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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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René Olmedo, testigo y actor del desarrollo de la Llajta

Emprendedor. Orureño de nacimiento, pero cochabambino de corazón. Este ingeniero civil lideró una de las empresas constructoras que más aporte realizó al crecimiento de este departamento.<BR>
René Olmedo, testigo y actor del desarrollo de la Llajta



Un hombre VISIONARIO defensor de la región 

René Olmedo Virreira es carismático y amable. Si bien no es muy alto de estatura, es un hombre bien plantado, cuya presencia infunde respeto, y no solo por el pelo cano ni por los 93 años que lleva con orgullo, sino porque los que lo conocen saben que es una persona que trascenderá en el tiempo por todo el aporte que

realizó en pro del desarrollo de Cochabamba.

Hace pocas semanas, la Cámara de la Construcción de Cochabamba inauguró en su sede un salón auditorio que lleva su nombre, como justo reconocimiento a su trabajo.

Pero, ¿quién es René Olmedo?

Es el hijo mayor de Rómulo Olmedo, jefe de minas de la empresa “Patiño Mines”, y Julia Virreira. Nació el 29 de mayo de 1924, en la localidad

de Oruro. Tuvo una hermana gemela que falleció a los pocos días del parto.

A los seis años, debido a una enfermedad del padre, la familia Olmedo Virreira, que ya estaba compuesta por la pareja, René y sus hermanos menores Alfredo y Carlos, tuvo que trasladarse a vivir a Cochabamba, ya que era el lugar de origen de la madre y esposa.

El pequeño René ingresó a los seis años a la escuela Juan Crisóstomo Carrillo. Si bien le tocaba el primero

de primaria, los profesores optaron por inscribirlo directamente a segundo, puesto que ya sabía leer y escribir, gracias a la enseñanza de su mamá.

El nivel secundario lo cursó en el colegio La Salle, de donde egresó en 1941.

Inicialmente tenía previsto estudiar Ingeniería Civil en alguna universidad boliviana, no obstante, sus padres optaron porque su preparación académica y profesional la realice en la Universidad Nacional de La Plata, en Buenos Aires - Argentina.

Con cierta nostalgia, que se nota por el cambio en el tono de la voz al recordar esta etapa de su vida, afirma que “fue una hermosa época de mi juventud, disfruté cada día de mi estadía en ese lugar”.

Desde el inicio de su carrera, Olmedo utilizó un método de estudio que le permitió garantizar buenas calificaciones desde el primer semestre.

“Mi secreto... (risas), nunca tuve un cuaderno, de nada, ni en colegio.

Tengo una memoria prodigiosa”, dice.

Durante su estadía en Argentina, descubrió su pasión por la navegación

y el remo; también forjó amistades duraderas, especialmente con Jorge Noriega, hijo del entonces director

del periódico “El Día”, Enrique Noriega, quien, incluso, al ver la amistad de los

jóvenes, le entregó la llave de su casa.

Luego de su periodo de formación profesional, retornó al hogar de sus padres en 1949 y cumpliendo las exigencias del servicio militar se presentó en 1950 y, como él ya era profesional, le asignaron la jefatura de la Unidad Técnica del Ejército en la Séptima División, desde donde promovió y dirigió la construcción de la urbanización del barrio “La Chimba”, detrás del Centro de Instrucción de Tropas Especiales (CITE), en terrenos donados por Simón I. Patiño.

Posteriormente, comenzó su carrera profesional como docente en la Universidad Mayor de San Simón, pero no lo hizo por mucho tiempo.

pareja de toda una vida

A los dos años de su retorno a Cochabamba, conoció a María Isabel Zegarra, quien a pesar de tener seis años menos que él, supo ganar su corazón y convertirse en su compañera de vida.

Si bien ahora no recuerda la fecha ni el

lugar exacto donde la vio por primera vez, René sostiene que “Seguro fue en una fiesta familiar”, ya que según él, en esa época los círculos sociales no eran muy amplios y la forma de confraternizar con las muchachas era en las reuniones de casas. Después de un corto tiempo de romance, contrajeron matrimonio en 1955.

Han pasado 62 años, y la pareja conformada por ambos tiene una unión sólida, de complicidad y de mucha unión. Ambos son el pilar fundamental de la familia Olmedo, conformada por sus hijos, nueras, yernos, y nietos, por quienes sienten un gran amor, respeto, gratitud y admiración.

TRABAJO Y VISIÓN

René Olmedo comenzó a ejercer su carrera como ingeniero civil en Combo, cuya

misión era traer agua agua de riego desde la Angostura a Cochabamba. Llegó a ser socio de esta empresa privada. Posteriormente se independizó y conformó las

empresas constructoras Olmedo Virreira, Olmedo Galindo y Olmedo Ltda., con las cuales construyó muchas obras, en diferentes lugares del país. La primera obra

de su empresa fue COBOCE, que contó con el apoyo de Italimpianti.

Para este hombre que ama la tierra donde creció y formó su familia, participar en un proyecto que cambió el destino de Cochabamba es un recuerdo imborrable.

En 1972, como presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba (FEPC) funda la Junta de la Comunidad, JUNCO, por medio la cual impulsaron la construcción de Misicuni, organización que se creó en forma paralela al Pro Cochabamba; posteriormente se unen estas instituciones y conforman el Comité Cívico de Cochabamba.

“En la década de los 80 ocupé la presidencia del Concejo Municipal, que nominada como “Concejo de Oro”, ya que nunca

se dio un acto de descortesía en sus sesiones y todos velaban por el desarrollo

de la ciudad”, cuenta el ingeniero.

A punto de finalizar la entrevista, este cochabambino de corazón agradece a

la vida la suerte que tuvo de vivir durante un periodo de transición importante para la ciudad. “Cochabamba cambió ante mis ojos y estoy feliz que haber aportado un

poco, con mi trabajo y experiencia”.

Sin duda, René Olmedo es un hombre

que es y será recordado por las huellas que deja a cada paso que da por la vida.