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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Iglesia de Postrervalle, el jardín del arte en Vallegrande

Iglesia de Postrervalle, el jardín del arte en Vallegrande



A siete horas de viaje en auto, partiendo del Cercado cochabambino, sobre la carretera antigua al oriente boliviano, en la intersección entre los departamentos de Sucre, Santa Cruz y Cochabamba se encuentra Postrervalle. Un pequeño poblado soleado, de verdor incalculable, con identidad única, singular, memorable y que, además hoy, ostenta una de las iglesias más representativas de arquitectura en madera, edificada hace 50 años.

Después de su graduación del internado Don Bosco del lugar, los primeros técnicos artesanos titulados en carpintería, tallado en madera y escultura asumieron el compromiso de embellecer el altar mayor y realizar algunos arreglos estéticos a la fachada de la iglesia. La intervención demoró 24 años. Todas las piezas de madera fueron talladas artísticamente por un promedio de 30 artesanos.

El proyecto surgió de la necesidad de crear un espacio que sirva para glorificar a Dios y que invite a los niños a acercarse a él. Los artesanos entregaron sus momentos de descanso, pausas e intermedios laborales para construir su altar mayor, que tiene cuatro niveles horizontales, compuesto por tres calles verticales, los que conservan 12 imágenes de santos tallados en madera, los más representativos para la Iglesia católica. Al centro de todo, como el corazón de esta obra, se encuentra el tabernáculo o el sagrario, donde se guarda el pan consagrado en la eucaristía, que indudablemente es el centro de las miradas.

LA PERLA VALLEGRANDINA

En medio de Postrervalle, justo al frente de la Plaza Principal, se yergue esta iglesia, que al igual que su gente logró generar una identidad singular, durante una intervención arquitectónica que duró 24 años, y se distribuyó a lo largo de 12 metros de ancho por 24 metros de la estructura.

La imagen exterior de esta estructura arquitectónica conserva el estilo oriental, para ser más precisos, de la arquitectura chiquitana; pero, tras una rápida mirada al interior se aprecia un estilo barroco occidental.

La obra de transformación se inició en 1994, cuando los estudiantes del internado Don Bosco obsequiaron las primeras banquetas a la vieja iglesia del pueblo. Posteriormente, a medida que pasaron los años, los alumnos siguieron regalando sus trabajos, hecho que comprometió a los moradores del poblado con el proyecto de mejorar y embellecer la iglesia que, finalmente, fue inaugurada en 2016, tras más de dos décadas de labor.

El día de la inauguración toda la población llegó hasta la iglesia para presenciar la belleza de esta obra, que fue inaugurada por el padre Sergio Walberti. La impresión de ver semejante trabajo artesanal, lleno de detalles, donde la madera cobra vida para reflejar el arte religioso, sin duda, dejó atónitos a quienes visitaron la iglesia.

Adentro se pueden apreciar pinturas, tallados en piedra y madera, vitrales, repujados, mosaicos y otros, que se convirtieron en la esencia y el tesoro de sus habitantes. Un proyecto que logró unir las fuerzas de los moradores y conseguir una identidad particular; puesto que ve plasmado el esfuerzo y conocimiento de sus hijos, hermanos y hasta los padres de las nuevas generaciones.

No obstante, quienes se involucraron en este sueño aseguran que este aún no ha finalizado, sino que es el principio de algo más grande.

Massimo Rinaldi, voluntario italiano que también participó en la restauración del templo de Santa Teresa en Cochabamba, contó que tras esta experiencia, las iglesias cercanas de las poblaciones de Mosqueros, San Marcos, Churcos y Río de Villca, también serán embellecidas.

“Por qué no pensar en una segunda Chiquitanía. Una vez, el padre Antonio Moreno, obispo de Concepción, dijo que la casa de Dios debe ser una visión del paraíso y con estos trabajos eso es lo que se está logrando”, añade.

DETALLE DE LA OBRA DE ARTE

Rinaldi asegura que este proyecto en su integridad refleja los usos y las costumbres de la

gente del pueblo, donde se destaca el amor hacia los niños, quienes se ven reflejados en varias partes de la obra.

Como parte del trabajo, hay sectores donde se colocaron frases en latín talladas en madera que pertenecen a algunas oraciones que todavía se elevan en la misa de los domingos o en la actividad del rezo de los siete dolores de María.

Un aspecto que se debe resaltar es que la madera fue extraída del lugar y se emplearon pigmentos naturales para darles color a las obras.

También es significativo el aporte que brindan los artesanos peruanos, también pertenecientes a la congregación de Don Bosco, ellos hicieron llegar sus trabajos en vitrales, piedra

tallada, repujados y mosaicos, cada uno demostrando la especialidad en su oficio.

ASOCIACIÓN FAMILIA DE ARTESANOS DON BOSCO - BOLIVIA

Siguiendo con la idea de buscar mejores rumbos de vida para los habitantes de Postrervalle, los misioneros religiosos se dieron a la tarea de impulsar un internado de estudios, donde al final de la malla curricular los jóvenes egresaran como artesanos especialistas en carpintería, tallado o escultura.

La preparación de estos técnicos se inicia a muy corta edad, bordeando los 12 años, cuando sus padres toman la decisión de inscribir a su hijo. Esto implica que el menor debe quedarse en la comunidad los próximos seis años, y que conviva con unos 18 a 19 niños, que tienen una procedencia similar a la suya, con iguales condiciones de vida, carga cultural y exigencias.

Al finalizar sus estudios, los alumnos se organizaron, bajo el respaldo y auspicio del internado, y se agruparon en la Asociación de Familias de Artesanos Don Bosco, para lograr que sus hijos se queden en la región y no migren de sus comunidades.

Con el paso del tiempo, dicha agrupación fue trabajando en proyectos de relevancia, como ser la reconstrucción de la catedral de Aiqui- le tras el terremoto, a cuya cabeza estaba el fallecido padre Adalberto Rasat. Tras esa participación, en 1994, los alumnos comenzaron a crear proyectos de fin de grado y regalaron a la iglesia matriz, es así como se inicia la creación más importante para los más de 30 artesanos que se unieron a este sueño.

SURGIMIENTO Y FLORECIMIENTO

Incalculables e invaluables son las obras que los artesanos empotraron en el altar mayor del templo, que tras una historia de buenas intenciones se logró transformar un espacio simple en una obra de arte.

El origen de la primera iglesia data de aproximadamente 1968, hace 50 años, y fue llevada adelante por el padre español Ramón Ferran, que dejó su país para establecerse en este poblado, con la idea de evangelizar y fue él quien empleó sus conocimientos como albañil y carpintero para edificar un templo sencillo y modesto, quien dejó la parroquia en manos del padre Pedro Ramón. Después de 23 años de servicio pastoral, en 1991, el exarzobispo de Cochabamba, Tito Solari, solicitó a la agrupación de voluntarios Matto Grosso de Italia, que envíen apoyo de voluntarios para colaborar al sacerdote de Postrervalle, que tenía 83 años de vida. Es así como llegaron los italia-nos Massimo y Wanda Rinaldi, acompañados de sus cuatro hijos, quienes, prácticamente, heredaron la pastoral de Postrervalle y colaboraron en los sueños de todo un pueblo.