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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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La regla del minuto para garantizar cambios

La regla del minuto para garantizar cambios


La regla del minuto es un método usado para que no todos los propósitos mueran de inacción. Muchas personas se plantean cambios como hacer ejercicio todos los días, leer cada noche o ajustar de alguna manera su estilo de vida, pero no los concretan.

Un error es pretender conseguir grandes cambios de forma rápida, de acuerdo con el portal lamenteesmaravillosa.com, se piensa que es una cuestión de fuerza de voluntad y es así cómo se encara sobre los hombros tareas que después no se las puede cumplir.

Se quiere cambiar de un día para otro, y cuando no se lo logra hay un sentimiento de culpabilidad y frustración. El punto es que quizás sí se tiene la suficiente voluntad para lograrlo, pero tal vez no se está utilizando el método correcto. Es ahí cuando se vuelven válidas algunas estrategias como la regla del minuto. Es gratis, sencilla y eficaz.



¿Qué es la regla del minuto? Como el nombre lo indica, es un método basado en una unidad mínima de tiempo. Proviene del Japón y ha sido utilizado tanto en aspectos de la vida laboral, como en situaciones de índole personal.

Los orientales tienen la ventaja de entender que todo es un proceso y que los grandes logros son fruto de largos esfuerzos continuados, en los que se deben cumplir diferentes etapas. Su mayor virtud es comprender que la rapidez, casi siempre, no nos lleva a ninguna parte.

La regla del minuto dice que se debe comenzar a introducir un cambio en la vida durante un minuto solamente. Si lo que se quiere es mantener una rutina de ejercicios, se tiene que empezar por dedicarle un minuto al día. Lo mismo con cualquier costumbre que se quiera introducir o erradicar. No puedes fallar ningún día.



¿Es eficaz la regla del minuto? Quienes la han practicado aseguran que la regla del minuto es sumamente eficaz para conseguir esos cambios que se nos resisten. El principal enemigo de la acción es la pereza mental, física y emocional, que aparece cuando tenemos que hacer algo que nos implica más esfuerzo del que estamos en capacidad de invertir.

Se siente que algo es muy difícil de lograr porque nuestro cerebro se resiste a los cambios. Ya tenemos formas preestablecidas de actuar y repetirlas día a día es una forma práctica de sobrellevar la rutina, sin desgastarnos demasiado racionalizando lo que vamos a hacer.

Por eso la regla del minuto es tan eficaz. Permite establecer esa marca en el cerebro para introducir un cambio, y lo hace sin que sintamos que tenemos que hacer un esfuerzo enorme para adaptarnos. Un minuto pasa rápidamente, pero la huella queda. De ese modo, se va afianzando la modificación en el estilo de vida, sin que apenas nos demos cuenta.

Lo ideal es aplicar la regla durante al menos 60 días seguidos. Es un tiempo suficiente para que aquello que antes resultaba completamente ajeno a nuestra rutina, se convierta en una actividad familiar. Y si se logra experimentar esa acción como “normal” irá desapareciendo las resistencias a realizarla.