Cuando tenemos gripe o sufrimos de algún resfriado, no hay nada mejor que una sopa de pollo bien caliente. Al respecto, según lo planteado por los expertos, son muchas las propiedades de este preparado que nos ayudan a recuperarnos de la gripe de mejor manera.

En líneas generales, un tazón de esta sopa ayuda a eliminar la congestión nasal, nos mantiene hidratados y contiene nutrientes que favorecen una mejor respuesta inmunológica. Por si no fuese suficiente, la sopa de pollo es una gran fuente de nutrientes. Empezando por el pollo, una carne alta en calorías, promueve mejores respuestas inmunológicas, contiene vitaminas y minerales. Por ejemplo, las vitaminas B presentes en esta carne favorecen a una mejor digestión.

Adicionalmente, el pollo es rico en triptófanos. Esta sustancia ayuda en la producción de serotonina, lo que mejora el estado de ánimo y genera sensaciones de comodidad. Por su parte, los fideos contienen carbohidratos que nos ayudan a sentirnos satisfechos.