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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 14:50

Lecturas sutiles Cincuenta sombras de Grey reveladas

Lecturas sutiles Cincuenta sombras de Grey reveladas
En contradicción con el nombre de esta columna, me voy a referir a una película poco sutil: Las cincuenta sombras de Grey. Advierto que no hago una crítica

cinematográfica, pues tendría que utilizar otros términos. Mi interés consiste en abordar, por intermedio de este filme,

un tema espinoso: los hombres y su relación con el amor. ¿De qué trata esta obra? El argumento es simple: el frío multimillonario Cristhian Grey conoce a la bella Anastasia, con la cual inicia una serie de bizarras experiencias sexuales sadomasoquistas, acordadas gracias a un contrato. Luego de desdibujar los límites de sus encuentros, surge un inconvenien- te, y Anastasia, quien aspira formalizar su relación, se cansa y termina el romance. Sencilla sinopsis que, sin embargo,

ha cautivado a miles de espectadores.

Al respecto, una fanática de la saga me sugirió algo una vez: “Los psicólogos

deberían hacer un análisis de Cristhian Grey. Ese tipo es un psicópata”. ¿Será tan serio el asunto?

La psicopatía es un trastorno mental estudiado desde la decada del 40. En 1991, el profesor Robert Hare confecionó una lista diagnóstica de rasgos, entre los que están: la ausencia de empatía, la incapacidad para asumir sus actos y la tendencia al estar fuera de la ley. En base a esta lista, uno puede concordar con la opinión de los fanáticos, pero la orientación psicoanálitica intenta ir más allá de los rasgos aparentes, dirigiéndose a las causas

de los cuadros clínicos, pues la cuestión no reside en lo que parece Grey, es decir un psicópata y de gustos sexuales particulares, sino en la función que cumplen estos artificios en su vida diaria.

En todo caso, hombres fríos y con gustos extraños existen a montones en todo el mundo, y no por ello son psicópatas.

¿Qué le pasa

a Grey, según el psicoanálisis?

Su problema es el amor. Ama a Anastasia, pero no puede asumirlo, ya que ello derrumbaría su imagen de Amo impasible. Se inventa, por tanto, un rodeo para sortearlo: el contrato suscrito por los protagonistas. En este, existen claúsulas que prohíben contactos tiernos, como besos y citas. Sin este marco legal, el hombre mostraría la vulnerabilidad que le causa el amor, por lo que intenta esconderlo. A la vez, sin embargo, hay una faceta ambígüa, pues Grey rompe sus propios límites: lleva a Ana a conocer a su familia, le hace regalos costosos, la cita fuera de los días estipulados. Se trata de un complicado mecanismo que le posibilita asumir el amor parcialmente, pero nunca del todo, lo que dificulta el asunto. Por otro lado, el contrato permite los encuentros sexuales, pero solo a costa de asumir roles artificiales: el hombre es “Amo” y la mujer, “Sumisa”.

Mucho se pregona acerca de la sencillez masculina, pero esto es falaz. Mónica Torres indica que al hombre le cae mal el amor, pues lo acerca a la la angustia de castración y ante ello, se despliega su embrollada psique. En última instancia, no solo las mujeres son complejas sino, tambien, los hombres.

NOTA: Para cualquier consulta o comentario, contactarse con Claudia Méndez Del Carpio, responsable

de la columna, al correo electrónico [email protected]. Visítanos en Facebook: LECTURAS SUTILES