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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Señor de Burgos , el partero milagroso del Cono Sur

La población mizqueña mantiene, desde tiempos de la Colonia, la fe por el Señor de Burgos, al que se le atribuyen varios milagros y se pide intercesión en los partos difíciles.<BR>
Señor de Burgos , el partero milagroso del Cono Sur



Existe la frase popular “a cada quien su santo”, y nada más cercano de la realidad para muchos creyentes católicos, quienes muestran su devoción a iconos religiosos -a los cuales se les atribuye milagros o características específicas-, con oraciones y fiestas patronales. Tal es el caso de San Antonio, que es invocado para encontrar pareja; Santa Rita, para hallar cosas perdidas; o, el Santo Juez, para pedir su intercesión en casos jurídicos.

Dentro este santoral católico, ¿existe uno que proteja a las mujeres y a los bebés durante el alumbramiento? Pues sí, en Mizque tienen al Señor de Burgos. Y cada año sus devotos organizan su fiesta patronal la segunda semana de septiembre. Este 2018, las actividades comenzaron ayer y se prolongarán hasta el próximo fin de semana, cuando miles de fieles celebren la ceremonia principal.

TRADICIÓN QUE SE HEREDA

La fe por el Señor de Burgos en Mizque surgió en el siglo XVI, cuando algunos devotos le atribuyen por un primer milagro en esta localidad del Cono Sur cochabambino.

La tradición oral cuenta que cerca del río Pisuerga, en un territorio despoblado que colindaba con la residencia episcopal de los obispos de Santa Cruz de la Sierra, en las afueras de Mizque, vivía una pareja de esposos dedicada a la agricultura y a la crianza de cabras, la cual -a pesar de los años de convivencia- no había podido concebir hijos; pero, repentinamente, ella quedó embarazada.

Durante el parto, las cosas se complicaron de tal manera que la madre y el hijo corrían el riesgo de perder la vida, debido a la edad avanzada de la mujer. De pronto, un hombre gallardo llegó al hogar de la pareja pidiendo cobijo por una noche.

Al ver la aflicción del dueño de casa, el visitante misterioso lo tranquilizó y atendió a la mujer parturienta; le dio unos mates medicinales y cubrió su vientre con parte de su indumentaria. Poco después, ella continuó con el trabajo de parto y dio a luz a un saludable varón.

En agradecimiento, los humildes agricultores pidieron a ese extraño, quien dijo llamarse Manuel Burgos, que sea el padrino de su primogénito, y este accedió a la petición.

Después varios meses, la pareja fue en busca de su futuro compadre al convento de San Agustín, donde Burgos dijo que vivía; pero, al llegar al lugar, el religioso que abrió la puerta les dijo que allí no vivía nadie con ese nombre.

A tanta insistencia, el encargado permitió su ingreso al interior del convento. Allí, los esposos identificaron una imagen de Jesús golpeado y crucificado, que tenía mucha similitud con su “compadre” .

Para confirmar su historia, el agricultor sacó de su atado la tela con la que el hombre misterioso cubrió a su esposa. El sacerdote se asombró al ver que era igual a la vestimenta de la imagen del Señor de Burgos; el milagro comenzó a pasar de boca en boca.

A partir de entonces, varias parejas acuden a la iglesia para pedir al santo un parto tranquilo e indoloro y, algunas otras, que el bebé sea varón.

MIZQUE, ESPLENDOR COLONIAL

Mizque es una de las regiones del Cono Sur de Cochabamba y fue uno de los asentamientos coloniales más antiguos del departamento. Fue creada el 19 de septiembre de 1603, bajo el nombre de “Villa Salinas del Río Pisuerga”; pero, sus habitantes quechuistas la conocían más como Misk´i, que significa dulce. Ese denominativo se debe a que en esa región abundaban las abejas silvestres, que hacían sus panales en los árboles y en los yacimientos arqueológicos.

En aquella época, esta población también era conocida bajo el nombre de la “Ciudad de los quinientos quitasoles”, en alusión al accesorio que portaban las mujeres para protegerse del Sol, y además como señal distintiva de su clase y economía.

Sin duda, Mizque es un destino turístico atractivo, gracias a su ubicación geográfica, su historia y su clima.

EL TEMPLO DE POBLADO

Mizque se encuentra a 160 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, distancia que se recorre en aproximadamente unas tres horas de viaje en una movilidad de transporte público, cuya parada está ubicada en la avenida República y calle Camiri.

Cabe destacar que los caminos ripiados quedaron atrás, actualmente, la ruta a Mizque está asfaltada y ofrece un bello panorama, lleno de paisajes y naturaleza viva.

En la acera sur de la Plaza Principal está el Templo de San Sebastian, en cuyo interior se encuentra la imagen más venerada del pueblo, el Señor de Burgos, que es una imitación perfecta del famoso Cristo de la catedral gótica de Burgos, en España.

La historia del poblado señala que en 1605 se creó allí el Obispado de Santa Cruz, que abarcaba cuatro provincias: Santa Cruz, Mizque, Chiquitos y Mojos. Y de acuerdo a la publicación de la Alcaldía Mizque, la inmortal, los obispos fijaron su residencia en esa zona; por eso llegó a tener ocho conventos, de los cuales solo se mantiene el Templo de San Sebastián.

Esta infraestructura religiosa posee una arquitectura de cruz latina, cuyo pasillo central tiene 25 metros de largo, el cual finaliza en el altar mayor, y 15 de ancho.

Hay dos naves a los costados del pasillo. En la de la izquierda se encuentra el altar del Señor de Burgos y a la derecha la del Santísimo.

Cada una ostenta un altar único, tallado en madera de acuerdo a la técnica de la Chiquitania del oriente boliviano, y pintado con pan de oro y otros pigmentos naturales empleados en aquella época.

Según cuenta al encargado de Comunicación de la Alcaldía de Mizque, Humberto Puyal, durante la época de la Colonia los evangelizadores del obispado de Santa Cruz fueron los encargados de crear los tres altares principales de este templo, dejando como legado el arte chiquitano en el Cono Sur de Cochabamba.

Además de la imagen del Señor de Burgos, el templo tiene ocho imágenes de otros santos y varios lienzos de la época colonial que -por el paso del tiempo- muestran signos de deterioro.

LOS TOROS EN LA MEMORIA POPULAR

Una de las actividades más esperadas durante la Festividad del Señor de Burgos es la tradicional corrida de toros -herencia española-. Se practica todas las tardes, a partir del 8 hasta el 15 de septiembre, evento que es organizado por la Central Campesina del lugar.

Esta es una practica que se mantiene en la memoria colectiva de los pobladores más antiguos de Mizque, como en la de René Mendoza Siles, de 92 años, y José Elmer Vargas Paz, de 82, ambos maestros de profesión, todavía se dan cita en el zaguán de la casa del primero para rememorar sus hazañas cuando eran jóvenes.

René Mendoza asegura que desde chico veía cómo su padre y otros adultos se enfrentaban al animal en el ruedo, que era construido con troncos de árboles donados por los campesinos del lugar.

Con el tiempo, él también se sumó a la comitiva el Capitán y sus Pajes, que se internaba en el monte en busca de los salvajes animales. Después de largas noches en vela, caminando por senderos, sin comer ni dormir bien, esta retornaba victoriosa días previos a la fiesta.

“Éramos recibidos por camarotazos (un petardo casero fabricado en latones de cobre, que se rellenaba con pólvora, papeles y se los hacía explotar)”, añade Mendoza y todavía recuerda el afán de los jovenzuelos para entrar a torear y quitar el enjalme (una tela de tocuyo, a la que se prendía dinero y era el premio de la corrida) que se colocaba en la parte del lomo del toro, cerca a la cola o sobre la cabeza. “Aquí no matamos al toro, pero sí teníamos que manejar la espada con pericia para quitarle el tesoro”, recuerda. Para esta actividad, como es la tradición, se invita a los comunarios de las comunidades aledañas, para que participen por turnos, de acuerdo al programa de la Central Campesina.

Desde hace varios años, la corrida se realiza en un ruedo cerrado; de esta manera, no hay la posibilidad de que los espectadores corran riesgo de ser lastimados.

Mendoza y Vargas también recuerdan cmo los pasantes debían organizar las vísperas de la fiesta, con veladas en la puerta del templo.

Allí los pasantes de la fiesta se encargaban de invitar chicha, preparar bebidas calientes con canela, clavo de olor y licor anisado.

Además, tenían la responsabilidad de iluminar la noche de la fiesta central con juegos pirotécnicos, costumbre que actualmente no se practica con regularidad.

El día de la fiesta, el 15 de septiembre, la imagen del Señor de Burgos recibe una misa especial y luego sale en procesión, dejando en claro el fervor de sus seguidores, entre ellos aquellos que todavía vienen a pedir su heredero varón o aquellas mujeres que perdieron a sus hijos en un parto anterior y ruegan al santo por su protección en un futuro embarazo y alumbramiento.

Sin duda, el Señor de Burgos es un santo que tiene miles de devotos que acuden cada año a Mizque para participar de su fiesta.

PROGRAMA RELIGIOSO DE LA FESTIVIDAD 

Domingo 9 de septiembre

Misa del Señor de Burgos (11:00)

Corrida de toros (14:00)

Vísperas del Señor de Burgos (19:00)

Lunes 10 y martes 11 de septiembre

Misa del Señor de Burgos (9:00)

Corrida de toros (14:00)

Vísperas del Señor de Burgos (19:00)

Miércoles 12 de septiembre

Misa y procesión (11:00)

Corrida de toros (13:00)

Vísperas del Señor de Burgos (19:00)

Jueves 13 de septiembre

Entrada folclórica (9:00)

Misa y procesión (11:00)

Torneo y riña de gallos (12:00)

Corrida de toros (14:00)

Vísperas del Señor de Burgos (19:00)

Viernes 14 de septiembre

Misa del Señor de Burgos (7:00)

Torneo y riña de gallos (10:00)

Misa y procesión (11:00)

Corrida de toros (14:00)

Vísperas del Señor de Burgos (19:00)

Lunes 10 y martes 11 de septiembre

Misa al Señor Burgos (9:00)

Corrida de toros (14:00)

Vísperas y festividad para

el Señor de Burgos (19:00)

Sábado 15 de septiembre

Misa y procesión (11:00)

Corrida de toros (14:00)