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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La hipertensión arterial, una enfermedad asintomática

La hipertensión arterial, una enfermedad asintomática



Se caracteriza por un aumento de la presión en los vasos sanguíneos. Generalmente, no provoca ningún síntoma que puede alertar al paciente. Debido a las complicaciones que acarrea, es esencial intentar prevenirla. 

8 formas DE PREVENCIÓN

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar una serie de enfermedades. A pesar de los agentes causantes que no se pueden controlar como la edad, sexo y herencia, existen maneras para cambiar el estilo de vida y prevenirla. 

PESO

El sobrepeso y la obesidad son factores agravantes de la hipertensión arterial. Para prevenir esta afección, calcula tu Índice de Masa Corporal (IMC) dividiendo tu peso en kilogramos por tu tamaño en metros al cuadrado. Si el resultado obtenido se encuentra entre 20 y 25, significa que tienes un peso saludable. Al contrario, cuando la cifra es mayor a 25, es esencial que empieces un régimen dietético.

actividad

deportiva

Realizar ejercicios físicos ofrece numerosos beneficios para la salud, ya que permite controlar la presión arterial, el peso y el estrés. Por lo tanto, se recomienda efectuar una actividad deportiva de intensidad moderada durante 20 minutos 4 veces por semana. Puedes optar por caminar, nadar, trotar, subir las gradas, hacer bicicleta, entre otras. Si no has practicado deporte durante mucho tiempo, es importante empezar por ejercicios suaves e incrementar su intensidad progresivamente. No dudes en pedir consejos a tu médico.

reduce

el estrÉS

Existe una relación entre la ansiedad y la aparición de hipertensión arterial. Cuando estás estresado, el organismo secreta adrenalina, la cual va a incrementar la tensión en tus arterias. El estrés puntual no es peligroso, mientras que el crónico provoca daños arteriales y en el corazón. Para disminuirlo, es necesario saber los factores que lo ocasionan y así, poder alejarte de estas fuentes nocivas para tu bienestar. Asimismo, puedes tomar clases de yoga y meditación para relajarte. También es interesante realizarse masajes para sentirse menos tenso.

ALTO A LA SAL

La sal contribuye a tener hipertensión arterial en algunas personas. Es el caso de los mayores, obesos y diabéticos principalmente. Las necesidades del cuerpo en sal se limitan a 2 gramos por día. Para mantener una presión sanguínea adecuada, es esencial equilibrar sus aportes. De esta manera, debes reducir el consumo de pan, charcuterías, quesos, comidas industriales y enlatadas. Asimismo, es importante leer las etiquetas de los alimentos para evitar consumir víveres ricos en sodio. Para incrementar el sabor de tus comidas, utiliza hierbas aromáticas y especias en vez de sal.

DISMINUYE

EL ALCOHOL

El consumo regular de bebidas alcohólicas está relacionado con un aumento de la frecuencia cardíaca y de la incidencia de hipertensión arterial. Para proteger tu corazón e hígado, se sugiere limitar el alcohol a 7 vasos por semana como medida máxima. Esto también contribuye a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. En cuanto a las personas que padecen de otras afecciones como diabetes deben beber alcohol de manera escasa o evitarlo completamente.

NO FUMES

Los efectos nefastos del tabaco sobre la hipertensión arterial son importantes, ya que fumar multiplica por tres los riesgos de padecer esta afección. Además, el tabaquismo es responsable del 25 por ciento de los fallecimientos causados por una enfermedad cardiovascular. La nicotina contenida en los cigarros incrementa la presión en las arterias y la frecuencia cardíaca. Asimismo, el aumento de la tensión arterial es particularmente relevante cuando la persona fuma por la mañana. En cuanto al tabaquismo pasivo, duplica también la incidencia de sufrir hipertensión arterial.

SIN EXCESO

DE COLESTEROL

El exceso de colesterol es nocivo para la salud en general. Juega también un rol nefasto en la hipertensión arterial, ya que fragiliza las arterias. Se preconiza adoptar una alimentación pobre en grasa y favorecer el consumo de frutas y verduras. Asimismo, intenta evitar cocinar con mantequilla o manteca. Limita también la ingesta de alimentos fritos.

ALIMENTACIÓN

Para prevenir la hipertensión arterial, debes tener una alimentación equilibrada y sana. Es primordial consumir frutas y verduras, ya que son ricas en potasio, el cual se opone a los efectos nocivos del sodio. Privilegia los plátanos, frutos secos y uva. Asimismo, limita las materias grasas. Los productos lácteos descremados son ricos en calcio, magnesio y potasio. Estos minerales disminuyen los impactos de la sal en el organismo. Por otro lado, es necesario beber al mínimo 1.5 litros de agua por día y reducir la cafeína, ya que aumenta la presión arterial.

El control de la presión arterial y las consecuencias de ser hipertenso

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Karen López Jordán

Médica - Cirujana

La hipertensión arterial (HTA) puede ser definida como la elevación de la presión arterial (medición de la fuerza ejercida sobre las paredes arteriales durante cada latido del corazón) por encima de los valores considerados normales, siendo la enfermedad crónica que más frecuentemente azota a la humanidad y una de la primeras causas de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cuando tomamos la presión arterial (PA) con un tensiómetro, se miden dos registros: el primero se refiere a la PA sistólica, la cual corresponde al valor máximo de la tensión arterial en sístole, es decir, cuando el corazón se contrae y presenta medidas consideradas normales que van de 100 a 120 milímetros de mercurio (mmHg). El segundo registro es la PA diastólica que compete al valor mínimo de la tensión arterial cuando el corazón está en diástole (entre latidos cardíacos) y oscila entre 60 a 80 mmHg. Cuando un médico mide la tensión arterial, se escriben dos números separados por una barra: el primero consiste en la presión sistólica y el segundo en la presión diastólica. Según las guías del National Institute of Health and Clinical Excellence, se estima que una persona sufre de prehipertensión cuando los valores alcanzan 139/89 mmHg.

En la mayoría de los casos, las causas de la hipertensión arterial son desconocidas. Sin embargo, se relaciona esta afección con una serie de factores como ser la edad, sexo, raza, además de agentes hereditarios, ambientales y dietéticos. Asimismo, estudios demuestran la íntima relación entre la HTA y la obesidad, consumo abusivo de sal, alcohol, cigarro, falta de ejercicio, diabetes y apnea del sueño. Además, se pueden observar otros elementos como ser renales, vasculares, endocrinos, neurogénicos, uso de drogas y toxinas.

Las personas que sufren de hipertensión arterial, generalmente no presentan manifestaciones clínicas y su diagnóstico suele ser incidental por lo que esto resulta ser peligroso, ya que los pacientes acuden a consulta directamente por las complicaciones de la enfermedad. Si usted padece HTA y no recibe tratamiento por mucho tiempo podría sufrir de retinopatía hipertensiva en el ojo, accidentes cerebrovasculares, infartos lacunares, encefalopatía hipertensiva, arterosclerosis, hipertrofia ventricular izquierda, fibrosis, angina, infarto del miocardio, fibrilación y arritmias. En los riñones, esta afección puede desencadenar la microalbuminuria, glomeruloesclerosis, infarto renal, diabetes e insuficiencia renal crónica.

El diagnóstico de la hipertensión arterial se basa en el interrogatorio al paciente, historia clínica detallada, correcta medición de la presión (una sola toma de la presión no es suficiente para diagnosticarla de forma precisa). Además, se necesita una exploración física minuciosa, exámenes de laboratorio y eventuales estudios adicionales. Una vez diagnosticada la HTA, el objetivo del tratamiento está dirigido a reducir la presión arterial de manera tal que se puedan evitar complicaciones mayores en el paciente. En primer lugar, se debe cambiar su estilo de vida, adoptar una dieta saludable, no fumar y limitar el consumo de alcohol y sal. Como segunda medida, se deben implementar medicamentos para controlar de manera efectiva la HTA.

Es importante recordar que la hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa que no da sintomatología alguna. De esta manera, es relevante realizarse tomas periódicas de la presión arterial sobre todo a partir de los 45 años de edad y si presenta sobrepeso o algún factor de riesgo anteriormente mencionado.