período no mayor a dos horas diarias.

•Reducir el número de aparatos ruidosos que funcionan al mismo tiempo.

•Bajar el volumen de la televisión, la radio, el equipo de sonido y el reproductor MP3.

•No exponerse a ruidos fuertes y , en caso de que sea inevitable, usa protección auditiva.

•Marcharse de un lugar si el ruido es muy alto.

•Evitar el uso de bocinas o parlantes que nos inciten a elevar el volumen del sonido.

•No residir en zonas cercanas a fuentes de contaminación sonora severas.

•Respetar las normas de seguridad auditiva en los centros laborales.

Fuente: Juventud Rebelde