“El baile brinda placer y libertad”
Atraída por las luces del escenario y los movimientos ondulatorios de los cuerpos rítmicos, Scarlet Disdain empezó a estudiar baile a muy temprana edad. Tras varios años de búsqueda, se sintió plena cuando conoció el jazz. Desde entonces entabló una relación particular con este arte.
“Es difícil de explicar con palabras lo que siente el cuerpo. El baile brinda cierto tipo de placer y libertad, que hace florecer muchas sensaciones”, señala la bailarina.
Scarlet bailó hasta su juventud cuando se desgarró un músculo que la llevaría a alejarse de su meta: ser bailarina profesional; pero, una década después volvería a bailar.
“No puedo determinar
en qué momento me dejé embrujar por esta mezcla singular de tres lenguajes, la música, danza y poesía”, dice y añade “volví a nacer el día que retomé el baile”.
La bailarina qhochala trabaja profesionalmente desde hace ocho años, cuando fue contratada
para el grupo de Vintage Jazz en Canadá, mismo que se convirtió en el primer grupo de Chorus line y Vernacular Jazz en Alberta, llamado “The Sugar Sweets”.
El elenco de este grupo de baile interpreta todas las categorías de Vernacular jazz: Swing, Charleston, Lindy Hop y otros como Blues y Chorus line,- con un enfoque artístico de 1910 hasta 1950-, “Nos inspiramos en grupos famosos de Broadway, como Ziegfield, Busby Berkeley and The Rockettes, entre otros”, aseguró Scarlet.
Pero, en 2012, Disdain
ingresó en el arte del baile burlesque, que le dio la posibilidad de presentarse
en grandes escenarios,
“Me sentí apreciada. Ese momento amé ser mujer, imperfecta, madura, pero feliz. A través de la danza puedo celebrar mi edad
y mis pasiones, pero sobretodo puedo mostrarlo al mundo”, afirma.
Se presentó en el Festival de Blues en Nueva Orleans y bailó junto a grandes
artistas como Julie Atlas Muz, The world Famous BOB, Tigger!, Pearl Noire, Dirty Martini y muchos otros más.
Y precisamente, en su afán por desarrollar este arte entre la nueva generación de bailarinas locales, Scarlet llegó a Cochabamba para dictar un workshop en Acrobatic, con el apoyo de Mariana Llobet.
Este curso se desarrolló durante dos jornadas, cada día cuatro horas
intensivas, con 100 por ciento de práctica.
Debido al éxito de la primera experiencia se está planificando un próximo curso, pero en esta ocasión con más días de trabajo y que al finalizar el curso las participantes puedan presentar un show de demostración.
“En un futuro quisiera incorporar danza terapia, que es algo que estoy estudiando en la Universidad de Rochester en Canadá. Creo que el movimiento, la música y la danza, brinda todas las herramientas de una terapia exitosa para todo tipo de personas.
El sueño de Scarlet es brindar ayuda a través del arte del baile a las personas que lo requieran.
“La danza me hace sentir que todos podemos lograr grandes cambios en noso-tros mismos a través del arte. El jazz es mi pasión, no hay nada para mi tan inspirador como el. Por otra parte, el burlesque es una forma de celebrarme. Es una combinación mágica, es un regalo que siento debo compartir con todos”, finalizó la artista.