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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Thomas Becker, el rockero justiciero

Octubre Negro. El "gringo" que cambió el rock por la toga consiguió la primera condena contra un expresidente latinoamericano en EEUU.<BR>
Thomas Becker, el rockero justiciero



Thomas Becker, un abogado estadounidense que cambió el rock por la toga para asumir la causa de las víctimas de la "Guerra del Gas" en Bolivia, logró algo que nadie pudo en 15 años, poner en el banco de los acusados a un poderoso expresidente de Bolivia.

La historia del “gringo” Becker, como él mismo se denomina, con Bolivia

y en particular con las víctimas de la "Guerra del Gas" comenzó en 2005, cuando llegó "como turista" a El Alto, ciudad vecina de La Paz.

"Llegué al aeropuerto con mi mochila y tuve que caminar no sé cuántos kilómetros por bloqueos, protestas y gas. Quería conocer la cultura, los movimientos sociales", dijo en una entrevista el ahora jurista de 39 años.

Ese primer contacto con Bolivia hizo que conociera la cultura política del país y la historia de las víctimas del también llamado "Octubre Negro" de 2003, en el que murieron más de medio centenar de personas en protestas contra el Gobierno 

de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003).

"Conocí a víctimas del 2003 y sus historias, esto me impactó mucho, para mí Goni (sobrenombre del exgobernante) escapó, estaba usando mi país como refugio", enfatizó sobre la salida a Estados Unidos de Sánchez de Lozada tras renunciar al puesto por aquel conflicto.

Sin embargo, aquella atracción final de Becker tuvo que pasar por un periodo de discernimiento, cuando

después de ingresar a la famosa

universidad estadounidense de Harvard para estudiar leyes, tuvo que elegir entre el derecho y la música.

El joven Becker estudiante de leyes fue también el guitarrista de una

banda emergente de punk rock, los Beautiful Bodies, rasgos de esa etapa que todavía se perciben hoy en el estilo de su pelo y su forma de vestir.

"Era músico profesional, viajaba como músico, teníamos contrato, teníamos videos, viajamos a varios países tocando conciertos, esta fue mi profesión, por un rato", recordó.

Tras su ingreso a Harvard, Becker aprovechó algunos recesos para volver a Bolivia y escudriñar en la historia de la "Guerra del Gas" hasta el punto de fijar residencia en el país, mientras al mismo tiempo componía para su banda.

"Técnicamente estaba en clases, pero estaba aquí preparando el juicio", rememoró.

Entonces aprovechó los recesos y las impugnaciones en el caso para hacer giras con el grupo en las que visitó 18 países en Europa, además de Canadá y varias ciudades de su natal Estados Unidos.

La banda en ese tránsito compartió escenario con grupos de renombre como Smashing Pumpkins, My Chemical Romance, Jane´s Addiction, TV on the Radio y The Yeah Yeah Yeahs, estuvo en el cartel de festivales masivos como el Warped Tour y ganó la famosa Batalla de las Bandas de su país.

"Creo que la música y ser abogado son cosas casi iguales, los dos son caminos para el cambio, la música puede ser revolucionaria, entonces es una otra forma de cambiar el mundo, con el arte o en la corte", explicó sobre lo que hasta un determinado momento parecían dos ocupaciones compatibles.

Sin embargo, la inflexión llegó cuando la demanda civil contra Sánchez de Lozada y su exministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín "avanzó de una forma muy rápida" en un tribunal estadounidense.

"Dije que no puedo hacer las dos y decidí que la prioridad es este juicio", expresó.

La banda se disolvió hace dos años y sus integrantes decidieron seguir proyectos personales, pese a que firmaron un contrato para hacer otras dos producciones musicales tras sacar su primer disco en 2015.

Perviven en internet sus videos con varios miles de visualizaciones.

"Amo Bolivia, es una de las razones por las que estoy aquí", señaló convencido de que también dejó varias oportunidades en su país por una mayor, la defensa de las víctimas de la represión contra quienes se oponían al proyecto gubernamental de exportar gas a bajo precio a través de Chile.

Becker forma parte del grupo de abogados, entre bolivianos y extranjeros, constante en el proceso judicial que contó con la colaboración de al menos un centenar, señaló.

El pasado martes el jurado del tribunal que juzga el caso en el Estado de Miami (EEUU) consideró culpables a Sánchez de Lozada, de 87 años, y Sánchez Berzaín, de 58, por las muertes de ocho de las víctimas en las protestas sociales reprimidas por Ejército y Policía.

El veredicto estableció un resarcimiento de unos diez millones de dólares a las familias de las víctimas, que promovieron la demanda civil durante un largo proceso iniciado en 2007.

Aunque la sentencia final depende del juez y se conocerá a partir de mayo próximo, las familias y sus abogados fueron recibidos el pasado jueves a su regreso de Miami a El Alto como auténticos héroes por lo que ya consideran una victoria histórica.

"Soy gringo, muy gringo, pero la gente boliviana me ha tratado con mucho cariño, me ha aceptado como compañero, como hermano", concluyó el roquero que dejó su banda por esta causa de derechos humanos.