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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Adolescencia, una etapa crítica

Esta es una etapa de gran cambio, cuando el autoconcepto personal suele ser menos coherente y cambiante; por tal motivo hay que trabajar fortaleciendo la personalidad.
Adolescencia, una etapa crítica



Una buena dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos que una persona puede disponer. Un joven o señorita con una fuerte dosis de autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar productivamente y ser autosuficiente, posee una mayor conciencia del rumbo que sigue; y podrá entrar en la vida adulta con cimientos necesarios para llevar una existencia productiva y satisfactoria.

La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme identidad, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro. Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la independencia y a la confianza en sus propias fuerzas. Es una época en la que se ponen sobre el tapete decisiones importantes como su vocación, los principios básicos de la existencia, la independencia de la familia y la capacidad para relacionarse con el sexo opuesto. Y a estos aspectos hay que sumar todos aquellos conflictos de la niñez que no se hayan resuelto y que surjan de nuevo, conflictos que habrá que afrontar también.

En la “crisis de identidad” de la adolescencia, el joven se cuestiona automáticamente, incluyendo la opinión que tiene de sí mismo, aquella que adquirió en el pasado. Puede rebelarse y rechazar cualquier valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan confuso e inseguro de sí mismo que no haga más que pedir a los demás aprobación y consejos de todo tipo. Sea cual fuere su aproximación a su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el consiguiente cambio en su autoestima.