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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 09:41

CONTROLADA Y BAJO SUPERVISIÓN MÉDICA

Parto natural: nacer en casa

Práctica ancestral. La mayoría de las mujeres opta por dar a luz en hospitales y clínicas; no obstante, aún hay quienes apuestan por un parto natural al calor del hogar y en compañía de su familia.
Parto natural: nacer en casa





El embarazo es uno de los grandes acontecimientos de la existencia. La dicha que supone la concepción de una nueva vida transforma esta experiencia en un evento impresionante. Sin embargo, este singular suceso encierra en sí mismo sus propias contrariedades, y las mujeres que pasaron por este hecho pueden dar testimonio de ello. Desde la expectativa causada por el correcto desarrollo del bebé, hasta inquietudes de orden personal. Las dimensiones que provocan preocupación en el embarazo son varias, y el parto es una de las principales.

Por lo menos, así sucedió en el caso de Lía Cornejo Palacios (de 22 años), quien -luego de una serie de eventos desafortunados en algunos hospitales de la ciudad, entre los que se cuentan exámenes confusos, controles médicos accidentados y un diagnóstico falso- tomó una decisión fundamental: tener a su hija Julieta en el calor de su hogar, en compañía de sus seres queridos.

Transcurría el quinto mes cuando tomó esta determinación, gracias a la información proporcionada por diversos foros virtuales. Fue entonces cuando leyó sobre el parto en casa, por lo que se inclinó por esa opción. Cuando se le pregunta por qué lo hizo, ella sostiene: “Para mí, Julieta significaba conexión con muchas cosas que había perdido, entonces, no quería que mi hija naciera en un ambiente frío”. Con- sultó este tema con su pareja y finalmente se decidió.

En la actualidad, al recordar la experiencia, Lía la califica como una vivencia hermosa. Julieta Antezana Cornejo tiene cinco meses y rebosa vivacidad. Es una niña sana y hermosa, que mira el mundo a través de sus grandes ojos grises, conquistando la simpatía de todos con su actitud risueña y desenvuelta. Con todo el talante de una madre orgullosa, revela el significado del nombre que eligió para su pequeña hija: Julieta significa de raíces fuertes, y en este caso, al parecer, no se equivocó.

¿QUÉ ES UN PARTO EN CASA?

No se trata de una técnica que posea un método singular o extravagante.

El parto domiciliario es un procedimiento opcional que obedece los tiempos de la madre y del bebé, sin intervenciones quirúrgicas, en un lugar conocido por ella y por todos los miembros de la familia, los cuales pueden tener participación protagónica en el momento del alumbramiento.

La doctora Roxana Lazcano, ginecó- loga obstetra de la Casa Materna del Hospital Manuel Ascencio Villarroel de la provincia Punata, indica que este tipo de partos (vertical y/o en casa) siempre existieron y, debido a esto, algunos hospitales adoptaron esta forma de dar a luz.



En esta práctica, son aceptadas algunas situaciones no permitidas en los quirófanos. Por ejemplo, no se necesita usar una vestimenta especial, se permite la presencia de familiares y otras personas que acompañan a la embarazada y se respeta la posición en la que esta se sienta más cómoda para dar a luz. La profesional indica que lo fundamental es una buena valoración obstétrica, pero también una gran cuota de paciencia. Menciona que las políticas gubernamentales están intentando acoplar estos procedimientos bajo el denominativo de parto intercultural, pero advierte que no es un procedimiento limitado a una población rural o indígena, pues es una práctica extendida a todo tipo de población. La prueba de ello es la gran cantidad de pacientes extranjeros que optan por esta alternativa.

LOS PREPARATIVOS

Para preparar un parto en casa es necesario seguir una serie de pasos y una planificación previa. Lazcano indica que lo primero es una revisión médica, en la que se realiza una evaluación pélvica, y se toma en cuenta otros factores, como la edad, el historial de enfermedades o problemas de salud previos, historial quirúrgico y el tamaño y la posición del bebé.

Si los indicadores son aptos se continúa el proceso, bajo controles médicos constantes, ejercicios y una dieta baja en carbohidratos. Otro factor muy importante, es el conocimiento que se tenga sobre el proceso de parto. Esas intensas horas traen aparejados dolores y sensaciones extrañas, y, en esos momentos claves, el conocimiento es fundamental. “Todas las personas tienen miedo a lo desconocido, y eso es normal, lo primero es quitar ese miedo, porque no ayuda”, indica la doctora, quien admite que tuvo la suerte de trabajar con mujeres provenientes del Centro de Yoga Adhyatma de María Eugenia Badani, espacio donde se realizan actividades prenatales, como yoga, y talleres informativos para padres, de manera constante hace más de 20 años.

A Magena, como la apodan de cariño, el caso de Lía le toca de manera especial, porque es abuela de Julieta. “Ha sido una experiencia muy particular, porque es mi nieta la que había nacido. La emoción de verla llegar a este mundo ha sido mágica”, indica. Ella posibilitó el contacto con Lazcano y proporcionó el espacio donde se realizó el parto, el que debe ser cálido, poseer almohadones, una pelota de pilates, toallas y recipientes.

Finalmente, se debe contar con utensilios médicos esterilizados, un pediatra y un plan contingencial en caso de surgir alguna situación. Este contempla la cercanía de un hospital y un equipo de respaldo, de ser necesaria una intervención quirúrgica de urgencia.

Tanto la Dra. Lazcano como María Eugenia no han necesitado esta opción de emergencia.

AL FIN JULIETA, AL FIN

A las 10 de la noche del día previo al nacimiento, Lía sintió las primeras contracciones. Emocionada y ansiosa le comunicó esto a su pareja: “Hablamos con Julieta y le dijimos: Si estas lista, aquí estamos, te queremos ver pronto, luego me dormí porque el dolor era leve”. Volvió a despertar a las tres de la mañana porque el malestar ya era bastante fuerte. Manteniendo la calma esperó un par de horas, para dirigirse a la casa de María Eugenia: “Tenía contracciones cada minuto, noso-tros pensamos que ya iba a nacer ahí mismo”. Llamó a su ginecóloga quien, luego de una revisión, desestimó ese panorama: tenía dos centímetros de dilatación, aún faltaban bastantes horas.

Durante ese tiempo trató de tranquilizarse como pudo: caminó, se metió a la bañera, se tendió en la hamaca e intentó dormir. Pasado el mediodía, después de almorzar, sucedió algo que ella califica como sacado de una película; se rompió la fuente: “No me asusté, pensé que mi hija iba a nacer ese rato, pero solo se había roto la bolsa, ahí los dolores se hicieron insoportables”.

Entre las 4 y 5 de la tarde el dolor y la fatiga eran inaguantables: “Yo me había olvidado de la preparación que había hecho, la doctora se acercó y me dijo: “Si tú no te calmas no va a salir el bebé y vas a seguir sufriendo”. Mage también me decía ‘te estás cansando, tranquila’, en ese momento me concentré y dejé de responder a todos (ríe) incluso entre contracciones me dormía (ríe) respiraba y me decía ‘esto tiene que salir bien’ y desde ahí todo fue súper rápido”.

A las 6 y 27 de la tarde, luego de 17 horas de trabajo de parto nació Julieta ante la felicidad de todos los familiares que habían acudido a apoyar a Lía: “Hacían como equipos de apoyo para entrar a cuidarme (ríe) una de mis hermanas entro al final, renovada de energías y eso me ayudó muchísimo, porque me decía ‘Tu puedes Lía, vamos, lo estás haciendo muy bien’, eso me dio mucha fuerza”.

Al final, con su hija en brazos, lloró de felicidad: por fin, conoció a Julieta.

¿POR QUÉ RECOMENDARLO?

El parto es un evento impresionante e inolvidable y el hecho que se realice en compañía de los familiares y amigos, en un ambiente íntimo, le agrega afecto a la sorpresa. María Eugenia indica que el parto en casa es un evento poderoso que refuerza un intenso “círculo de mujeres”. Lía, por su parte, indica: “Yo lo recomiendo a las personas que están seguras de que quieren hacerlo, después de pasar por este proceso, no puedes juzgar a ninguna madre porque lo que quiera hacer; otras se sienten más seguras en un hospital y es clave sentirse segura”.