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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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No tengo un orgasmo: ¿qué puedo hacer?

Muchos hombres y mujeres sufren este problema. Es importante detectar a tiempo cuál es su origen y encontrar una solución en pareja.
No tengo un orgasmo: ¿qué puedo hacer?


La mayoría de las personas asocia el orgasmo a una sensación física producida por la penetración y muchas se frustran cuando no logran llegar al clímax tras el acto sexual. La realidad es que el orgasmo “tiene un origen físico o fisiológico pero, tanto en su inicio como en el desenlace, el componente mental o psicológico es fundamental”, indica el doctor Carlos Balmori, urólogo y especialista en Medicina Sexual y Reproductiva en el Instituto de Urología LYX en Madrid, España.

El hecho de que una persona (hombre o mujer) no llegue al orgasmo puede deberse a múltiples situaciones y detectarlas a tiempo es clave para su tratamiento.

Como destaca Sílvia Pas-tells, psicóloga y sexóloga del Instituto de Sexología de Barcelona, existen algunas características que suelen ser habituales en las personas que no llegan al clímax:

1. Tener muy poca o nula práctica masturbatoria.

2. Dificultad para dejarse llevar y sol-tarse, sobre todo ante la pareja.

3. Exceso de atención dirigida al placer de la pareja y menos al propio.

4. Información inadecuada, actitudes negativas o exigencias irreales.

En cuanto a las causas físicas de la anorgasmia, que también existen, Balmori incluye “cualquier tipo de enfermedad neurológica, en especial las lesiones medulares, las enfermedades crónicas o tumorales, endocrinas como la diabetes o el hipotiroidismo, el abuso de alcohol o el consumo de determinados medicamentos y drogas”.

En ambos, los orgasmos se producen por estímulos "visuales, auditivos, olorosos o mentales”, destaca Balmori. En este punto, “es importante tener en cuenta que las zonas erógenas en la mujer suelen ser más diversas que en el hombre, en los que el sector genital es su mayor centro estimulador”.

Sabiendo la teoría solo queda la práctica. Según el experto, es fundamental que cada uno descubra estas zonas y explore la mejor manera de activarlas.

También es clave avivar los pensa-mientos, imágenes, olores o sonidos “que pueden ser por sí mismos los activadores del orgasmo o servir de complemento o amplificador de los estímulos de las zonas erógenas”, dice.

Sobre las posturas que favorecen el clímax, en el caso de la mujer, habría que analizar cuáles provocan orgasmos vaginales o cuáles clitorianos.

“Aunque el centro más sencillo y habitual del origen del estímulo orgásmico en la mujer es el clítoris, otras zonas como la cara superior de la vagina por detrás de la uretra (zona del teórico punto G), los pezones o la zona perianal también pueden llevar al orgasmo”, explica Balmori.

Otro consejo es no obsesionarse. “Si buscamos directamente el orgasmo rara vez lo conseguiremos”, concluye. l