A l llegar a la localidad de Quillacollo, a unos 13 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, se toma la avenida Santa Cruz con dirección al norte, hasta llegar a la zona de Villa Marquina, a unos 20 minutos en vehículo, en cuyo corazón se edificó un complejo hotelero, que lleva el mismo nombre del lugar.

Este hotel -con apenas 11 meses de funcionamiento- tiene capacidad para recibir a 80 huéspedes, quienes pueden disfrutar de canchas deportivas, dos piscinas (una exterior y otra interior), sauna seco y vapor. Al ser un centro turístico de referencia, los propietarios ofrecen un servicio gastronómico de calidad, con un restaurante especializado en comida criolla, que atiende los domingos, desde las 11:00 hasta las 15:00.

El menú dominical contempla la tradicional sopa de maní y una variedad de platos tradicionales como sillpancho, lomo montado, charque, changa de pollo, picante de lengua o mixto y milanesa napolitana, entre otros, que responden a las exigencias de la clientela. Melva Santi, gerente de Villa Marquina, anuncia que en poco tiempo la atención del restaurante será desde el día sábado.

“Cuando hay huéspedes, la cocina del hotel trabaja de lunes a domingo, con un menú preparado y platos a la carta. También, cuando se hospedan delegaciones, se coordina el tipo de alimentación que quieren servirse”, explica Santi. Este centro hotelero también ofrece la posibilidad de disfrutar de un día completo de las instalaciones y del restaurante.

Esta semana que comienza y en la cual se celebrará la Fiesta de la Virgen de Urcupiña, Villa Marquina ofrecerá un menú dominical especial, en honor a la Patrona del municipio.

Todas aquellas personas que deseen pasar un momento diferente, en un lugar donde la naturaleza se complementa con la infraestructura hotelera, pueden acudir a este centro hotelero, asentado a los pies del Tunari.