Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 22:00

Homero Carvalho: “La literatura es mi vida”

Homero Carvalho: “La literatura es mi vida”


Desde pequeño aprendió a superar los problemas. Sufría tartamudez en la infancia, situación que lo llevó a refugiarse en el papel, por eso convirtió la  escritura es su leal medio de comunicación y expresión. Siguió el legado literario que le dejó su padre, además, internamente, sentía un fuerte compromiso con el nombre con el que lo bautizaron. Fue exiliado durante la dictadura de Luis García Meza debido a su lucha incansable por la recuperación de la democracia. Él es Homero Carvalho, quien se define como un “alegre pesimista”, que encontró en la literatura su salvación.  
Poco a poco fue formándose y consolidando su   escritura a nivel nacional e internacional. 
Es autor de seis novelas, seis poemarios, cinco          libros de cuentos y diez antologías, de las cuales una fue publicada en Cuba y dos en España, situación que, sin proponérselo, ayudó a la difusión del trabajo que realizan otros escritores en el país. 
En la actualidad, tiene una novela pendiente sobre narcotráfico, que espera terminar de corregir este 2019. Paralelamente, en los próximos meses se publicará uno de sus libros en Nueva York, otro en Perú y trabaja en una antología de poesía que será publicada en Argentina y Brasil. 

PRIMEROS AÑOS
Homero Carvalho nació en Santa Ana del Yacuma, Beni, en 1957. Es hijo de Janola Oliva Mercado y Antonio Carvalho Urey. “Ambos son la sangre que mueve mi corazón. Ella, mi madre, me enseñó el lenguaje de la naturaleza y mi padre el de los libros. Mi literatura es tributaria de ambos cauces”, dice el escritor. 
A los cuatro años, después de la separación de sus padres, tuvo que mudarse a La Paz junto a su madre.  Vivió su infancia entre lo andino y lo amazónico, fusión que le ayudó a formar su sentido cultural y literario.  
Cuando era niño la relación con sus compañeros era bastante complicada por la tartamudez que tenía, lo que le impedía participar de las charlas que compartían entre amigos. Al aprender a escribir encontró esta herramienta como un mecanismo ideal para expresar lo que sentía. “Mi refugio perfecto era un lápiz y un papel”, aseguró.  
Incentivado por esta dificultad supo superar de     forma creativa y cumplir con el ‘destino’ que le dio su nombre, y así inició sus primeros pasos en la                          narración. 

JUVENTUD Y EXILIO
Durante su época de estudiante de sociología en la Universidad Mayor de San Andrés, de La Paz, Homero fue parte de un grupo de izquierda que luchaba contra la dictadura de Luis García Meza. Simpatía que en 1980 le valió el exilio a México, pero generó satisfacción en el escritor por haber  participado activamente un tiempo tan crucial para el país. “Soy de la generación que luchó por               la recuperación de la democracia y me siento muy orgulloso de serlo”, aseguró Carvalho. 
Muchos años después, ya en Santa Cruz –donde actualmente reside–, estudió derecho hasta titularse, lo que le permitió ejercer la docencia en esa carrera. 
Su crecimiento académico fue acompañado del reconocido boom latinoamericano de la literatura. Entre los autores que marcaron su narrativa están Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar, Ernest Hemingway y Peter Handke. Y toma como referencia en Bolivia a Augusto        Céspedes, Carlos Medinacelli, Óscar Cerruto, Adela Zamudio, Yolanda Bedregal, Jaime Sáenz y Raúl Otero Reiche. 
“Empecé escribiendo cuentos, seguí con la novela y actualmente me siento muy satisfecho con la poesía. La narrativa es como si fuera mi casa, sé que al final del día llegaré a ella y me pondré        cómodo para disfrutarla; la poesía, en cambio, es    como si de pronto me encontrara con un lugar    inesperado al que ingreso sin ningún prejuicio,   dispuesto a asombrarme, es que la poesía sucede cuando Dios y el diablo se descuidan y nos dejan ser humanos. Quizá por eso, cada vez que escribo poesía me siento infiel”, afirmó el autor.

FAMILIA Y PASATIEMPOS 
Homero está casado con Carmen Sandoval. Tiene tres hijos, Brisa (de su primer matrimonio), Luis Antonio y Carmen Lucía.
Leer, mirar  series de televisión, ir al cine y conocer nuevos cafés, uno de sus lugares favoritos para charlar, son sus actividades preferidas. 
Carvalho es un referente de la literatura boliviana actual. Dicta cátedra en diferentes universidades privadas, dirige talleres de escritura creativa,    brinda charlas, conferencias y escribe para varios medios de comunicación de Bolivia y de otros países. 
Su formación le llevó tiempo y es consciente de esos pilares fortalecieron su construcción como escritor. “Con la filosofía aprendí a hacerme las preguntas necesarias y con la poesía a responderlas para intentar vivir bien, honestamente y en paz conmigo mismo. Llegué a reconocerme como un ser de palabras, plural y al mismo tiempo uno solo.  La literatura es mi vida, sin ella me hubiera suicidado hace muchos años”, aseguró Homero.
Ante la pregunta sobre cómo se definiría a sí     mismo, el escritor finaliza: “Soy un alegre pesimista que cree que debemos ser felices sin preguntarnos si la felicidad existe. Actuar como los niños que son felices si se los permite”.l

Premios y reconocimientos 


El autor beniano cosechó muchos premios a lo largo de su trayectoria, entre los principales están: Primer y Segundo premio de Cuento, Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, 1983 y 1984; Premio Único Latinoamericano de Cuento, México 1981; Premio Latin American Writers Institute, 1989, Nueva York, USA; Primer Premio nacional de Cuento, 1995. Historias de Ángeles y Arcángeles, Bolivia; Primer Premio Nacional de Novela, 1996. Memoria de los Espejos y nuevamente en 2008 con La maquinaria de los secretos; Premio Nacional de Poesía 2012 con Inventario nocturno, Bolivia y Premio Feria Internacional del Libro Santa Cruz 2016.