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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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El aislamiento social como refugio personal

El aislamiento social como refugio personal


El trastorno de la personalidad por evitación (TPE) caracteriza a las personas sensibles y cautelosas que habitan incrustadas en la caracola de su soledad por temor a ser heridas, juzgadas o rechazadas. Es tal su necesidad de huida y su incapacidad para gestionar sus miedos y angustia vital que acaban construyendo los muros en su propio mundo dónde recluirse.

Según una publicación en el portal lamenteesmaravillosa.com, esta condición psiquiátrica, que afecta a un 3 por ciento de la población mundial, fue definida a principios del siglo XX por los psiquiatras Bleuler y Kretschme, quienes aseguraron que “una persona puede ir desarrollando poco a poco esta tendencia evasiva hasta derivar en un brote neurótico que requiere en muchos casos de una internación clínica”.

Si bien este trastorno comparte ciertas semejanzas con la fobia social, no es lo mismo y no se deben confundir, ya que en ésta última, las personas evitan determinadas situaciones sociales, pero no las relaciones estrechas. En cambio en el trastorno de personalidad por evitación, se elude cualquier tipo de interacción personal, si bien existe el deseo de acercarse a las personas, el miedo a ser rechazados es más fuerte.

El transtorno puede comenzar en la adolescencia o al inicio de la edad adulta y no existe una causa en concreto que la provoque ya que se puede dar en diversos contextos.

Los médicos recomiendan que se consulte con un profesional en salud mental si la timidez o el miedo al rechazo trastornan su capacidad para desenvolverse en la vida y tener relaciones interpersonales.

¿Qué características tienen

estas personas?

• Sensación de que hagan lo que hagan siempre van a ser rechazados, criticados y apartados de cualquier tipo de situación social.

•Elevada autocrítica, se ven a sí mismos como seres completamente incompetentes en cualquier contexto.

Es común que se digan a sí mismos aquello de que “no están hechos para este mundo”.

•Suelen evidenciar una elevada disforia, es decir, combinan la tristeza con la ansiedad.

•Utilizan un elevado “arsenal” de pensamientos disfuncionales: “Es mejor no hacer nada, que intentar algo y fallar”. “Las personas de este mundo siempre son críticas, aman humillar a los demás y son indiferentes a las necesidades ajenas…”.

•Evitan gestionar emociones porque de este modo no tienen que hacer frente a eso que les da tanto miedo y que ellos mismos están propiciando.