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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Armas para enfrentar los pensamientos negativos

Cuando se encuentre atrapado en una idea nociva póngase en actividad, relaciónese con gente positiva y siga adelante.
Armas para enfrentar los pensamientos negativos


Es fácil caer presa de una dinámica de pensamientos negativos, especialmente cuando hemos acumulado varios y hemos generado una inercia que afecta sobre todo a los filtros que utilizamos para procesar la información. Los pensamientos de los que hablamos pueden encadenarse de la misma forma que engorda una pequeña bola de nieve que dejamos rodar pendiente abajo. Así, un pequeño e inocente pensamiento, liberado sin consciencia ni intención, puede terminar convirtiéndose en un gran coloso que contamine todas nuestras emociones, conductas y al resto de pensamientos. Así lo explica la psicóloga Eva María Rodríguez en el portal lamenteesmaravillosa.com.

Como la fuerza de la bola que cae sin control, cada vez más grande, cada vez más rápida, los pensamientos negativos nos drenan de energía y nos arrebatan la fuerza. Y cuanto más te entregas a ellos, más fuertes se vuelven. Es más, de la misma manera que es más difícil detener esa pequeña bola de nieve cuando ya ha rodado varios metros sobre el valle y ha ganado en tamaño, también lo es detener una bola de pensamientos negativos que ya ha comenzado a rodar.

La vida nos presenta desafíos, muchas veces sin darnos una tregua y sin tener en cuenta los recursos con los que contamos. Los pensamientos negativos o derrotistas ante este panorama son normales. Sin embargo, alimentarlos, retenerlos o incluso perseguirlos disminuye la calidad de vida y envenena la imagen que tenemos de nosotros mismos. Suelen condicionar nuestras decisiones y no precisamente para bien.

La psicóloga se pregunta por qué alimentamos el pensamiento negativo cuando sabemos que nos hace daño. El problema empieza cuando nos saltan las primeras ideas y no los tratamos bien. En definitiva, cuando la bola es pequeña y no ha contaminado a todo lo que toca. Por ejemplo, hay personas que tratan la ansiedad que producen “atracando” la nevera.

Con este tipo de pensamientos se da otro fenómeno curioso, cuanto más piensas en olvidarlo más presente lo tienes. Las siguientes estrategias te permitirán desactivar el pensamiento negativo y te facilitarán la tarea de pensar en positivo.

1. Observa tu pensamiento. Generalmente es producto de distorsiones cognitivas o patrones de pensamiento irracional. Analízalo como si fueras un espectador. Si no dejas que se apoderen de tu mente simplemente se disiparán. Acepta tus pensamientos negativos y déjalos marchar.

2. Replantea cualquier cuestión que estés rumiando. Cuando lo hacemos convencidos de que podremos solucionar algo solo por pensar más en ello, es inútil. Debes despejar lo que hay de verdad y desechar lo que has creado tú antes de empezar a buscar una solución. No te extrañes si después de eliminar la fantasía te encuentras que no hay ningún problema, más allá del que has creado tú mismo.

3. Cuando te encuentres atrapado en un pensamiento negativo ponte en movimiento. Cambiar el chip para despertar ideas positivas no es tan fácil si tu mente está ocupada buscando la manera de sufrir. Entonces, es momento para salir a dar un paseo, correr, bailar o practicar yoga. No te pares a pensar, simplemente deja que tu cuerpo tome las riendas y lleve tu mente a otra parte.

4.- Evita los disparadores de pensamientos negativos como una canción, imagen o la compañía de ciertas personas. Cuando descubras qué estímulos desencadenan tus pensamientos negativos sustitúyelos por otros que despierten sensaciones agradables. No te martirices ni te lo pongas más difícil.

5.- Rodéate de gente positiva y de experiencias agradables. Si lo que ves, escuchas, lees y te rodeas de gente positiva, será más fácil evitar ideas dañinas.

6.- Repite afirmaciones negativas donde antes pensabas en negativo. Así que, en vez de dejarte invadir por cualquier idea adversa, piensa en positivo. Para recordarlo o reforzarlo, puedes tenerlo presente escrito en tu ropa, en el fondo de pantalla de tu ordenador o de tu móvil, o incluso en tu propia piel.

7.- Recuerda que nadie es perfecto y sigue adelante. Es fácil detenerte en tus errores, pero lo único que puedes hacer es aprender de ellos y seguir adelante.