Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

Claudia Soriano G. en el rubro de la moda

Comunicadora. Durante dos décadas trabajó en medios de comunicación de Cochabamba y se afianzó como relacionadora pública de empresas. Hace cinco años dejó el país y emigró a EEUU en busca de oportunidades. Hace poco llegó a su tierra. ¿Qué proyectos tiene a corto plazo?
Claudia Soriano G. en el rubro de la moda


LUCHADORA INNATA

BELLA E INTELIGENTE

Desde niña solo quería trabajar en los medios de comunicación y así lo hizo. Posteriormente, soñó con ser madre y la vida le dio un hogar y dos hijos que criar. Ahora, tras 23 años de persistencia laboral, cinco lejos de su tierra, la cochabambina Claudia Soriano quiere comenzar un nuevo proyecto, con la creación de su propia empresa de confección de trajes de baño y ropa de verano.

Enterada de su llegada a Cochabamba, la revista Así tomó contacto con la multifacética profesional, que ahora radica en Miami, Estados Unidos, para saber sobre su vida y cuáles son sus planes laborales.

Claudia está en plena estructuración de una empresa de confección y tiene previsto su lanzamiento en pocos meses. Esta es una de las razones para su visita, ya que está estudiando el mercado local, sus posibles proveedores y viendo la posibilidad de generar fuentes de empleo. “Los bolivianos tenemos mucha riqueza, entre ella nuestra mano de obra que no tiene nada que envidiar a la de otros países”, enfatiza.



Una vida de metas

Para muchos cochabambinos, el nombre de Claudia Soriano Garvía no pasa desapercibido, porque en la década de los 90 dirigió un espacio televisivo denominado Destinos, dentro del programa Facetas, dirigido por Álvaro García Meza y Mónica Olmos, que se emitía en un canal local.

Soriano era productora de un espacio turístico con enfoque internacional y, por esa razón, tenía que viajar constantemente a diferentes lugares de Latinoamérica, auspiciada por el Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), la línea bandera nacional de esa época.

Quizás esa experiencia la llevó a amar el cielo y siempre mirar hacia el infinito como otra forma de vida, donde las grandes metas eran parte de sus actividades cotidianas.

“Siempre fui soñadora, quería conquistar lo inalcanzable y me enfrascaba en grandes proyectos; pero, yo entregaba todo para verlos concretarse poco a poco. Claro que a veces se puede y otras no”, asegura Claudia, mientras comienza a contar algunas de sus anécdotas laborales de esa temporada, al tiempo de observar unas fotos con añoranza.

Guerrera desde la cuna

Ella es la cuarta hija de los cinco hijos que procrearon Gonzalo Soriano y Beatriz Garvía. Claudia confiesa que su familia no llevó una vida normal, ya que constantemente se estaba mudando, debido a la profesión del padre. Fue más difícil cuando la familia fue exiliada a Paraguay, en la época en que su papá fue asesor presidencial de Juan José Torres y Víctor Paz Estenssoro.

“Dejamos Bolivia solo con lo que teníamos dentro de la maleta, quizás por ello, ahora, no me cuesta dejar todo y empezar con lo que llevo en la valija”, admite Soriano.

Años más tarde retornó a Cochabamba e ingresó al colegio Alemán Santa María; pero, debido a la situación económica que atravesaba su familia, se vio en la necesidad de trabajar de día y estudiar de noche, por eso se graduó de un colegio nocturno.

Durante ese tiempo, Claudia -sin proponérselo- también destacó en el ámbito de la belleza. Recuerda que en 1987 fue elegida predilecta del colegio La Salle y dos años más tarde fue coronada Señorita Cochabamba.

Ese mismo año, 1989, participó en el certamen de Miss Bolivia, en el cual se coronó la tarijeña Raquel Cors Ulloa.

En 1991, Soriano se matriculó en la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana, y paralelamente empezó su programa Destinos, hasta titularse en 1995.

“Seguía con el programa pero sentía que era momento de comenzar otras cosas”, afirma Claudia.



Viendo otros ámbitos

Ella encontró el amor junto a su enamorado de adolescencia, Alejandro Olmos. A los pocos años de vida conyugal, llegó su primogénita, Adriana (ahora de 21 años), cinco años después, Ignacio (de 16 años).

“Desde el día que me convertí en madre, mis hijos son mi motivación y motor de vida”, dice la comunicadora.

Mientras los cuidaba, aún cautivada por la pantalla chica, trabajó en una revista matinal junto a Casimira Lema, reconocida conductora paceña.

También fue presentadora de noticias en Tele C, junto a Boris Blacutt, y desa-rrolló otro espacio turístico, La Cámara Viajera, para el programa Practiquísimo, que se emitía a nivel nacional.

Poco después, abrió una agencia de publicidad y así se fue acercando al mundo de las relaciones públicas.

En aquella época, su mejor cliente era Unilever, y después de muchos años de manejar sus campañas fue invitada a formar parte del staff de Marketing. “Vivía uno de mis mejores momentos laborales y mis hijos estaban relativamente bien; pero, me divorcié después de 23 años. Era el momento para darles mejores opciones, por eso hice mis maletas y me fui”, afirma.



Otra vida, nuevo comienzo

“Llegué a Miami y tuve que comenzar desde abajo. Fue muy duro y un gran cambio para mis hijos, pero esa experiencia nos llevó a valorar lo que teníamos en Bolivia y nos impulsó a trabajar en familia y ser más unidos”, reflexiona.

Cuando un profesional destaca en su trabajo, su prestigio le precede, el trabajo va en su búsqueda. Es así que la Cervecería Boliviana Nacional se contactó con ella en Miami, para ofrecerle un trabajo de relacionista pública, promocionando el Carnaval de Oruro en Estados Unidos y España.

La campaña fue un éxito y, a partir de entonces, Soriano retornó al área de organización de eventos, gestión

y cobertura de medios y creación

de estrategias comunicacionales.

Hace poco tiempo, retomó contacto con su amiga Sandra Cossío, presentadora cruceña, quien la introdujo en los Fashion Week de Nueva York.

En ese medio laboral conoció a Pier Dulaine, el reconocido fashionista internacional que la llevó a trabajar como asistente de la diseñadora española Agatha Ruiz de la Prada.

“En ese momento me di cuenta qué es lo que quiero y ahora estoy enfocada en ello. Pronto abriré mi empresa, me desarrollaré profesionalmente en Miami, pero trabajaré con gente de mi país”, finalizó la multifacética profesional.

Claudia Soriano Garvía es un ejemplo de la fortaleza y persistencia de la mujer boliviana, quien lucha por lo que quiere y no tiene miedo de comenzar de cero.