Giancarla (nombre ficticio), de 22 años, se enamoró perdidamente de un hombre cuatro años mayor que ella, moreno, alto, de ojos color miel y misk’i simi - como define a Juan Carlos- . El amor que sentía por él surgió en alguna de las muchas visitas que el joven hizo a su casa de Villa Granado, ya es amigo de su hermano mayor, con quien había estudiado su carrera universitaria en la Universidad Mayor de San Simón.

A pesar de varios intentos para llamar su atención, Giancarla no logró inspirar ningún sentimiento pasional en él, más al contrario, parecía que Juan Carlos la había adoptado como una hermana menor.

Cegada por la pasión y el dolor de no poder atraer el afecto de su amado, decidió ir en busca de ayuda, de un poder mayor que logre atraerlo hacia sus brazos y, por fin, ser feliz.

Se acordó que varias amigas le hablaron de un sector en el centro del mercado La Pampa, ubicado entre la calle Punata y las avenidas Repú-blica, Pulacayo y San Martín, donde se vendían soluciones “mágicas” para situaciones sentimentales complicadas.

La zona de los k`oeros está rodeada de puestos de venta de verduras, carne, abarrotes, peluquerías, entre otros. Allí se ofrece un amplio abanico de servicios como lectura de cartas y en la hoja de coca, y atraer a la persona amada es uno de las más solicitados.

Si bien llegar al lugar es un poco complicado para aquellos que no conocen este mercado, el olor penetrante a incienso es señal inequívoca de que es la zona buscada.

A un principio, la joven se siente un poco confundida, su vista se cansa al mirar los diferentes puestos de venta, llenos de objetos que se utilizan para realizar rituales, hechizos y amarres, como hierbas secas y frescas, inciensos, sullus de llama, sahumerios, botellitas y velas de muchos colores; toda una mixtura de elementos que se complementa con las “mesas” preelaboradas, listas para usarlas y así brindar mayor agilidad a la hora de atender al cliente.

 TRABAJOS DEL AMOR

Luego de un breve recorrido por los puestos, la respuesta a los deseos de Giancarla llega sin necesidad de que pregunte a las vendedoras, ya que en algunas casetas resaltan una serie de velas de color rojo, sahumerios en cajas que llevan instrucciones impresas, de acuerdo a los poderes que tienen; además de botellitas con esencias, talcos e inciensos. Todo un amplio mercado de ofertas para poder lograr atraer el amor.

Sandra Huayta es una de las q’oeras (vendedora de q’oa) que atiende en este sector. Ella es la tercera generación de Mercedes Ayma Zepira, una de las primeras vendedoras de estos productos de La Pampa, quien le transmitió sus conocimientos, sobre todo en temas de amarres, atracción de parejas, hechizos y endulzamientos.

Como tiene una amplia experiencia en este negocio, la curandera percibe que la joven enamorada está en busca de una ayuda para el amor. “Aquí tenemos muchas cosas para que consigan pareja, desde talcos, perfumes, inciensos, velas, mesas dulces”, le dice Huayta.

Ella vende todo el día, principalmente elementos que sanan el corazón, como velas de humillación, desespero, amansador, dominio, vela de miel de amor, perfume de los siete machos, mesas dulces y otros; pero, solo realiza trabajos especiales por la noche.

 AMARRES Y FUMADAS PODEROSAS

Si bien existen varios productos a la venta que el cliente se pueda llevar a su casa y aplicarse por su cuenta, muchos prefieren pagar por los trabajos de endulzamiento con las expertas.

“Tenemos una mesa dulce de amor que cuesta entre 200 y 400 bolivianos, que incluye el material”, cuenta la vendedora y explica que este tipo de encargo requiere de varios tipos de velas de amor (munaquis, amarres, humillación), misterios -entre ellos: elefante, pastillas de corazón, camino, mariposa (suerte), llamita (para llamar el ánimo), figuras dulces en forma de Sol y Luna, para que estén bien en pareja-, azúcar, miel, canela cigarros, mirra, incienso, chaya y, finalmente, una manzana roja trabajada. A veces se agrega un feto de llama, envuelto con lana.

La mesa dulce es un elemento importante, pero se deben alinear las energías con rituales y llamados de endulzamiento, que se realiza de manera personalizada, de acuerdo a las necesidades de cada cliente.

“En algunos casos hasta solicitamos la ropa interior del ser deseado y también sus fotografías”, afirma Sandra.

Los sábados, por la noche, es el día más indicado para realizar este tipo de rituales. En el lenguaje que manejan los q’oeros se denomina Sábado de gloria, porque tiene mejor energía y es canalizador para todos estos pedidos. Ella asegura que -a veces- llega a realizar 10 amarres en uno, es decir, un promedio mensual de 40 trabajos, los mismos que son encargados tanto por hombres como mujeres y de diferente condición económica.

En el caso de Giancarla, quien se acercó al puesto de Sandra, decide pagar por el trabajo y fijar una hora para reunirse en la casa de Huayta, donde deberá sentarse a fumar unos cigarros, de dos en dos, invocar el nombre de su amor y rezar la siguiente estrofa: “hazme luz para sus ojos, alimento de su vida, que su ser y dulzura no los comparta con nadie, más que conmigo”, y así, por un par de horas, las energías deberán fluir y sincronizarse, para mandar un mensaje al universo y luego, con el paso de los días, esperar los resultados.

creencia y fe

Romualdina F. vda. de Claros, q’oera desde el vientre de su madre, como ella lo afirma, señala que la base para potenciar este tipo de trabajos es la fe.

“Hay que estar seguros, de que a través de la ayuda de los yatiris tendrás el amor de tu vida, sino de nada sirve”, afirma.

Para esta comerciante de q’oa, los yatiris son los canalizadores de esa energía y los que solicitan los diferentes elementos que emplearán en sus trabajos; por eso, las casetas de ese sector tratan de contar con muchos elementos. “Cada mesa es única, cada curandero tiene diferentes formas de interpretar los caminos del amor. Creo que los mejores son los de Potosí, aunque también hay de Sucre y La Paz”, explica.

Los puestos de q’oa buscan contar con lo elemental como esencias “sígueme”, “ven a mí”, “lengua de perro”, “miel de amor”, “uzanga” y “papa chuli”, además de las velas.

En todo este sector, hay diferentes productos que tienen un costo variable. “Hay talcos baratos o perfumes brasileños que cuestan hasta 100 bolivianos y las velas de cinco bolivianos”, asegura Romualdina, quien afirma que estos productos sí son eficaces para atraer el amor.

Sobre esta práctica de endulzamientos y rituales, la investigadora sociocultural, Melvi Mojica Sandy, explica que la búsqueda de pareja es ancestral, los que conocían los símbolos de “warmi munaquis” y los “kari munaquis” (amuletos de amor), tenían la misión de atraer y establecer lazos de unión. Esto siempre dentro de la lógica de la dualidad “los ch’ullas” (impares) buscan establecer relaciones de dualidad”, asegura. Pero, para la investigadora, este tipo de búsquedas afectivas creó un nuevo mercado de consumo, donde un grupo de personas gana dinero a costa de este sentimiento, lo que no está bien, según ella. “Dentro de la Cosmovisión andina el amor debe ser dual, ambos se buscan y quieren, y no se debería obligar, porque eso puede ser negativo”, aseguró.

LA MATERIA PRIMA PARA El AMOR

Además de objetos con nombres peculiares, como “Siete Machos”, “Ven a mí”, “Ramillete de novia”, “Miel de amor” y otros líquidos para baño o de aplicación en el cuerpo, en los puestos de q’oa del mercado La Pampa también se ofrece productos importados de Perú o Brasil.

Amalia Patzi, quien tiene una fábrica de velas, asegura que antes su mercado eran las personas devotas de las vírgenes y santos; y que, desde un tiempo, también se encarga de la producción de velas para el amor, las buscadas Munaquis, amarres, humillación (de hombre y de mujer), corazones y otros más.

Patzi vende entre tres a cuatro docenas de velas, por día. “Nosotros proveemos a los curanderos. En realidad, ellos fueron los que nos dieron las ideas y luego el mercado se fue ampliado”, explica.

De igual manera, Sandra Huayta produce y distribuye q’oas y misterios; los mismos que son elaborados en su domicilio. Aunque ella no sabe con exactitud cuánto fabrica, lo cierto es que asegura tener un amplio mercado.

La búsqueda del amor siempre será incesante en el ser humano, quien se atreverá a todo por conseguirlo, incluso a pagar para “endulzar” al ser amado y ser feliz.