Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 11:44

LECTURAS SUTILES

Coaching también en las aulas

Coaching también en las aulas
Del coaching se dicen muchas cosas; desde que es solo una moda pasajera, hasta que es prácticamente la nueva profesión del siglo XXI que ha llegado para quedarse.

En realidad, al ritmo que hoy cambia

el mundo, es difícil prever cuáles serán las profesiones vigentes dentro de unos 30 años; ni siquiera sabemos cómo será la educación para entonces, por eso se dice que todo es incierto y no conocemos ni lo que sucederá a la vuelta de la esquina. Pese a ello, lo que sí podemos afirmar es que, para las necesidades de hoy, el coaching tiene mucho que aportar.

Algo muy común en la experiencia

de nuestros jóvenes es la sensación de no saber qué es lo que se quiere

en la vida ni para donde jalar, pues pareciera que los esfuerzos personales al final no valen de mucho: estudiar… ¿para qué?

Nuestra sociedad está llena de desempleados con un título universitario bajo el brazo, o de personas que nunca fueron a la universidad y, sin embargo, parecen ser los winners.

Ello, sumado al hecho de una escuela que no desarrolla capacidades creativas e intelectuales y más bien pareciera adormecerlas, hace que la educación formal y el estudio sean puestos en tela de juicio.

En lugar de que cada persona descubra lo mejor de sí misma y potencie sus capacidades, ir a la escuela se vive como un sometimiento a que te corten las alas y acabes en frustración.

Y si bien una educación de este tipo era funcional hasta el siglo pasado, los tiempos han cambiado y hay una cada vez mayor conciencia de que se necesita formar ciudadanos autónomos, con nuevas capacidades, lo cual, gracias a las investigaciones de las neurociencias, la psicología y otras ramas del conocimiento, es más posible.

Es aquí donde el coaching tiene mucho que aportar porque, en esencia, es un proceso de acompañamiento para que cada quien supere sus propias limitaciones, asuma la responsa-bilidad de sus decisiones y se convierta en su mejor versión, siempre tomando en cuenta el entorno.

Como una metodología implementada en el aula, puede generar condiciones óptimas para los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde, a partir de procesos auto reflexivos, se beneficien tanto profesores como estudiantes. A los profesores, les permite crear entornos educativos y estrategias de aula más experienciales y enriquecedoras, que van más allá de los contenidos, así como aprender de sus propios errores para modificarlos.

A los estudiantes, fortalecer capacidades intelectuales (aprender a pensar por sí mismos, trabajar en equipo,

discutir ideas); relacionales (comunicación efectiva, uso de un lenguaje

de mutuo beneficio para llevar pro-yectos en común) y emocionales (inteligencia emocional, toma de conciencia, autoconocimiento, atención plena, gestión de emociones, empatía, capacidad de relacionarse para ganar-ganar), etc.

Es en este sentido que el coaching, aplicado a la educación, puede ser una excelente herramienta pedagógica para generar lo que Martin Seligman llama: “aulas felices”, y lograr

así que la escuela y las universidades, sean espacios gratificantes: con niños y jóvenes más felices, seguramente tendremos familias y sociedades más felices también.



NOTA: Para cualquier consulta o comentario contactarse con la responsable de esta columna, Claudia Méndez Del Carpio (psicóloga), al correo electrónico [email protected]

o al celular/ WhatsApp 62620609.

Visítanos en Facebook como:

LECTURAS SUTILES.