Tras siglos (durante la Colonia) de ser restringidas al mercado rural, el chuchusmuti ha recuperado un lugar importante en el menú habitual de los sudamericanos y bolivianos.

Este producto es obtenido de las semillas de tarwi ―una leguminosa de origen andino cuya harina es utilizada para elaborar pan y galletas― que son remojadas y hervidas en agua (por varios días, para que pierda su sabor amargo), lo que preserva su apariencia original (granos de entre 0.5 a 1.5 cm de diámetro, de colores blanco, amarillo, gris, ocre, marrón y otros combinados.

De acuerdo a una evaluación nutricional proporcionada por la Fundación para la Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa), el chuchusmuti es rico en fósforo, calcio, hierro y zinc, y presenta un alto contenido de fibra, principalmente en su cáscara, y aceites vegetales buenos, como los omegas 3, 6 y 9. Por otro lado, su proporción de hidratos de carbono es mínima.

Pero, es su valor proteico el que hace del chuchusmuti un poderoso alimento, ya que alcanza al 50 por ciento por cada 100 gramos. Esto solo puede convertirlo en un suplemento perfecto de la carne, sobre todo cuando esta ha sido prohibida o debe ser reducida por razones médicas.

Además de consumirlo solo (como es más popular), puede intentar incorporarlo a sus guisos, ensaladas, purés, salsas y hasta sopas (al estilo del maní, moliéndolo y agregándolo al caldo hervido con verduras).

Un snack ideal para diabéticos

En una ciudad que hace de los bocaditos de media mañana o media tarde un arte ―dándoles incluso un nombre, “sajra hora”―, las personas que padecen de diabetes a menudo pueden sentir que no tienen opciones para unirse al antojo.

Pues, buena noticia, pueden recurrir al chuchusmuti, ya que este alimento no solo no perjudica su salud, sino que puede contribuir a su fortalecimiento.

Como bien señala David Ovando en su artículo, un segmento de una proteína del tarwi, llamada gamma conglutin, “ayuda en la reducción de azúcar en la sangre, lo cual es beneficioso para pacientes con diabetes del tipo 2”.

Igualmente, una investigación de la Universidad San Francisco de Quito (Ecuador), determinó que su consumo en ayunas puede disminuir significativamente los niveles de glucosa.