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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Desmontando mitos sobre la sexualidad

Todavía perduran falsas ideas sobre la vida en pareja que generan consecuencias muy importantes en la salud de hombres y mujeres de todas las edades.<BR>
Desmontando mitos sobre la sexualidad



Muchas de las creencias po-pulares, sin ninguna evidencia científica que las sostenga, pasan de gene-ración en generación. Además, la gran cantidad de información sin contrastar que figura en la Red tampoco ayuda a combatirlas. Y no es una cuestión tri-vial; muchos mitos que persisten en la actualidad pueden tener consecuencias graves, como embarazos no deseados o contagios de enfermedades de transmisión sexual.

De entre la interminable lista de falsas creencias, que se dan en todas las franjas de edad, Cristina Corbella, psicóloga y sexóloga, miembro de la junta directiva de la Federación Española de Sociedades de Sexología, desgrana algunas y explica qué de realidad se esconde detrás de ellas (...):

1. "El tamaño del pene influye en el placer de la mujer". Falso.

El tamaño no importa. Hay una diferencia fundamental entre la sensibilidad del pene y la de la vagina que muchos ignoran y que da pie a esta idea falsa.

Así como el pene es todo sensible -algunas zonas más que otras-, el interior de la vagina es insensible, salvo los dos o tres primeros centímetros y algún punto concreto, solo en algunas mujeres.

Por lo que, la largura del pene no aporta o resta placer. En cuanto a la anchura, cuando la mujer está lo suficientemente excitada, su vagina se adapta al mismo como un guante, aparte de su grosor.

2. "Cuando el hombre está excitado, no puede parar y tiene que eyacular. Interrumpir el proceso provoca un dolor terrible de testículos". Falso.

Cualquier persona, hombre o mujer, puede detener una relación aunque esté excitada. Otra cosa es que quiera (...).

3. "Hay mujeres que no sienten placer nunca". Falso.

Todas las personas son sexuadas, es decir, tienen la capacidad de sentir placer. Encontrar cuáles son las condiciones para que una en concreto pueda conectar con esta capacidad puede ser una interesante y apasionante aventura de exploración y conocimiento.

4. "Con la regla, no se puede quedar embarazada". Falso.

No todas las mujeres tienen un ciclo menstrual regular y es difícil concretar en qué momento ocurre la ovulación. Por otra parte, son muchos los factores (cambios de hábitos, factores emocionales, estrés, etc.) que pueden adelantar o retrasar la ovulación y, en ciclos cortos, hasta hacerla coincidir con la regla.

5. "Cualquier encuentro sexual que no finalice con el orgasmo de los dos miembros es un desastre". Falso.

El orgasmo se ha erigido, para muchas personas, en la unidad con la que medir el placer y disfrute en una relación sexual. Sin embargo, la mayoría ha podido tener la experiencia de relaciones en las que no hubo orgasmo pero sí mucho placer y disfrute, y no solo físico, y otras en las que sí, hubo orgasmo, pero no pasarán a la historia.

6. "La responsabilidad del acto sexual es del hombre: él debe saber qué hacer y tomar la iniciativa". Falso.

La idea de que solo los demás pueden proporcionar placer, que depende de lo que a uno le hagan, está muy arraigada. El encuentro sexual es cosa de dos y no está establecido que alguien deba tomar un determinado rol. Al contrario, sería deseable que, según el momento, cada cual se permitiese tomar la iniciativa o dejarse llevar (...).

Por eso es tan importante que cada cual se haga cargo de sí mismo, de su placer, sugiriendo, proponiendo o dejándose llevar según el momento. El placer depende más de cómo está uno que de lo que le hacen.

7. "Al llegar a la menopausia, la mujer pierde atractivo sexual, le disminuye la apetencia o, incluso, le desagrada los encuentros". Falso.

El factor edad es importante, tanto en hombres como en mujeres, sobre todo a partir de los 50 años. A menudo, la mujer debe luchar contra determinada imagen social por desear y disfrutar de los encuentros sexuales.

Esta imagen, que se viene arrastrado de antaño, coarta el derecho al disfrute de la mujer, de tomar ella la iniciativa. Incluso en la propia intimidad de la pareja, muchas no se creen con el derecho a disfrutar o a sentirse libres de expresar sus deseos y fantasías. l