La diabetes altera los nervios, las defensas inmunitarias y la circulación sanguínea. Con la evolución de la enfermedad, el azúcar está muy abundante en la sangre y se deposita sobre los nervios, lo que perturba sus funciones. Los primeros nervios afectados son los sensitivos, es decir, los que permiten sentir el dolor. Esto se llama neuropatía. 

Por otro lado, las defensas inmunitarias son fragilizadas por la enfermedad y los pacientes se vuelven más vulnerables a las infecciones. En cuanto a la circulación de la sangre, las arterias suelen taparse. Por lo tanto, en numerosos casos, el pie se deforma y es maltratado por zapatos incómodos. Debido a esto, aparecen lesiones sin que la persona las sienta. Por falta de una curación óptima, suele surgir una infección severa que puede llevar a la amputación. Toma en cuenta que los riesgos suelen ser relacionados con microtraumatismos. Esto significa que son pequeñas heridas causadas por los zapatos, callosidades o uñeros que provocan la reacción infecciosa. Por estas razones, las lesiones del pie deben ser tomadas en serio por las personas diabéticas, teniendo los ciudados necesarios a diario para reducir considerablemente los casos de amputaciones.

6 CUIDADOS PARA PONERLOS A PRUEBA

vigilancia

La persona diabética debe vigilar el estado de sus pies a diario. Esto es más válido aún cuando el paciente pierde la sensibilidad en esta parte del cuerpo, ya que no siente las heridas. No dudes en pedir ayuda a tus familiares. Es importante curar la herida apenas aparezca. Asimismo, se recomienda realizar un chequeo médico cada 3 meses para que un profesional pueda evaluar los riesgos de infección.

higiene

Es primordial que el diabético tenga una higiene irreprochable. Por lo tanto, debe lavarse los pies a diario con agua tibia, es decir, inferior a 37°C. Asimismo, evitar los baños mayores a 10 minutos para limitar la maceración y el ablandamiento de la piel. Luego, tiene que secarse cuidadosamente los pies, especialmente entre los dedos para impedir la aparición de micosis, lo que puede acarrear infección rápidamente.

hidrataciÓN

Es frecuente que las personas diabéticas tengan la piel muy seca. De esta manera, deben aplicar una crema hidratante en los pies a diario, insistiendo sobre los talones. No dudes en utilizar una piedra pómez para eliminar las callosidades. Sin embargo, debes hacerlo muy cuidadosamente y no utilizar objetos de metal para evitar provocar heridas. Se recomienda sacar estas callosidades cuando la piel del pie esté blanda, es decir, después de la ducha.

UÑAS

Debes cortarte las uñas regularmente. Efectúa esto después de un baño de pie, ya que la uña estará más blanda. Evita cortar demasiado. El tamaño ideal es a la misma altura que la punta de tu dedo. Toma en cuenta que debes ser muy cuidadoso con las tijeras o el cortaúñas para limitar los riesgos de heridas. Asimismo, es preferible limar la uña en vez de cortarla.

MEDIAS

Es muy importante cambiarse de medias a diario, mejor si lo haces dos veces al día. Elige medias amplias para no comprimir tus dedos. Por otro lado, no debes apretar tus pantorrillas, ya que esto traba la circulación sanguínea. De hecho, si tus medias tienen costuras, colócalas al revés. También se recomienda privilegiar el algodón porque absorbe la transpiración y mantiene los pies secos.

ZAPATOS

Elige zapatos cerrados y amplios, en los cuales puedes mover tus dedos. Si debes comprarte nuevos zapatos, opta por ir en la tarde, ya que tus pies están más hinchados. Esto permite elegir adecuadamente el tamaño óptimo. Al principio, se aconseja utilizarlos media hora por día para evitar las heridas. Debes también vigilar que no haya ningún objeto dentro de los mismos antes de ponértelos. Por otro lado, nunca utilices los zapatos sin medias y limita el uso de tacones.