LECTURAS SUTILES
La menopausia, un evento natural
09 de diciembre de 2018 (17:54 h.)
Las mujeres en el transcurso de la vida atravesamos por diferentes procesos naturales y eventos vitales esenciales que inciden, inevitablemente, en la construcción de nuestra subjetividad y que son percibidos, vividos y sentidos de diferentes formas.
Uno de los más importantes es la menopausia que es un proceso natural de envejecimiento paulatino que acontece generalmente entre los 45 y 59 años de edad, provocando una serie de cambios fisiológicos, biológicos, emocionales
y psicológicos. Es la transición de la vida reproductiva a la no reproductiva por la disminución, de forma natural, en la producción de las hormonas estrógeno y progesterona, hasta la suspensión total de la menstruación.
Fisiológicamente se produce la atrofia del tejido en el canal vaginal disminuyendo su lubricación y provocando sequedad, cambios en la piel y el contenido de colágeno, disminución de la capacidad de reparación de los tejidos provocando pérdida de elasticidad, las células que se encargan del tono cutáneo disminuyen aparecen manchas y pecas. La caída del cabello por la fragilidad capilar es muy común.
Se pueden presentar también problemas de sueño, sudoraciones, palpitaciones, náuseas, dolores de cabeza y vértigos, entre otros.
Aumenta el riesgo de enfermedad coronaria,
se produce pérdida de masa ósea que puede causar osteopenia o incluso osteoporosis.
Los síntomas característicos de esta fase son los famosos “sofocos” o “calores” producidos por la pérdida intermitente del control vasomotor, que por la ausencia de estrógenos, altera el normal funcionamien- to del centro termorregulador del hipotálamo. Estos síntomas se definen como sensación subjetiva de calor que asciende desde el tórax al cuello y a la cara, se asocia a enrojecimiento de la piel, vasodilatación cutánea y sudoración excesiva, seguido de un descenso de temperatura corporal y aceleración de la frecuencia cardiaca.
La duración e intensidad son variables, en la mayoría de las mujeres la persistencia de los síntomas oscila entre los seis meses y los cinco años. Cuando son intensos y de larga duración, pueden interrumpir las actividades habituales diurnas y en la noche pueden provocar alteraciones del sueño. Estos trastornos pueden prolongarse por meses o años después de la menopausia.
El impacto psicológico que estos cambios entrañan en las mujeres puede provocar inseguridad, irritabilidad, angustia, insomnio y, en algunos casos, ansiedad y depresión. Paralelamente, se debe tomar en cuenta que en esta etapa también puede acontecer la partida de los hijos,
la muerte o cuidado de los padres, el tiempo
de jubilación, entre otros, que pueden incidir
en la estabilidad psicológica y emocional.
La menopausia es una etapa nueva llena de interrogantes e inseguridades que nos toca vivir, afrontar, aceptar e incorporar a nuestras vidas. Cada experiencia es percibida de forma íntima
e individual, cada vivencia, historia de vida y entorno son distintos, por lo tanto, también nuestra interpretación y subjetividad acerca de esta experiencia vital, será diferente.
NOTA: Para cualquier consulta o comentario,
contactarse con Claudia Méndez del Carpio
(psicóloga), responsable de la columna, al
correo electrónico [email protected]
o al teléfono/whatsApp 62620609.
Uno de los más importantes es la menopausia que es un proceso natural de envejecimiento paulatino que acontece generalmente entre los 45 y 59 años de edad, provocando una serie de cambios fisiológicos, biológicos, emocionales
y psicológicos. Es la transición de la vida reproductiva a la no reproductiva por la disminución, de forma natural, en la producción de las hormonas estrógeno y progesterona, hasta la suspensión total de la menstruación.
Fisiológicamente se produce la atrofia del tejido en el canal vaginal disminuyendo su lubricación y provocando sequedad, cambios en la piel y el contenido de colágeno, disminución de la capacidad de reparación de los tejidos provocando pérdida de elasticidad, las células que se encargan del tono cutáneo disminuyen aparecen manchas y pecas. La caída del cabello por la fragilidad capilar es muy común.
Se pueden presentar también problemas de sueño, sudoraciones, palpitaciones, náuseas, dolores de cabeza y vértigos, entre otros.
Aumenta el riesgo de enfermedad coronaria,
se produce pérdida de masa ósea que puede causar osteopenia o incluso osteoporosis.
Los síntomas característicos de esta fase son los famosos “sofocos” o “calores” producidos por la pérdida intermitente del control vasomotor, que por la ausencia de estrógenos, altera el normal funcionamien- to del centro termorregulador del hipotálamo. Estos síntomas se definen como sensación subjetiva de calor que asciende desde el tórax al cuello y a la cara, se asocia a enrojecimiento de la piel, vasodilatación cutánea y sudoración excesiva, seguido de un descenso de temperatura corporal y aceleración de la frecuencia cardiaca.
La duración e intensidad son variables, en la mayoría de las mujeres la persistencia de los síntomas oscila entre los seis meses y los cinco años. Cuando son intensos y de larga duración, pueden interrumpir las actividades habituales diurnas y en la noche pueden provocar alteraciones del sueño. Estos trastornos pueden prolongarse por meses o años después de la menopausia.
El impacto psicológico que estos cambios entrañan en las mujeres puede provocar inseguridad, irritabilidad, angustia, insomnio y, en algunos casos, ansiedad y depresión. Paralelamente, se debe tomar en cuenta que en esta etapa también puede acontecer la partida de los hijos,
la muerte o cuidado de los padres, el tiempo
de jubilación, entre otros, que pueden incidir
en la estabilidad psicológica y emocional.
La menopausia es una etapa nueva llena de interrogantes e inseguridades que nos toca vivir, afrontar, aceptar e incorporar a nuestras vidas. Cada experiencia es percibida de forma íntima
e individual, cada vivencia, historia de vida y entorno son distintos, por lo tanto, también nuestra interpretación y subjetividad acerca de esta experiencia vital, será diferente.
NOTA: Para cualquier consulta o comentario,
contactarse con Claudia Méndez del Carpio
(psicóloga), responsable de la columna, al
correo electrónico [email protected]
o al teléfono/whatsApp 62620609.