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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Sonia Braga, la doña del cine brasileño

Espléndida actriz. Con solo 14 años, la carioca incursionó en la televisión, dando inicio a una carrera tan larga y admirada como sus curvas e inteligencia.<BR>
Sonia Braga, la doña del cine brasileño



Corría el año 1976 cuando el precioso rostro mulato de Sonia Braga iluminó por primera vez las salas de cine del país carioca, interpretando el icónico rol de Doña Flor, la viuda y esposa dividida entre dos maridos, en la película adaptada del libro homónimo del escritor Jorge Amado. ¿Cómo llegó ahí?

Braga nació el año 1950, en Maringá, Brasil, en el seno de una familia numerosa pero acomodada. Sin embargo, cuando tenía ocho años de edad, el fallecimiento de su padre, obligó a su madre y seis hermanos a ajustarse los cinturones.

“Mi madre era ama de casa, no tenía una profesión. Nos tuvimos que ir de nuestra casa y nos volvimos pobres. Mi padre pertenecía a la clase media, pero había logrado llegar a la clase alta. Cuando él murió, de la noche a la mañana quedamos en la ruina. Mi madre tenía siete hijos de los que hacerse cargo. Nos fuimos de una casa hermosa en la que vivíamos a un barrio pobre, no miserable, pero donde podíamos sobrevivir. No sé muy bien qué es lo que hizo pero al poco tiempo todos estábamos trabajando en una panadería”, relató la actriz al diario español La Vanguardia, durante una entrevista el 2017.

Pese a las limitaciones, algo que los Braga nunca racionaron fue su creatividad. Sonia recuerda cómo su madre, excelente modista, transformó unas viejas cortinas de terciopelo en un abrigo al mejor estilo de “Lo que el viento se llevó”.

Así, entre la consciencia de la necesidad económica y el talento artístico a flor de piel, Sonia abandonó la escuela a los 14 años para perseguir la actuación. Prácticamente sin algún entrenamiento teatral, la adolescente se estrenó en la televisión brasileña con roles menores en telenovelas del momento.

Tres años después se introdujo en el mundo del teatro y para sus 19 rodó su primera película. Pero el verdadero éxito lo conoció a mediados de los 70’s. Difícilmente Braga podría imaginar lo que “Doña Flor y sus dos maridos” haría por su carrera… y por su vida. La historia era sencilla y provocadora, una mujer que mantenía relaciones amorosas con su segundo esposo y con el espíritu de su primer y difunto marido.

Este trabajo la consagró como símbolo sexual y le abrió las puertas del cine internacional.

HUELLA INDELEBLE

En 1983 anotó su siguiente “golazo” en el cine erótico sudamericano, con la película “Gabriela”, basada en otro libro de Jorge Amado, en la que compartió el protagónico con una leyenda del cine italiano: Marcelo Mastroianni.

La consagración internacional de Braga llegó con “El beso de la mujer araña”, que le valió una nominación al Globo de Oro y le abrió las puertas del cine norteamericano. Participó en las películas “Un lugar llamado Milagro”, dirigida por Robert Redford; “El principiante”, donde compartió pantalla con Clint Eastwood; y en “Luna sobre Parador”, de Paul Mazurski, donde volvió a ser nominada a otro Globo de Oro.

En las siguientes dos décadas Braga seguiría activa en la pantalla grande y chica: participó en varias películas en el extranjero y en su país (como “Tieta de Agreste”) y en series como “Sex and the City”, “La ley y el orden” y “CSI Miami”. l

EL RETORNO DE LA DOÑA

El pasado 2016 significó uno de los regresos para Sonia, especialmente gracias a la película “Doña Clara”, con la que regresó al cine brasileño después de una ausencia de 20 años.

“Cuando Kleber (el creador del film) me envió el guion sentí que me estaba devolviendo dos cosas muy importantes en mi vida: mi lengua materna, que no había hablado en el cine en dos décadas, y mi conexión con el pueblo brasileño. Siempre confiaron en mí, desde la época en la que hacía culebrones como “Gabriela” y “Dancin’ Days”, explicó a La Vanguardia.