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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

¿Cómo afecta el estrés en la alcoba?

Las obligaciones diarias pueden perjudicar el desarrollo normal de la sexualidad en una pareja. Descubre la razón.
¿Cómo afecta el estrés en la alcoba?


El estrés puede presentarse en momentos de mucha exigencia o en respuesta a algún tipo de problema. Este factor puede afectarnos en diferentes aspectos de nuestra vida laboral o social. Pero no solo eso, porque puede influir en ámbitos en los que quizás no habíamos pensado antes, como en nuestra vida sexual.



PÉRDIDA DE LA LIBIDO

Ante una situación de preocupación extrema, lo más probable es que nos sintamos más cansados, más tensos e incluso desanimados. Esto implica, entre otras cosas, que no tenemos tantas ganas de hacer cosas que hasta ahora nos gustaban. Dentro de este proceso natural se puede incluir un descenso de la libido, que provocaría que sintamos menos deseo de mantener sexo.



DISFUNCIONES SEXUALES

Altos niveles de estrés pueden llegar a ser la causa de problemas como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil o la anorgasmia.

Esto provoca que aumenten el cortisol como la prolactina, y disminuya la testosterona. Además, causan una descarga de adrenalina, que se traduce en la vasoconstricción de arterias, que también afecta al pene, entre otras cosas.



ALTERACIÓN DEL

CICLO MENSTRUAL

En el caso de las mujeres, el estrés puede afectar a la glándula que controla la tiroides, los ovarios o las glándulas suprarrenales, ocasionando un desequilibrio en su funcionamiento y, por tanto, en el ciclo menstrual. Este es el motivo por el que pueden presentarse retrasos, irregularidades o incluso la desaparición temporal del sangrado. Esto viene acompañado de molestias, pero supone un añadido de ansiedad si estamos intentando quedarnos embarazadas, ya que lo dificultaría.

DOLOR EN LAS 

RELACIONES SEXUALES

Para tener una intimidad satisfactoria es necesario una correcta lubricación, eso implica un estado mínimo de relajación, además de un flujo de sangre adecuado, que el estrés no nos permite alcanzar.

Esta complicación deriva en incomodidad o dolor al momento de tener sexo. Con el tiempo, esta situación puede generar miedo a tener relaciones sexuales, desencadenando más estrés y ansiedad.



¿CÓMO EVITAR QUE EL ESTRÉS AFECTE NUESTRA SEXUALIDAD?

Si estamos sufriendo algún tipo de disfunción sexual o percibimos algunos problemas en la intimidad hay que acudir al nuestro médico de cabecera, para ser valorados. Otra opción es acudir a un sexólogo o psicólogo para que nos pueda ofrecer un tratamiento adecuado.

Una de las tareas más importantes será comenzar a desarrollar otro tipo de actividades que nos ayuden a lidiar con el estrés diario y, por tanto, de las consecuencias negativas que tiene en nuestra vida.

Para ello, es aconsejable que hagamos deporte, aprendamos técnicas de relajación, mejoremos nuestra alimentación, reduzcamos o eliminemos el consumo de alcohol y otros. Deshacernos de este problema tan común conseguirá que podamos dedicar más esfuerzo y tiempo a nuestra vida sexual.

Además de estas primeras recomendaciones también se puede conversar con la pareja y explicarles lo que está sucediendo para evitar susceptibilidad, también se puede intentar reavivar el deseo mediante diferentes técnicas, como las fantasías o los juguetes.

El simple hecho de besar a nuestra pareja puede ayudar a reducir el nivel de estrés, esta es la razón por la que podemos empezar por ahí y quizá consigamos matar dos pájaros de un solo tiro. l