Comer apio resulta saludable porque es un diurético natural. El médico naturista Javier Chinche Chambi, responsable del Centro de Medicina Naturista El Paraíso, dice que el apio se utiliza para las infecciones en los riñones porque las propiedades de la hierba facilitan su funcionamiento.

Sus componentes generan un efecto dilatador sobre los vasos renales y de esta manera aumenta el volumen de orina, favoreciendo la eliminación de líquido y de sustancias tóxicas.

El apio es, además, un excelente depurativo porque elimina sustancias de desecho con la orina, como el ácido úrico y la urea. Por esto, el apio es recomendable como remedio casero para disolver cálculos, eliminar toxinas, curar la gota, afecciones articulares o diversos reumatismos.

Los diversos compuestos del apio como los flavonoides ayudan en la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo.

Otro de los beneficios mencionados por Chinche Chambi es para el cuidado del hígado pues contribuye a su desintoxicación.

Por sus características antibacterianas sirve como purificador de la sangre. De esta manera, mejora el metabolismo y ayuda a controlar la diabetes.

Debido a su bajo valor calórico es un alimento ideal para usar en dietas de adelgazamiento. Según el portal digital alimentos que curan.com, al comerlo crudo su abundancia en fibra obliga a masticar bien la hierba, lo que proporciona una sensación de saciedad.

El aceite esencial del apio es usado, por sus propiedades antioxidantes, para reducir la cantidad de colesterol insoluble en las arterias. Sus atributos para el sistema digestivo son que favorece a la secreción de saliva y de los jugos gástricos. Debido a las propiedades mencionadas, su consumo está indicado en personas con inapetencia y digestiones lentas.

El apio aporta sustancias que protegen a la piel y es utilizado para tratar el vitiligo (despigmentacón).

La principal contraindicación del consumo de apio es la indigestión, en caso de comerlo crudo y en exceso. Pero al comerlo cocido se hace más digerible.