La esclerosis múltiple es una enfermedad que altera las transmisiones nerviosas y puede manifestarse con síntomas variables como ser entumecimiento o sensaciones de descargas eléctricas en un miembro, trastornos de la visión, molestias al moverse, entre otros. 

Generalmente, esta afección evoluciona progresivamente, pero en brotes sucesivos, cuya intensidad y consecuencias son variables según las personas. Estos ataques suelen dejar secuelas, las cuales pueden invalidar al paciente.

Esta enfermedad se caracteriza por reacciones inflamatorias. Éstas causan la destrucción de mielina durante los brotes, provocando los diferentes síntomas.

Al principio de la enfermedad, la inflamación desaparece después de los brotes y la mielina que es una vaina que protege las fibras nerviosas y acelera las transmisiones nerviosas, se forma nuevamente, lo que acarrea una regresión completa o parcial de los síntomas. Sin embargo, la evolución de la enfermedad impide la renovación de la mielina, lo que trae consigo una incapacidad permanente.

La causa de la esclerosis múltiple es desconocida. Sin embargo, según estudios científicos, existen algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecerla.

5 posibles factores de riesgo

Vitamina D

Tener una carencia de esta vitamina puede ser relacionada con la aparición de la enfermedad. De hecho, la mayoría de las personas afectadas suele tener una tasa baja de esta vitamina, particularmente al principio de su afección. La vitamina D es producida por la piel gracias al efecto de la exposición al sol. Algunas investigaciones científicas realizadas con animales demostraron que la vitamina D puede reducir la cantidad de brotes y frenar la evolución de la enfermedad. Sin embargo, no se ha podido demostrar todavía sus efectos sobre el ser humano.

CIGARRO

Según estudios científicos, las personas que fuman entre 20 y 40 cigarros al día doblan el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple en comparación a los individuos que no fuman. Asimismo, fumar suele empeorar los síntomas de los pacientes y acelerar la evolución de las formas remitentes y convertirles en progresivas.

LATITUD

Los individuos que viven en una latitud cercana a los polos incrementan las probabilidades de desarrollar esclerosis múltiple. La zona en la cual se cataloga menos casos en el planeta consiste en las periferias del ecuador entre los 40° de latitud norte y sur. Esto puede ser relacionado con la cantidad de sol que se encuentran en estos países y la producción de vitamina D.

GRASA ANIMAL

La incidencia de la esclerosis múltiple suele ser más importante en las poblaciones que consumen una alimentación rica en grasa animal. Al contrario, las personas que se nutren mayormente de ácidos grasos poliinsaturados tienen menos índice de esta enfermedad.

GENÉTICA

Las personas que tienen un pariente cercano afectado de esclerosis múltiple tienen un riesgo alto de desarrollar esta afección. Sin embargo, no consiste en una enfermedad hereditaria. De hecho, algunos genes pueden aumentar las probabilidades de padecerla.

PARA LEER EN PROFUNDIDAD 

El entorno familiar

¿Cómo reaccionar? Luego del diagnóstico, el neurólogo propondrá establecer un sistema de ayuda para el paciente. Generalmente, se aconseja acudir a un kinesiterapeuta, ergoterapeuta y tener sesiones de reeducación. Más allá de los síntomas motrices, el paciente puede presentar trastornos de atención, memoria, cambios de humor e incontinencia urinaria, lo que repercuta sobre la familia. Se aconseja apoyar a la persona afectada y no dudar en pedir apoyo psicológico para enfrentar esta enfermedad junto al pariente.