El político inglés Lord Acton solía decir que el poder corrompe. El productor de cine Harvey Weinstein tenía mucho poder, así que su corrupción fue proporcional.

El pasado 5 de octubre, tras meses de investigación, el diario The New York Times publicó un extenso reportaje (incluyendo testimonios de las actrices Rose McGowan y Ashley Judd) denunciando que durante las últimas tres décadas, Weinstein, uno de los ejecutivos más respetados de la industria del entretenimiento, utilizó su posición para acosar sexualmente a 63 mujeres.

Tres días después de ese primer artículo, con su reputación por los suelos, el productor fue despedido de su propia compañía, The Weins- tein Company.

Pero su caída solo empezaba.

El 10 de octubre, la revista The New Yorker lanzó una segunda, y más detallada, nota, a cargo de Ronan Farrow, con declaraciones de más mujeres (Rosanna Arque-tte, Mira Sorvino y Asia Argento entre ellas) acusando al productor (bajo alegatos de acoso, abuso y violación), y una grabación de audio que evidenciaba a Weinstein tratando de convencer a una actriz para que lo acompañe a su habitación mientras él se duchaba, un día después de que ella lo acusara de tocar sus senos (un cargo que él no niega durante la conversación registrada).

El mismo día, el Times reforzó su primer artículo con uno que incluía las experiencias de Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie. En las tres notas, los periodistas dieron cuenta de al menos ocho acuerdos extra judiciales con mujeres a las que había atacado sexualmente.

¿Y qué dijo Weinstein ante todo esto? En una declaración al New York Times, pese a “lamentar lo ocurrido”, negó las acusaciones, citando (mal) letras de una canción de Jay-Z.

En general, el productor, lejos de admitir sus crímenes, solo se ha quejado de que los medios exageraron lo ocurrido y de que no le dieron tiempo suficiente para preparar una defensa (además de una que otra amenaza de juicio por difamación).

Un secreto a voces

Públicamente, Weinstein nunca demostró ninguna actitud violenta o machista, pero los rumores de lo que hacía —y hacía hacer— a jóvenes actrices y empleadas (a cambio de su ayuda) han circulado los pasillos de Hollywood desde hace muchos años y, en la última década, los sitios web de “chismes ocultos” (modalidad por la cual se difunde información sin identificar a los protagonistas de los hechos en cuestión). De hecho, uno de los más comentados apuntaba a él como patrocinador del veloz ascenso (y posterior caída) de varias actrices, a cambio de sus favores sexuales.

Pero en ocasiones, fue más allá del rumor. En octubre de 2016, la actriz Rose McGowan relató, a través de su cuenta de Twitter, que su expareja había vendido los derechos de una película que hicieron juntos al hombre que la había violado. La reacción fue inmediata, apuntando al director Robert Rodríguez (con quien Rose tuvo un affaire en 2007) como el extraicionero y a Harvey Weinstein como el violador. Si bien McGowan no pudo confirmar las suposiciones de los usuarios en esa oportunidad —el New York Times reveló que no le estaba permitido hacerlo por el acuerdo de confidencialidad que firmó en 1997—, este año, finalmente las corroboró.

EFECTO BOLA DE NIEVE

Desde ese primer artículo, más figuras poderosas de la industria han sido señaladas, bajo acusaciones que van desde toques indecentes hasta violaciones: los actores Kevin Spacey, Dustin Hoffmann, Ben Affleck, Danny Masterson, Tom Sizemore, Steven Seagal, Ed Westwick y Jeremy Piven; los directores Bryan Singer, Brett Ratner, John Lasseter y Oliver Stone; los presentadores de noticias Matt Lauer, Charlie Rose y Ryan Seacrest; el productor Russell Simmons, el cantante Nick Carter; el comediante Louis C.K. y el fotógrafo de moda Terry Richardson; por nombrar algunos.

100.000 Dólares es la suma que Weinstein pagó por el silencio de McGowan

Recientemente se hizo público el acuerdo de confidencialidad por el que la actriz no podía hablar sobre la violación que sufrió a manos de Weinstein.

Salma Hayek

Horroroso relato

La actriz mexicana narró que durante la filmación de “Frida”, película producida por Weinstein, fue obligada por el ejecutivo a quitarse la ropa frente al equipo, participar en escenas de sexo que no eran necesarias y, sin éxito, aceptar las proposiciones de Harvey. Pero, igualmente grave, Hayek asegura que el productor consideró mandar asesinarla ante la posibilidad de que ella contara todo una vez acabada la relación laboral.

El “modus operandi” de Harvey

VOX.COM

Como relata Times, el comportamiento depredador de Weinstein sigue ciertos patrones.

Las víctimas eran citadas en un hotel, para lo que ellas creen que será una reunión informal de trabajo (en la que podrían discutir un papel en una película o integrarse al equipo de producción de otra), solo para descubrir que Harvey —casado desde hace tres décadas, los últimos 10 años con la cofundadora de Marchesa, Georgina Chapman— tiene planes muy diferentes.

Las descripciones son similares: durante los primeros minuto≠s del encuentro, otra mujer está presente (una especie de carnada, para darles confianza a las víctimas), pero una vez que esta se retira, la cita se torna muy tensa. Ya sea quitándose la ropa, tomándose una ducha, pidiendo un masaje u ofreciendo uno a la víctima, Harvey procede a forzar un acto sexual.

Si la mujer se resiste, utiliza la violencia o la deja ir, solo para tomar represalias posteriores, utilizando su poder y conexiones para poner fin a su carrera.

Si accede, el productor promete su ayuda para que alcance el éxito, lo que no siempre cumple.

C.V.

Trayectoria

Weinstein ha producido más de 300 películas

y recolectado 80 premios Oscar. En su filmografía

resaltan “Pulp fiction” (1994), "El paciente inglés" (1996), "Shakespeare enamorado" (1998), "Chicago" (2002), "Pandillas de Nueva York" (2002), "El aviador" (2004), "El discurso

del rey" (2010) y la saga de “El señor de los anillos”.

De acuerdo a Vanity Fair, al menos 63 mujeres de la industria cinematográfica han denunciado abusos por parte de Weinstein. En esta foto, el abusador y sus víctimas más famosas. Fila superior (de izquierda a derecha): Sarah Ann Masse, Louisette Geiss, Romola Garai, Mira Sorvino, Judith Godreche, Léa Seydoux. Fila del medio: Rossanna Arquette, Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Ashley Judd, Harvey Weinstein, Rose McGowan. Fila inferior: Lauren Sivan, Jessica Barth, Emma De Caunes, Heather Graham, Asia Argento y Cara Delevingne.