Lo habitual es que un diente de leche permanezca en su posición hasta que la pieza permanente sucesora lo empuje para ubicarse en su lugar. Así se van soltando solos hasta salirse. Sin embargo, hay niños que desafortunadamente pierden sus dientes antes de tiempo, ya sea por un trauma o porque debió ser extraído por caries. En los casos en que se perdieron las piezas de forma muy temprana, los ondontólogos recomiendan el uso de un aparato que se llama mantenedor de espacio.

La explicación la ofrece la odontóloga Aracely Noemí Chulver. La especialista indica que se usa el mantenedor de espacio para que los dientes permanentes salgan sin dificultades porque de otra manera, las piezas tienden a cerrar el área. La odontóloga recordó que los dientes de leche son muy importantes para que haya un buen desarrollo de los maxilares y de los músculos. Mantienen el espacio para los dientes definitivos y además guían el proceso de erupción. Si se pierden antes de tiempo, se alteran todos estos procesos. Además se debe pensar que algunos dientes de leche no se cambian hasta los 12 años.

Cuando estos dientes se pierden antes de tiempo, los dientes definitivos que empiezan a salir van a ir empujando y cerrando los espacios y los que hacen erupción después ya no van a tener suficiente espacio para ubicarse correctamente en la arcada y se van a ir apiñando. Esto, a futuro, requerirá de tratamientos de ortodoncia que es costoso y de largo tiempo.

Chulver recomienda a los padres algunos cuidados que se deben tener. Hay que evitar consumir alimentos pegajosos y masticables, no introducir o empujar con los dedos y lengua, se debe mantener el aparato limpio con buen cepillado dental y visitar periódicamente al dentista. El mantenedor debe permanecer en la boca hasta que comienza a aparecer el diente definitivo y solo lo debe remover el dentista.

Para prevenir estos inconvenientes es importante el adecuado cuidado de las piezas. Los dientes de leche acompañan a los niños durante 12 años, de modo que conviene cuidarlos desde que empiezan a salir. La odontóloga ofrece algunos consejos para el cuidado de los dientes de leche. Es fundamental que las piezas estén limpias el mayor tiempo posible. Deben lavarse tres veces al día, después de cada comida principal.

Es importante que nunca se olviden el cepillado de la mañana, después del desayuno y el de la noche, antes de acostarse. Ir a la cama con los dientes sucios o mal lavados hace que sean demasiadas horas con las bacterias actuando en la boca.

Hay que dejar que el niño vaya participando en la higiene bucal según su edad, y animarlos a lavarse los dientes. Una correcta técnica de cepillado evitará que queden restos en la boca.

Es aconsejable utilizar el hilo dental por las noches, sobre todo entre los molares puesto que es la zona más propensa a la aparición de caries en los niños y el cepillo no llega a limpiar esta zona de forma adecuada.

Cómo elegir el cepillo de los niños

El cepillo de dientes de los niños debe ser pequeño, esto facilitará el movimiento dentro de la boca.

Las cerdas deben ser suaves y flexibles. Un cepillo pequeño, pero de cerdas duras, pueden lastimar tanto las encías como los dientes.

Es recomendable que posea cabeza redondeada, ya que los de forma rectangular son más difíciles de que lleguen a todos los rincones de la boca.

El mango tiene que ser de goma o más bien blando, para que sea fácil de agarrar.

Lo aconsejable es que el cepillo se cambie cada tres meses, o antes si se observa muy gastado.

Hay que buscar un banco o algo similar para que el niño pueda subirse y verse al espejo, mientras se cepilla los dientes.

Para que se enjuague la boca, utilice algún vaso de plástico que tenga la imagen de algún personaje representativo para el niño.

Cepíllese los dientes junto a su hijo, será un momento para compartir y a la vez podrá imitar el cepillado y así ir mejorando su estilo.