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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 09:52

Sebastián Putz, el rubio que conquista la pantalla chica

Con su participación en el programa Que no me pierda, el joven se reinventa y muestra su versatilidad.<BR>
Sebastián Putz, el rubio que conquista la pantalla chica



Desde que realizó su primera aparición en televisión hace seis años capturó las miradas de propios y extraños. Su escultural figura, su cabello desenfrenado y su personalidad extrovertida no tardaron en marcar presencia y ganarse el corazón del público nacional. Sebastián Putz, pasó de ser solo un “rostro bonito” de televisión a convertirse en un presentador talentoso, profesional y con ansias de seguir creciendo en esta área.

Nacido en Suiza el 30 de enero de 1992, llegó a Bolivia cuando era solo un niño junto a su mamá y su hermano menor. Sebastián cuenta que durante su niñez tenía la autoestima muy baja, por lo que muchas veces se encontraba en los baños de su colegio llorando o jugando con algún animal como forma de distracción.

Esa fue una etapa muy dura en su vida que logró superar refugiándose en la iglesia y en Dios, quien es su principal fuerza para continuar luchando. De aquel tiempo a hoy, su vida cambió bastante. El destino aún le tenía guardado muchas experiencias llenas de satisfacción y retos dentro de la televisión.

A PASOS AGIGANTADOS

Empezó en Red Uno como presentador del programa Juga2, una franquicia internacional que ingresaba al país de la mano del productor Hans Cáceres, quien vio en Sebastián un potencial talento con mucho futuro.

Al principio el joven consideraba su participación en la televisión como un hobbie.

Después de dos años y viendo que su carre-ra crecía incesantemente, apostó a ver ese oficio como una carrera para lo cual se fijo metas y objetivos más específicos.

“Para ser realista, no estaba buscando entrar a la televisión, creo que ella me buscó. Pienso que todos tenemos un propósito en la vida. El mío es llegar a muchas personas”, cuenta Putz.

Después de pasar por Juga2 una nueva oportunidad llegó a su vida: formar parte del programa juvenil Bigote, junto a Carlos Marquina, Gabriela Zegarra, Oriana Arredondo, Ezequiel Bazán y Eliana Gonzalez.

Paralelamente, se le fue confiado su participación en la revista matinal de la red naranja, El Mañanero, lo que ayudó a que probara nuevos formatos dentro de la TV.

Después de varios años al aire junto a Bigote, el proyecto terminó, pero esto no significó su alejamiento de las pantallas, ya que meses después sorprendió a todos sus seguidores con su participación en el programa Que no me pierda, por la misma red. Si bien se observa un Sebastián más formal, el rubio no perdió la alegría que lo caracteriza. Además, este nuevo reto implica que sus horarios de descanso disminuyan ya que continúa como presentador en El Mañanero.

“Es un esfuerzo extra que acepté porque amo lo que hago, me gusta mucho y si me dan la oportunidad de mostrar que puedo ser parte de otros formatos sin duda alguna lo voy a hacer”, dice Sebastián.

APOYO INCONDICIONAL

Al crecer sin la presencia de su padre, su mamá se convirtió en su apoyo incondicional dándole un educación llena de valores y amor.

Sebastián es padre de Valentina, quien vive en México con su madre. Con la pequeña mantiene contacto todos días y trata de estar presente en su vida siempre.

Hace dos años enamora con Valeria Suárez con la que esperan una bebé pronta a nacer. Esta nueva noticia fue una gran alegría para ellos y todos sus seres queridos.

El público también es parte de la motivación diaria que recibe Sebastián y son uno de sus motores para seguir creciendo día a día y llegar a ellos con el mensaje motivacional de que “todo se puede lograr”. “Gracias al cariño de la gente estoy aquí. Ellos creen que solo me dan un like pero no es solo eso, es la muestra de su cariño hacía mí”, finaliza Putz. l

UN HOMBRE DE PASIONES  

Además de la televisión, Sebastián se considera un apasionado por las motocicletas y el deporte. Le encanta salir a manejar bicicleta, trotar y recorrer caminos en moto por la naturaleza.

Su entrenamiento es parte fundamental en su actividad diaria, por lo que debe dividir su tiempo entre su trabajo, su familia y su cuidado personal.