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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Las emociones ocultas detrás del dolor

¿Sabías que existen enfermedades llamadas psicosomáticas que son causadas por emociones muy fuertes, nervios o sentimientos negativos ?
Las emociones ocultas detrás del dolor



Desde la Antigüedad, los grandes filósofos y eruditos –como Hipócrates– de la época comprendieron no solo la importante unión entre la mente y el cuerpo, también cómo uno influía en la salud plena del otro. Es decir que no solo la psique era un espejo de la salud del cuerpo, también el cuerpo en relación con el estado de la psique. Sin embargo, aún no se descubría del todo cómo era posible o qué cosa era lo que los hacía tan unidos.

Con el paso del tiempo, médicos y psiquiatras lograron denominar como “histéricas” a aquellas personas que, sin causas orgánicas, se habían quedado ciegas, en parálisis de alguna parte del cuerpo o mudas; hasta que llegó Sigmund Freud a estudiar a profundidad la causa psíquica de ese estado, logrando concretar su teoría del Inconsciente y su influencia sobre la vida consciente de las personas.

A este tipo de trastornos provocados por de la interacción entre nuestro estado de animo y salud mental con nuestras emociones se las denominó psicosomáticas.

Existen numerosos ejemplos de procesos psicosomáticos. Algunos son muy simples y no implican una enfermedad: cuando una persona se avergüenza por algo, sus mejillas cambian de color: en otras palabras, el sujeto se sonroja. Dicha alteración física obedece a un proceso psíquico.

Un estado de nerviosismo también puede desencadenar procesos psicosomáticos. Un adolescente que está a punto de rendir un examen, por citar un caso, puede tener taquicardia y sudoración excesiva en las manos. A una persona que protagoniza una discusión callejera por un problema del tránsito, por su parte, le puede subir la presión arterial.

Cuando el desequilibrio psicológico se extiende en el tiempo y no obedece a una única situación extraordinaria, el problema psicosomático puede ser persistente. Un individuo que sufre un trastorno de ansiedad con ataques de pánico puede sufrir, de manera recurrente, desde mareos hasta colitis, pasando por náuseas y dolor en el pecho.

Llegado un momento, la enfermedad se instala en el cuerpo independientemente de su causa emocional. La colitis ulcerosa, señalada como una enfermedad psicosomática, puede implicar la aparición de úlceras importantes que requieran de una intervención quirúrgica, aun cuando el paciente haya tratado en terapia su problema psicológico.

PREVENIR Y CONTROLAR



El mejor modo de controlar y de evitar las enfermedades psicosomáticas consiste en prevenir el estrés y adaptar nuestras respuestas físicas ante situaciones que nos ponen nerviosos o que generan tensión. Para ello sigue los siguientes consejos:

1) Observa tus emociones y tus sentimientos, la manera cómo tu cuerpo reacciona ante una crisis o una situación concreta.

Así es más fácil determinar si lo que hacemos afecta directamente a nuestra salud.

2) Es muy importante aprender a resolver los conflictos utilizando la inteligencia emocional de las partes afectadas.

Las enfermedades psicosomáticas aparecen muy a menudo porque acumulamos tensiones generadas por nuestros problemas en lugar de buscar soluciones. 3) Administrar el tiempo entre ocio y trabajo.

4) Llevar en estilo de vida saludable en general,

con una alimentación

equilibrada y actividad física regular.