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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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La vía que impide sanar al corazón

Científicos identificaron un mecanismo por el que el músculo cardiaco no puede regenerarse tras una lesión.
La vía que impide sanar al corazón



El músculo cardiaco es uno de los tejidos menos renovables del cuerpo, lo cual es una de las razones por las que las enfermedades cardiacas constituyen una de las principales causas de muerte, tanto en hombres como en mujeres, en la población mundial.

Movidos por el deseo de ayudar al corazón a autorrepararse, unos investigadores de la Universidad Baylor de Medicina (Baylor College of Medicine) en Houston, Texas, y el Instituto del Corazón en Texas, ambas entidades en Estados Unidos, han estudiado vías que se sabe están implicadas en las funciones de las células del corazón y han descubierto una conexión previamente desconocida entre procesos que evitan que este se repare a sí mismo. Este hallazgo abre la posibilidad de desarrollar nuevas estrategias de tratamiento que promoverán la renovación de las células cardiacas en el futuro.

A la cabeza del doctor James Martin, el equipo estudió dos células cardiacas, la vía Hippo y la vía DGC, y entre otros hallazgos, descubrieron que la primera es la que impide la renovación de tejido.

En el futuro, este descubrimiento podría contribuir en la recuperación de las lesiones cardiacas (ocurridas por ataques al corazón, que producen muerte de tejido) y ayudando en peligrosas condiciones cardiacas como la distrofia muscular, a través del diseño de medicamentos para ralentizar el declive cardiaco, al estimular la proliferación de los cardiomiocitos.

Lesiones cardiacas irreversibles dato importante

Como explica el portal medicanewstoday.com, una de las particularidades del músculo cardiado es que no se regenera después de morir por privación de oxígeno (como ocurre tras un infarto). En vez de generar nuevas células, o cardiomiocitos, el corazón reemplaza el tejido muerto con tejido cicatricial, hecho de células llamadas fibroblastos, mismas que, a diferencia de los cardiomiocitos, no tienen la capacidad de bombear sangre; por lo que, gradualmente, el corazón se vuelve más y más débil, propiciando insuficiencia cardiaca.

Es por ello que el hallazgo de estos científicos es tan importante. De manipular exitosamente el mecanismo que regula el músculo cardiaco, se podría habilitar su regeneración.

hippo y DGc, las RUTAS QUE regulan la regeneraciÓn

Las vías biológicas son una serie de eventos moleculares dentro de las células que propician determinados resultados o transformaciones en ellas, explica el portal medicalnewstoday.com. Por ejemplo, pueden activar o desactivar genes y estimular la producción de grasas, proteínas, hormonas y otras moléculas.

Como relata noticiasdelaciencia.com, el equipo de investigadores, liderado por James Martin, se centró en dos vías propias de los cardiomiocitos o células cardiacas; la vía Hippo, que está implicada en detener la renovación de los cardiomiocitos adultos, y la vía del complejo de distrofina-glicoproteína (DGC, por sus siglas en inglés), esencial para las funciones normales de los cardiomiocitos.

El interés del grupo en la segunda vía surge porque, de identificarse las mutaciones en los componentes de la vía del complejo DGC, se podría ayudar a pacientes que sufren una enfermedad de desgaste muscular llamada distrofia muscular. En investigaciones anteriores, se habían obtenido indicios de que los componentes de la vía DGC podrían en cierta forma interactuar con miembros de la vía Hippo.

En el nuevo estudio, Martin y sus colegas examinaron las consecuencias de esta interacción en modelos animales. Modificaron genéticamente a ratones para que carecieran de los genes implicados en una o en ambas vías, y después determinaron la capacidad del corazón de reparar una lesión.

Mediante estas operaciones y análisis han mostrado por vez primera que el distroglicano 1, un componente de la vía DGC, se une directamente a Yap (una parte de la vía Hippo) y que esta interacción inhibe, al menos en los casos observados en los experimentos, la proliferación de cardiomiocitos.

El descubrimiento de que las vías Hippo y DGC se conectan en el cardiomiocito y que juntas actúan como “frenos” o señales de parada para la proliferación celular abre la posibilidad de que, alterando esta interacción, se consiga algún día ayudar a proliferar a los cardiomiocitos adultos y curar las lesiones causadas por un ataque al corazón, por ejemplo, tal como razona Martin.

Otra aplicación futura de este descubrimiento podría ser la mejora de la función cardiaca en niños con distrofia muscular. Los pacientes que la sufren pueden padecer una grave reducción de la función cardiaca.