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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Mario Chávez, el retorno del defensor de las peluqueras

Participó en más de 50 obras teatrales, tres películas, varias series y en la telenovela boliviana “Despéiname la vida”. También es dueño de la productora OTROTeatro.<BR>
Mario Chávez, el retorno del defensor de las peluqueras



Después de ausentarse por varios capítulos de la telenovela “Des-péiname la vida”, que se transmite por la red Unitel, Mario Chávez Suárez retornó para interpretar al personaje de Paolo —el propietario de la peluquería— y seguir confabulando con el destino para que sus peluqueras favoritas, Ana María Solís (Grisel Quiroga) y Rosa La Glamorosa (Gabriela Sandoval), se queden junto a sus amores: Enrique Justiniano (Ronico Cuéllar) e Isaac (Hernán Hurtado), respectivamente.

Desde su aparición en la telenovela, Mario logró captar la atención de la teleaudiencia por su carisma y alegría. “Hasta ahora no me puedo acostumbrar que me reconozcan y me hablen o paren en la calle”, comenta con cierta timidez. Y no solo recibe muestras de admiración en directo, sino que también sus seguidoras lo apoyan y lo felicitan en las redes sociales.

Hace unas semanas, el actor llegó a Cochabamba junto al elenco OTROTeatro para competir en el XXVII Premio Nacional Teatro Peter Travesí, con la obra “Fresa y Chocolate”.

Al finalizar el concurso, el jurado le entregó los tres principales premios: Mejor Actor (Mario Chávez), Mejor Director (Leonardo Gavriloff) y Mejor Obra (“Fresa y Chocolate”).

En esa visita, la revista Así se reunió con Mario Chávez, un hombre sencillo al actuar, bien parecido, extrovertido, con “sangre liviana”, dispuesto a hablar de sus proyectos personales y, claro, sobre lo que significa para él estar participando de la telenovela “Despéiname la vida”.

ETAPA DE FORMACIÓN

El actor es el hijo menor de Emmer Chávez y de María Luz Suárez. Tiene tres hermanos mayores: Karenina, Ivanna y Remmer.

Mario confesó que siempre se sintió atraído por el canto y la actuación. “Teníamos un grupo musical con el que participábamos en actos cívicos, también representábamos al colegio en festivales culturales”, recuerda.

A los 16 años se inclinó por el modelaje, trabajó en la agencia de modelos Estilo, donde compartió pasarelas con los modelos Carla Morón, Verónica Larrieu y Rolando Wellington, profesor de modelaje.

Fue parte del staff de Estilo hasta que egresó del colegio Enrique Finot en 1991. Al salir bachiller se inscribió en la carrera de Ciencias Políticas en Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Paralelamente cursó las carreras de Comunicación Audiovisual en Diakonía de la Universidad Católica Boliviana y Teatro en la Escuela Nacional de Teatro.

En 1998, Promociones Gloria lo invitó para participar en el concurso de Mister Bolivia de ese año, en el que quedó como primer finalista. También, en 1999 participó en el certamen Man Hunt Internacional, en Fili-pinas. “Dicen que en la vida hay que tomar las oportunidades que se presentan y eso hice”, asegura.

Tras el coqueteo con las pasarelas Chávez se volcó al teatro y cimentó su trayectoria profesional, con su participación en más de 50 obras de teatro, tres películas, documentales, series, cortos y publicidades para televisión. Finalmente, este año, fue convocado para participar en “Despéiname la vida”, la primera telenovela nacional. Una expe- riencia única para el reconocido actor.

EL HOMBRE DETRÁS DEL TEATRO

Fiel a sus creencias y formación, Chávez fue parte del elenco del programa “Código Vida”, un show multimedia, fina­nciado por Diakonía y la Universidad Católica, enfocado en la educación en valores. Trabajó 10 años y promocionó temas como tolerancia, respeto, racismo, violencia de género, machismo, trata y tráfico de personas y otros.

De repente, su carrera lo llevó a las tablas internacionales: en 2012 viajó a Francia y España, para presentar “El corral de Bernarda”.

Posteriormente, llegó el personaje que lo marcaría por varios años: Ignacio Warnes. Lo representó en la obra “Siempre Libres”, interpretación que lo llevó a la nominación de los premios Tiqui, que reconoce lo mejor del teatro en Santa Cruz de la Sierra.

Años más tarde llegarían unos productores argentinos que estaban filmando un documental del personaje; también el Gobierno Autónomo de Santa Bárbara lo eligió para representar a Warnes en su documental “La batalla de Santa Bárbara”.

“Me encantó representar a ese personaje, es uno de los más importantes en mi carrera”, dice con orgullo.

Paralelamente a su trabajo en la pantalla chica y el teatro, trabaja con la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Gobierno Autó-nomo Municipal de Santa Cruz, en el proyecto “Mi ciudad segura”, que es una campaña de prevención de delito y violencia, por lo que visita a varias unidades educativas.

Este año, Chávez presentó las obras de teatro “El beso de la mujer de araña” “Pirámide invertida”. Esta última marcó el inicio del actor como productor.

“Estoy muy feliz con mi carrera y todo lo que logré hasta ahora, pero siento que todavía me falta y tengo más sorpresas”, fina-liza el actor cruceño l

Mario Chávez Suárez se casó a los 20 años. Al poco tiempo llegó su primera hija, Eloisa. El matrimonio no funcionó y terminó divorciándose.

Meses más tarde empezó a salir con la que sería la madre de su segundo hijo, Sebastian.

Lamentablemente, el año que nació su hijo perdió a su padre. A partir de ese momento, se dedicó a cuidar a su madre, quien es uno de los pilares de su vida.

“Mi juventud me permitió gozar plenamente de mi paternidad ”, asegura Chávez

Durante ese periodo el actor se dedicó a la crianza de su hijos y, por ende, su trabajo estaba enfocado a los niños.

En esa época conformó parte del grupo Libélula, con el que presentó la obra “La ramita de hierba buena”, que ganó como Mejor espectáculo infantil en 2009.

“Los actores de este tiempo estamos abriendo el sendero para las nuevas generaciones. Hemos apostado por un arte sensible, que está logrando  más seguidores. Hoy por hoy, el teatro tiene mayor aceptación y los artistas estamos felices de poder  ser testigos de este cambio”, dice Mario Chávez.