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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Paredes que buscan a niños desaparecidos

Muros de las calles de Buenos Aires, Argentina, se suman a la búsqueda de menores cuyo paradero se desconoce.<BR>
Paredes que buscan a niños desaparecidos



Los grafitis de la ciudad de Buenos Aires, Argentina son un referente en el arte urbano latinoamericano por su belleza y variedad. Ahora quieren serlo por su carácter social, ya que desde hace meses muestran las caras de niños desaparecidos con el objetivo de que, algún día, alguien los encuentre y puedan retornar a su hogar.

Esta iniciativa ha sido posible gracias al compromiso de varios artistas callejeros argentinos, que decidieron sumarse para dar más voz al trabajo que realiza la asociación Missing Children (que se traduce a "Niños desaparecidos") en Argentina desde hace una década.

En total, los rostros de seis menores observan a la gente pasar en los barrios porteños de Palermo y Villa Crespo. Afortunadamente, pocas semanas después de que comenzara el proyecto, apareció uno de los chicos.

"Ahí te das cuenta de que por ahí lo que estás haciendo tiene un aporte mucho más fuerte de lo que uno se espera", dijo el muralista Sebastián Cener, quien retrató a Jorge Ibarra, un joven de 16 años desaparecido a comienzos de este año.

Otro grafitero que respondió a la convocatoria de la agencia de publicidad DDB (impulsores de la iniciativa para ayudar a la labor de Missing Children) fue Chispa, que pintó a Daiana Gár- nica, de 17 años, desaparecida el 6 de mayo de 2017.

"Lo que más me llamó la atención de la campaña fue la posibilidad de ayudar a través del arte. Creo que se utilizó muy bien la tendencia que está teniendo el arte urbano en Buenos Aires", explicó el muralista.

Esta colorida idea es la cara visible del trabajo constante de una veintena de voluntarios para encontrar a aquellos menores desaparecidos.

Con un promedio de 115 expedientes al día, Missing Children no se cansa de repetir la importancia de que el Gobierno y la sociedad civil se alíen en la búsqueda de los menores desaparecidos o perdidos.

"Entendemos que las organizaciones de la sociedad civil y el Estado tienen que trabajar en conjunto porque no importa quién encuentra al chico, importa encontrarlo", aseguró Lidia Grichener, presidenta de Missing Children Argentina.

Que solo salgan algunos rostros en las paredes, en los periódicos o en las redes tampoco es un conflicto para ellos.

"Cuando tú difundes una imagen, cuando se habla en Missing Children, en cualquier medio, estás ayudando no solamente al chico del que estás contando su historia o del que estás mostrando su imagen. (...) Estás ayudando a generar conciencia, a saber que los chicos se pierden", reflexionó Grichener.

Hasta ahora, el trabajo da sus frutos y alrededor del 94 por ciento de los jóvenes vuelve a casa en algún momento. En total, 13 mil familias han visto a sus hijos, sobrinos y nietos volver a casa desde que la organización opera en Argentina.

Su experiencia les muestra que los menores desaparecidos suelen rondar los 15 y 16 años y que se encuentran "con la crisis propia de la adolescencia, que piensan que irse de casa" porque así no tendrán que "cumplir todas las reglas".

"Es evidente que si el chico se va y no tiene con quién hablar en la casa puede irse, pero no tiene que ver con el abuso y con la violencia. (...) No es la mayoría de los casos", aseveró la voluntaria.

Sin embargo, pese a que algunos podrían ver esto como un capricho pasajero, Grichener recomienda siempre denunciar la desaparición.

"No podemos decir si es a los 5 minutos, a los 10, a los 20... Depende de la costumbre de cada familia. Si una familia está acostumbrada a que su hijo vuelva de la escuela apenas termina el horario escolar y ese día no volvió, algo está pasando", explicó.

Sus estadísticas son halagüeñas. Sin embargo, Missing Children es una gota dentro del mar de instituciones que buscan a menores desaparecidos y que reciben pedidos de búsqueda.

El Registro Nacional de Información de Personas Extraviadas de 2017, de la Subsecretaría de Protección de Derechos Humanos argentina, revela que todavía se busca a 1.154 menores de las 2.571 denuncias que se realizaron durante ese año l

Historias dolorosas

ABC.ES

Tania Ayelen Merlo desapareció el 28 de mazo del 2010. La última vez que se la vio abordaba un tren de vuelta a casa. Había ido a visitar a su padre.

La niña tenía 10 años. Su rostro está plasmado en uno de los murales más con-movedores de Buenos Aires. La imagen de Tania está grabada por los grafiteros de la ciudad con un objetivo solidario: tratar de localizar a niños y adolescentes con paradero desconocido.

La agencia de difusión, DDB, que trabaja para la organización Missing Children Argentina, convocó a artistas urbanos con el fin de hacer más visible la identidad de estos chicos. En las facturas de la luz, el gas y otros servicios públicos aparecen sus caras, pero hasta ahora nunca se habían visto en tamaño gigante.

La iniciativa está siendo un éxito y con el hastag #ParedesQueBuscan, intenta que se haga viral en las redes y se sumen más pintores urbanos.