Bañarse es una necesidad esencial para mantenerse saludable. Sin embargo, en la sociedad moderna, solemos asearnos por cuestiones sociales y estéticas, pero no por razones de salud. Lo hacemos para evitar ser portadores de olores desagradables y lucir una apariencia linda.

Debemos recordar que la piel y el cabello son barreras naturales de protección de nuestro cuerpo. De hecho, impiden que entren en el organismo las impurezas y gérmenes exteriores, los cuales tienen que ser eliminados con el baño. Asimismo, el aseo personal permite deshacerse de las células muertas y secreciones de las glándulas sebáceas. La gente que no se baña durante un cierto tiempo tiene una acumulación de bacterias en su cuerpo, las cuales tapan los poros y se propagan en el organismo. Por lo tanto, se vuelve más propicia a desarrollar infecciones cutáneas y enfermedades diversas.

Las personas de todas las edades deben respetar algunas reglas para bañarse correctamente, ya que no es suficiente echarse agua y jabón sobre el cuerpo. Te detallamos las normas que debes seguir para tener un aseo personal que proteja tu organismo.

6 normas que debes respetar  

frecuencia

El baño diario es una buena costumbre para las personas que viven en una región cálida y húmeda. Si no transpiras de manera continua, se recomienda bañarte cada 2 días, ya que el agua y los jabones pueden irritar los tejidos cutáneos cuando se usan en exceso. Además, suelen impedir la generación de sustancias segregadas por el organismo, las cuales permiten protegernos de las infecciones.

temperatura

En invierno, es tentador asearse con agua caliente (entre 38°C y 43°C). Sin embargo, cuando la temperatura del agua es muy elevada, suele originar fatiga muscular y elimina la grasa natural de la epidermis, lo que la vuelve seca y débil. Por lo tanto, se sugiere bañarse con agua tibia (entre 25°C y 37°C). Asimismo, una vez por semana, no dudes en echar un chorro de agua fría sobre tu cuerpo para estimularlo.

mojarse

Es importante mojarse todo el cuerpo. Por lo tanto, debes girar varias veces debajo de la ducha. Si lavas tu cabello, también es esencial que esté completamente mojado. Esta etapa es fundamental para eliminar la suciedad y el polvo.

orden

Debes asearte de arriba hacia abajo, por lo que tienes que empezar siempre por la cabeza. Luego, enjabona tu cuerpo, iniciando por el cuello y bajando hasta los tobillos. Efectúa movimientos circulares sin frotar intensamente, ya que puedes irritar tus tejidos cutáneos. Después, aséate los genitales, utilizando un jabón neutro. Finalmente, termina con la limpieza de los pies, tomando en cuenta que debes lavarlos con cuidado.

afeitarse

Puedes aprovechar del baño para afeitarte, ya que el agua tibia suele ablandar el vello y abre los poros. De esta manera, el proceso es más sencillo y se reducen los riesgos de hacerse cortes. No olvides limpiar y secar tu rasuradora después de cada uso para evitar que se acumulen agentes infecciosos sobre la misma.

finalizar

Termina tu aseo personal, aclarando tu cabello y cuerpo con agua para eliminar los residuos de jabón, los cuales contienen suciedad. Toma en cuenta que el agua que chorree debe estar totalmente clara antes de que salgas de la ducha.