El tomate es uno de los ingredientes fundamentales en la mayoría de las cocinas. Se puede comer en ensaladas, hervidos, en salsa y solos. Tiene importante beneficio para la salud en todos los estados, debido a sus propiedades.

Cuenta con gran cantidad de vitaminas B, C y A. Además de tener pocas calorías y grasas, es ideal en dietas para bajar de peso. También es importante su contenido en minerales, del que se destaca el potasio, el fósforo, magnesio y calcio, entre muchos otros.

Su color rojo intenso, por ejemplo, es debido a su contenido en licopeno, una sustancia antioxidante que se convierte en vitamina A, y que ejerce un efecto protector frente a un gran número de problemas cardíacos.

El tomate es bajo en sodio, por lo que, también, es recomendado en personas que padecen hipertensión arterial.

Es muy bueno para ayudar en la digestión porque contiene sales orgánicas ácidas (malatos y citratos). Precisamente por esta característica no es recomendable en personas que tienen cálculos renales.

Si se desea aprovechar toda la fibra de los tomates se debe optar por comerlos con su piel, sin pelarlos.

Otro beneficio mencionado en el portal natursan.net es su alto contenido en licopeno, un antioxidante que ayuda a prevenir el cáncer de próstata en los hombres.



Es importante mencionar que el tomate es uno de los alimentos desaconsejados cuando se sufre de llagas o aftas en la boca, debido a su acidez. Quienes siguen tratamientos de quimioterapia, por ejemplo, sufren como efecto secundario mucositis, una alteración de la mucosa de la boca que produce inflamación y llagas, cuyo dolor se acentúa con los alimentos ácidos como el tomate.

Por la misma razón, las personas con alteraciones en el aparato digestivo deben evitar el consumo de tomate. Tampoco deben comer el vegetal quienes sufren de reflujo esofágico, acidez de estómago, úlceras estomacales. Es preferible que este alimento no sea consumido por los que han pasado por una cirugía en el sistema digestivo.