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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Lecturas sutiles El pensamiento y sus efectos

Lecturas sutiles El pensamiento y sus efectos




“Ni tus peores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos” (Buda)

¿Qué se puede entender por pensamiento? El pensamiento es una función mental, asociada a la cognición, es aquello que en un primer momento es perceptible

por los sentidos, los medios receptivos de nuestra realidad, a partir de nuestro cuerpo orgánico, aquello que nos permite: ver, oír,

hablar, oler y sentir.

Estos medios receptores, son nuestro contacto con el mundo, posteriormente toda percepción y sensación se va guardando en un banco de datos, que es la memoria, el lugar donde se almacenan las vivencias, los estímulos y las situaciones que una persona experimenta a lo largo de toda su vida.

La memoria es la capacidad mental que nos permite guardar o retener una información o conjunto de datos; está estrechamente ligado al concepto de aprendizaje.

Cada persona va aprendiendo e internalizando en el transcurso de su existencia, pero más allá de ser receptores, uno se convierte en un productor, desarrolla un discernimiento, es decir, evalúa y selecciona pensamientos, dando lugar a acciones, comportamientos y generando interacciones constantes con su entorno.

El pensamiento está estructurado en base al lenguaje, pensamos mediante representaciones de aquello que se puede nombrar, lo que se conoce.

Las palabras como representaciones de aquello que puede ser nombrado, existen en la mente, ocupan un lugar, un espacio, así mismo el pensamiento; una persona va creando situaciones hipotéticas, posibles contingencias, realidades e inclusive mundos con los pensamientos. Es así que cada individuo tiene el poder de concebir, diseñar y estructurar realidades alternas a la nuestra, gracias a la imaginación, una de las funciones del pensamiento.

El pensamiento la mayoría de las veces es una elección propia y consciente, que fundamenta y constituye la vida de una persona, direcciona y enfoca las acciones, de esta forma cada una tiene el poder de modificar su vida, modificarse a sí mismo y a su entorno en cierta medida.

Las palabras y el pensamiento tienen una relación directa, una persona tiene un autodiálogo o diálogo interno constante, es decir, crea sus pensamientos, elige palabras, significados, le da sentido a su contexto, construye su realidad. Así mismo, las palabras verbalizadas pueden fortalecer y afianzar las interacciones sociales o degradarlas y destruirlas.

El cómo se sitúa una persona en el mundo es a partir del sentido que se da a sí mismo, cómo construye las relaciones con los otros, así también, qué lugar da a las cosas del entorno, se les atribuye un estatuto, un orden y jerarquía simbólica, esto va determinando una categorización existencial para cada individuo de forma única y particular.

Una persona va adquiriendo y desarrollando creencias, así “crea” un mundo, una realidad personal,

puede crearse un infierno o en paraíso en vida, elige

en un margen muy amplio dar forma y contenido a

su contexto, definir la realidad que uno quiere vivir,

es aquello que se va alimentando con los pensamientos de uno mismo.

NOTA: para cualquier consulta o comentario, contactarse con Claudia Méndez del Carpio, responsable de la columna, al correo [email protected]

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