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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Lecturas sutiles La historia de la humanidad está escrita con la pluma de la violencia

Lecturas sutiles La historia de la humanidad está escrita con la pluma de la violencia
La historia de la humanidad está impregnada de sangre; eventos como las guerras y la violencia la marcaron.

Todos los días respiramos un aire violento y al plantear que la historia está escrita con la pluma de la violencia, nos damos cuenta que el ser humano es el único que ejerce actos violentos y de sometimiento, ya que el animal a diferencia del hombre, si bien posee agresividad, no ejerce actos de violencia propiamente dichos, violencia solo la podemos evidenciar en el ser humano.

Einstein consultó a Freud acerca de la posibilidad de “evitar a la humanidad los estragos de la guerra". Este último consideraba que el vínculo derecho y poder son el punto de partida para dar una respuesta, sustituyendo la palabra "poder" por la palabra "violencia", señalando que el “derecho fue en su origen violencia bruta", además que la "unión de los débiles" es el primer paso en el camino para prevenir la guerra y evitar así sus estragos.

Pero, es necesario que la unión de los muchos sea organizada, con leyes que determinen la medida en que el individuo debe renunciar a la libertad personal de aplicar su fuerza como violencia, buscando hacer posible una convivencia segura, permanente y duradera, puesto que nada se habría conseguido si se formara sólo con el fin de combatir a un hiperpoderoso y se dispersara tras su doblegamiento, ya que el próximo que se creyera más “potente” (poderoso) aspiraría de nuevo a un imperio violento y el juego se repetiría sin término.

Desde el origen de la humanidad, la agresividad y la violencia han sido los recursos imaginarios inadecuados que se puso en práctica para neutralizar la “hiperpotencia de la naturaleza” que podríamos entenderla como el exceso de estímulos negativos a los que está expuesto el ser humano, que hace que el aparato psíquico del sujeto colapse, mostrando la fragilidad del cuerpo, poniendo en evidencia la imposibilidad de emplear otro tipo de recursos,

recurriendo al acto violento y las guerras para proteger

ese cuerpo frágil. Es aquí donde entran en juego las normas jurídicas y el derecho como un intento de proteger al sujeto, evidenciándose la insuficiencia de las normas para regular los vínculos, no por que no existan o sean insuficientes en el sentido de cuantía, es porque, no llegan a tener el efecto regulador y el de poner límite al acto violento, es por ello que se van formando grupos organizados de individuos buscando la manera de erradicar todas las

formas de violencia. Las personas se encaminan en la búsqueda constante de recursos simbólicos que coadyuven en la tramitación de ese malestar y angustia que vivencian, recursos que no todos logran encontrar porque se vive en una época en que “la palabra no alcanza” y se pone el acto violento como respuesta, evidenciándose que este es el recurso que se halla para aliviar y tramitar ese malestar que hace sufrir al ser humano.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario,

contactarse con Claudia Méndez del Carpio,

responsable de la columna, al correo electrónico [email protected]

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